EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

El Homo neanderthanlesis

GILBERTO SERNA

 U Sted ¿quién cree que va a ganar? Antes de que concluyera la encuesta que se practicó al interior del movimiento de la izquierda si me hubieran interrogado antes no habría sabido qué contestar. Ahora tampoco lo sé. Esto que en principio parece una contradicción, no lo es. Quizá si me han preguntado qué atributos debería reunir la persona para ser escogido como candidato hubiera podido contestar en primer lugar que acabaran las simulaciones del pasado, que se acabara con el reparto de cantidades de dinero mediante las entrega de tarjetas entre las clases menesterosas, y a quien lo haga que sea suspendido en sus derechos ciudadanos que abstuvieran los candidatos en realizar entrega de mercancía, que cada partido expidiera una constancia pública de quienes están afiliados para evitar que brinquen de un lado a otro sin más bandera que el oportunismo político. Que quienes participaron en unas elecciones pactando con un partido no puedan en la elección siguiente adherirse a otro no pudiendo hacerlo sino hasta pasado los dos procesos eleccionarios siguientes. Lo mismo cuenta para elecciones federales que para locales, que en fin, se espera que las autoridades electorales cumplan con su deber.

Que un candidato postulado por un partido equis, deje de jugarle al vivo no pudiendo en los dos siguientes comicios hacerlo fuera de ese partido, que se acabaran las coaliciones de partidos que por sí solos en elecciones anteriores no hubiera cubierto un determinado número de votos. Que más popular se acabe la posibilidad de que una persona que no es seleccionada por su partido se den de alta en otro cuya ideología sea diferente, diciendo "la gente votará por mí por que soy un sacrificado". El que quiera participar con un banderín distinto tendrá que esperar dos elecciones siguientes para mudar de chaqueta. Bueno, volviendo a la pregunta de que hablé en el primer párrafo. No tengo preferencia por ninguno de los candidatos... hasta ahora. Por el PRI se afirma que será el joven Enrique Peña Nieto, el PAN se inclinará por Santiago Creel Miranda y en las izquierdas acaba de triunfar como candidato Andrés Manuel López Obrador. Estoy convencido que todos los mencionados son buenos, harían un papel decoroso. A Peña Nieto lo tildan de verde por lo que, dicen por ahí, luciría mejor dentro de seis años. Hay quienes ven a un candidato con más tablas en Manlio Fabio Beltrones que dicen, los que saben, haría mejor papel que el imberbe ex gobernador del Estado de México.

Bien, los partidarios tendrán su preferencia bien definida. Lo que me asombra es la acogida que los medios le han brindado a López Obrador. Los capitalistas, no ha mucho, lo veían como un peligro para el país. No se ha visto que el PRI o el PAN se hayan espantado ante tamaña posibilidad. Al contrario ven con buenos ojos que se le dé oportunidad a un partido que hasta ahora era considerado como el patito feo de la política mexicana. La verdad es que ya sienten la lumbre en los aparejos, por lo que dicen que el perdido le va a todas. Hay un temor popular y un desánimo en la labor de los partido políticos tradicionales a los que a estas alturas se han visto rebasados, que la ciudadanía piensa, que dándole oportunidad a la izquierda, podría verse reflejado en un control de la violencia que lleva sus buenos años entre nosotros sin que el actual gobierno en manos del PAN o el PRI en sus años que tuvo el poder, hayan encontrado la fórmula para poner un alto a lo que, aun en nuestros días, es un monstruo que amenaza con devorar a la nación entera.

Con la izquierda al mando se desactivaría, piensan los que manejan los dineros, las protestas de los grupos cuyas banderas son la pobreza extrema, la violencia, la inseguridad y la falta de empleos. La izquierda sería el pararrayos que evitaría se desgajara la república. Mientras darían oportunidad a que los ladrones aparentemente abandonaran a sus víctimas. La derecha tendría la oportunidad de echarle la culpa de lo que ocurra o haya ocurrido desde que el hombre de Neanderthal se encontraba parado en la esquina del bosque esperando a un Homo Sapiens femenino, que los paleontólogos dicen no se unieron pues no hay indicios en los restos que llegaron hasta nuestros días, fósiles y evidencia genética, que nos digan se hayan entrecruzado siendo ramas separadas del árbol genealógico humano. Esto es, la única manera de entender que estén dispuestos a aceptar a quien tiempos atrás consideraron un "peligro" es que les reditúe beneficios. Estemos enterados de que no son dama de la caridad sino fríos personajes que están pensando en sus propios intereses. En fin, por algo el hombre de Neandarthal se extinguió prevaleciendo por su inteligencia el homo sapiens.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 679460

elsiglo.mx