Como de costumbre cuando la tarde languidece en la plaza de Güémez, el Filósofo amenamente platica con los jóvenes del pueblo, sus reflexiones son variadas y distintas, van desde el tema político, pasando por el de la sabiduría y la espiritualidad de nuestras abuelas, e invariablemente converge en las cuestiones del humor que magistralmente maneja el mexicano.
Esa tarde les decía el viejo campesino a los jóvenes:
--No desaprovechen su energía, su espacio vital y su tiempo, son tan importantes en la construcción de su historia, como para que los desperdicien en la crítica, el resentimiento o para andar de malas.
Recuerden que cuesta lo mismo andar de buenas que de malas, solo que la polícroma visión del universo es distinta y los resultados en su salud y en su vida también.
Diariamente dense tiempo para encontrarse con la abundancia de bienes que la vida tiene para ustedes, sean de esos seres maravillosos que se sienten parte del milagro de la vida porque llenan su alma de optimismo, porque saben que nadie está en esta vida para fracasar.
Desprogramen sus ideas de fracaso, privaciones, dolor, enfermedad y reprográmense para la felicidad, para la alegría, para vivir en armonía, para encontrar su misión y disfrutarla, ámense a si mismos, conéctense con la vida a través del amor y de la oración, siempre con una actitud mental y física positiva, oren diariamente, ejerzan el poder sanador del perdón, caminen mucho, amen más y cenen menos.
Cada amanecer, tengan la humildad de agradecer el nuevo día, tómense tiempo para ser felices, con lo que son y con lo que tienen, para disfrutar su tarea y realizarla de buenas y a la primera, mejoren su sentido del humor, respetando su unicidad, no se comparen con nadie.
Sean de esos seres espectaculares que no se dejan minusvalorar por sus problemas, de esos que "no le dicen a Dios que tienen un gran problema, sino que le dicen a sus problemas que tienen un gran Dios".
El tema de actualidad, jóvenes -continúo el Filósofo-, es la llamada boda del siglo, mientras que para nosotros una boda espectacular es la que la enramada está construida por más de 40 horcones, o aquella en las que a pesar de que nuestra tradición dice que los alimentos deben ser sufragados por los padres de la novia, los papás del novio, se deshacen por hacer una recepción igual de espectacular que los padres de su futura nuera para atender a sus invitados.
Pero en Europa ha habido bodas un poco más espectaculares que las nuestras, como la del príncipe Guillermo de Inglaterra con Kate Middleton, o la de la princesa Isabel de Windsor con Felipe de Mountbatten o la del príncipe Rainiero III con la princesa Gracia de Mónaco, o de la rey Balduino de Bélgica con Fabiola de Mora y Aragón, o la del príncipe Felipe de Borbón con Leticia Ortiz, la del príncipe Carlos con Lady Diana Spencer, esas y muchas más han estado llenas de lujos y glamour.
Precisamente ayer recibí una llamada de Inglaterra, era una joven que en un español carraspeado me decía:
--¿Yuu ser el filosofou?
--Si señorita, ¿en que puedo servirle?
--Mi casar próximou sabaou y quierou pedir un consejou: voy a irme de luna de miel isla privadau, ¿cómo me vistou en la noche de mi intimidad? ¿Ponerme una bata que llegue del cuellou a los talones y a las muñecaus? para que mi futurou esposou vea que desconozcou los menesteres de la intimidad, o ¿ponerme un negligé transparenteu, atractivou, corto, coquetou y sexy?
--Mira, mijita -dijo serenamente el Filósofo-, ¡ponte una bufanda!
--¡No, me has entendidou! -replicó la joven inglesa- ¿Que en la intimidad de la luna de miel cómo me vistou?
--¡Que te pongas una bufanda te digo!
--¿Una bufanda? -pregunta la joven intrigada.
--¡Sí!, mira, en mi luna de miel mi vieja se puso un batón largo y ancho que le llegaba del cuello a las muñecas y los talones... ¡y toda la noche se la traje de bufanda!