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El Filósofo de Güémez

Feliz Día del Maestro

RAMÓN DURÓN RUIZ

 E N RDP (reflexiones@renuevodeplenitud.com) dicen: "A Walt Disney lo despidieron de un diario por falta de ideas. Más tarde cayó en bancarrota antes de construir Disneylandia. No hay error excepto en dejar de intentar."

Eso, intentar a pesar de la derrota, ser perseverante, "descansar acaso, pero no desfallecer nunca", dejar el desánimo de lado y estar siempre optimista, es lo que mis viejos y sabios maestros me enseñaron; yo sólo soy el barro que ellos con paciencia franciscana lograron modelar.

Cuando se llega el 15 de mayo, recuerdo con veneración y respeto a cada uno de mis maestros, a los presentes y también a los que partieron a rendir cuentas al hogar paterno, lo hago con la gratitud de saberme embebido por la fuente de su sabiduría, por haber tenido el honor de que modelaran mi alma, el privilegio de haber sentido el oficio divino de su trabajo.

Aún tengo en mi memoria la frescura de mi maestra María, que en primero de primaria a un grupo de pequeños nos enseñó a contar, comprando de su peculio y obsequiándonos 10 galletas de "animalitos", mismas que una a una disfrutábamos en el recreo con un trago de agua de la llave.

Hoy, a pesar de que al viejo filósofo le pesan la carga de los años, veo a la distancia a mis maestros como una generación de gigantes; hombres y mujeres maravillosos que con su solidaria generosidad alivianaron el peso de mi ignorancia.

Su paciencia era día con día para escuchar mis dudas, descorrer el velo de mi acentuada ignorancia y enseñar el alfabeto de la vida, semillaron mi alma de ánimo, desarrollaron no sólo mis modestas capacidades, sino mis valores, educándome no para pasar de año... sino en cumplimiento del pensamiento de Séneca, me educaron para la vida.

Mis maestros atraparon mi amor para siempre -conjuntamente con mi madre-, eran mis estrellas y héroes favoritos, permanentemente con tiempo para escuchar mis dudas, siempre dispuestos a empujar y alentar mi natural crecimiento, llenos de "la paciencia de Job y de la sapiencia de María..." siempre fascinantes.

A propósito de Maestros fascinantes, el sabio doctor Dr. Augusto Cury escribió un texto encantador que a continuación transcribo, en este, el homenaje del viejo filósofo al Magisterio mexicano: "LOS MAESTROS FASCINANTES

1. Los buenos maestros tienen buena cultura académica y son elocuentes, mientras que los maestros fascinantes tratan de entender el funcionamiento de las mentes de sus alumnos para poder educarlos mejor.

2. Los buenos maestros tienen una metodología y son didácticos, mientras que los maestros fascinantes tienen la sensibilidad para hablar a los corazones de sus alumnos.

3. Los buenos maestros educan la inteligencia lógica, mientras que los maestros fascinantes educan la emoción, enseñan a sus alumnos a explorar su propio ser.

4. Los buenos maestros usan la memoria como depósito de información, mientras que los maestros fascinantes la usan para estimular la creatividad.

5. Los buenos maestros son temporales, mientras que los maestros fascinantes son inolvidables.

6. Los buenos maestros corrigen el comportamiento, mientras que los maestros fascinantes resuelven los conflictos en el salón de clases con inteligencia.

7. Los buenos maestros educan para una profesión, mientras que los maestros fascinantes educan para la vida."

A todos aquellos que ejercen el apostolado y la eminente profesión de Maestro, su amigo el Filósofo de Güémez les envía mil bendiciones, mi gratitud y respeto que simplifico en una frase:

¡FELIZ DÍA DEL MAESTRO!

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