Dios es Providente, pero, aún así, ha dotado al hombre de lo necesario para que él mismo se procure las cosas materiales que requiere para vivir dignamente, plantea el presbítero Víctor Manuel Solís, vocero de la Arquidiócesis de Durango.
En el marco del inicio de un nuevo año, en el que la mayoría de las personas hacen un balance entre sus necesidades y la forma de proveerlas, refiere que por eso Dios, al crearlo, le otorgó la inteligencia, la voluntad, sus capacidades y todas las habilidades.
Toca, pues, a cada individuo, al aplicarlas, mejorar esa gran obra de la creación que es el hombre mismo, quien debe buscar superarse en todos los aspectos: Espiritual, intelectual, social, material.
Por tanto, hay que acudir con fe a la divina providencia para que siga actuando a su favor, confiando en que Dios, como padre amoroso y providente que es, nunca les abandonará, nos cuidará y protegerá de todos los peligros.
COLABORACIÓN
"Pero, al mismo tiempo, él querrá que nosotros pongamos todo lo que esté de nuestra parte para procurarnos esos bienes, empleando los dones que nos dio y, sobre todo, respetando siempre nuestro libre albedrío, que es el más valioso de todos ellos" menciona.
El presbítero agrega: "Que sepamos emplear muy bien nuestra salud, nuestras habilidades personales, que ejercitemos diligentemente nuestros brazos para trabajar, es la medida que nos ayudará para asimilar la multiforme bendición del Dios proveedor".
En virtud de su amor, le prodiga al hombre todo cuanto requeire, dándole más de lo que merece.