Recientemente este Filósofo ha sido bendecido -como lo ha hecho mi Señor siempre conmigo- al ser invitado a impartir Talleres motivacionales o como Conferencista, abordando temas que van desde: Trabajo en equipo, Valores, Gobernabilidad Democrática y obviamente de El Filósofo de Güémez.
En las últimas 2 semanas he tenido el honor de asistir a distintas Instituciones en el país: Conafe, Colegio de Contadores Públicos de Puebla y de Ciudad Mante; Institutos Tecnológicos de Ciudad Valles y de Huejutla, en S.L.P.; Universidad Aeronáutica de Querétaro; Sindicato del ISSSTE en Tampico; lugares hasta donde he llegado para compartir las visiones llenas de ingenuidad provinciana de el viejo campesino de Güémez.
Les recuerdo que el Filósofo trabaja desde 3 ópticas diferentes:
La visión política, en donde aspiro a que el Presidente de la República se erija, se instituya, se convierta en el líder de la nación que todos queremos, el que ajeno al proceso electoral y como fiel de la balanza, convoque a un gran acuerdo de civilidad política, para que las elecciones de 2012 no fracturen más nuestra endeble gobernabilidad democrática.
Deseo también que nuestra partidocracia, desde las Cámaras de Diputados y Senadores tome conciencia del sentido de Patria, reformando el reglamento interior del Congreso para hacer al Poder Legislativo Federal más eficiente y productivo.
Sueño -porque se vale soñar- que la impunidad sea combatida con eficiencia por jueces honestos que dejen atrás casos que agravian los sentidos como: Paulette, la Guardería ABC, Acteal, Aguas Blancas, Lobohombo, la mina Pasta de Conchos, por sólo citar algunos.
En la visión espiritual -aprendiendo de los abuelos de Güémez- repito la frase de Wilson Mizner. "Procura ser amable con las personas que te encuentres en tu ascenso al éxito, porque te los vas a encontrar en el descenso [...de tu vida]".
Concuerdo con Madame de Sevigné cuando afirma: "Si hemos nacido con dos ojos, dos orejas y una lengua, es porque se debe escuchar y mirar dos veces... antes de hablar".
Es decir, la naturaleza pide que te regales un espacio para el silencio interno y la meditación, que te enseñarán a aprender, a escuchar la voz del universo, que siempre tiene mensajes de amor para ti, como el que los abuelos dicen: "En el mundo no hay escasez, hay abundancia; la escasez es para los que piensan que no pueden. La abundancia llegará a tu vida si como el agua del río la dejas fluir, si construyes una mentalidad en abundancia de amor, felicidad, entusiasmo, salud, perdón y oración, que traerán consigo una reconfortante paz interior y con ella la abundancia de dones y bienes que la vida tiene separada para ti."
En la visión del humor, este viejo campesino cada nuevo amanecer se llena de su sanadora energía, porque siempre trae aparejada un optimismo que además de regocijarme con los poderes de la vida, me reconcilia con mis sentidos. Lo del humor me recuerda la ocasión aquélla en la que con motivo de acercarse el Día de Muertos un psicoanalista llegó al café de Güémez y dirigiéndose a la mesa del Filósofo se presenta con sus acompañantes, a la vez que les lanza una lapidaria pregunta:
- ¿Qué les gustaría a ustedes que la gente dijese frente a su ataúd el día que mueran?
- ¡Que fui el ganadero más exitoso y sabio que ha habido en la región! -respondió Simpliano.
- ¡Qué fui el mejor maestro del que ha tenido memoria Güémez! -dijo Anacorito.
- ¡Que como yo ningún médico ha habido... ni habrá en esta tierra! -dijo el Dr. Roldán.
- Y a ti Filósofo ¿qué te gustarían que dijeran? -preguntó el profesional de la conducta humana.
- ¡Ah, jijo de la tiznada! -dijo el campesino de allá mesmo- ¡Se está moviendo!
