El look y el bienestar de tu mascota
Cada vez más gente parece tener conciencia del trato respetuoso que merecen los animales. Por ello sorprende que paralelamente vaya en aumento la cantidad de personas que someten a sus mascotas a incómodos ‘arreglos’, con el único fin de que se vean tiernos o simpáticos.
Desde la aparición de las primeras sociedades humanas se ha tenido la necesidad de formar vínculos con el medio ambiente y los seres vivos de nuestro entorno. Ello nos llevó a domesticar especies animales con propósitos afectivos, dando origen a las llamadas mascotas.
Para muchos representan algo más que compañía. De hecho pueden volverse uno de los pilares psicológicos que llegan a definir personalidades. La relación entre el animalito y su dueño modifica radicalmente los estilos de vida de ambos, usualmente de forma positiva.
No obstante en ocasiones quienes tienen en casa a un perro, gato, conejo, pollito, tortuga, etcétera, llegan a tratar de imponerles características humanas incluso a costa de su comodidad y bienestar.
Cada vez se vuelve más frecuente que se abran tiendas especializadas en productos que tienen como fin ‘humanizar’ a las mascotas. Venden ropa, maquillaje, sombreros, moños, broches, otros accesorios y toda clase de implementos que la gente compra con el fin de ‘darle personalidad’ a su can o felino. También existen las denominadas ‘transformaciones estéticas’, que abarcan desde cortes de cabello hasta mutilaciones.
Este nicho de mercado se ha convertido en una de las principales oportunidades de comercio en todo el mundo y en apariencia son inofensivos... pero no siempre es así. A nivel internacional existe un consenso generalizado que establece límites a fin de intentar proteger a los animales de daños innecesarios y traumas psicológicos.
¿TODO SEA POR LA ‘BELLEZA’?
¿Le gustaría pasar el día utilizando un vestido o un traje hecho de cartón, o de alguna tela áspera pero brillante? Sabemos que la respuesta es no. Lo que no podemos responder es por qué entonces tantas personas se empeñen en ponerle incómodos trajecitos y disfraces a sus mascotas. Si bien el hecho de vestirlos no es motivo de riesgo por sí mismo, en definitiva se desatiende la comodidad del animal. Lo mismo pasa con la colocación de ciertos moños y sombreros.
Hay otros cambios que numerosos individuos acostumbran hacer a su mascota con el único propósito de que se vean ‘bien’. Pero es importante saber que el animalito no sólo no necesita de ninguna clase de accesorio o make over, sino que transformar su apariencia puede acarrearle perjuicios al ánimo y la salud. Piénselo bien antes de ‘obsequiarle’ a su mascota una imagen como las que a continuación le presentamos.
De colores
En tiendas de accesorios para mascotas y bodegas de conveniencia se encuentran disponibles los tintes para pelaje animal, usados comúnmente en perros, gatos y pollitos. Cuando tales productos son elaborados con ingredientes vegetales es de esperarse que no causen daños en la piel ni el pelo. Por el contrario, cualquier derivado del petróleo o colorantes artificiales pueden acarrear efectos nocivos graves como irritaciones, intoxicación o pérdida de la visión. De hecho este tipo de productos en general no son recomendados por la comunidad veterinaria debido a que a menudo no es posible verificar su procedencia y por tanto cabe la posibilidad de que no cuenten con las especificaciones que marcan las leyes de salubridad.
Cortes de pelo
No existen contraindicaciones a los cortes de cabello en las mascotas, siempre y cuando se viva en regiones calurosas; en áreas frías (o temporadas gélidas) esquilar al animalito puede ocasionarle desde una infección hasta hipotermia mortal. Por el contrario, tener un perro San Bernardo o un Viejo Pastor Inglés (entre otros de abundante pelaje) en un lugar con clima cálido, es un acto de crueldad, pues lo más seguro es que su dueño se rehusará a rasurarlo durante el verano.
Hay diferentes tipos de pelaje según el ambiente en donde vivan las especies, tal es el caso de los perros afganos y los gatos de angora que necesitan abundante pelo para cubrirse del frío y el viento de su hábitat natural. Sin embargo la globalización ha causado que esas y otras razas sean trasladadas con fines comerciales a zonas calurosas, tropicales o desérticas, originando que su temperatura corporal se modifique drásticamente.
A la hora de adquirir una mascota es esencial que su origen sea compatible con el tipo de clima en donde se habita, de pelo corto en zonas calurosas y pelaje prominente en territorios helados.
Perforaciones
Mucha gente ha desarrollado un gusto estético por perforar diversas áreas de su cuerpo y ese es otro de los aspectos que ha sido trasladado a las mascotas, especialmente tratándose de las hembras caninas, poniéndoles aretes, moños y otros adornos en las orejas. Es importante señalar que tal acción no sólo les provoca dolor sino también estrés.
Además está el riesgo que representa que el animal tenga una herida expuesta en ambientes abiertos en donde hay tierra, como patios y jardines. Si por ejemplo llega a contraer una bacteria en la zona perforada, las complicaciones pueden ir de una infección sencilla a la amputación forzada del miembro o la muerte.
Mutilaciones
Se ha vuelto común la creencia en que algunos perros ‘no necesitan’ algún miembro y por ello ‘es necesario’ cortárselo, como la cola o las orejas. Esto representa la más radical de las modificaciones estéticas. Desde luego no existe ningún motivo fisiológico que obligue a cercenar ninguna parte de sus cuerpos. Hacerlo no brinda beneficio alguno. Lo único que ocasiona es dolor y traumas al animal.
LA FRECUENCIA DEL BAÑO
El baño es parte esencial en la vida de las mascotas, tanto para su salud como para su imagen, mas no debe ser excesivo.
A los perros basta con bañarlos una vez al mes. Los gatos son caso aparte: en general no es preciso bañarlos puesto que ellos mismos mantienen su pelaje libre de polvo y suciedad. No obstante, se recomienda darles un baño cada seis meses. Meterlos al agua con frecuencia es innecesario y sólo les ocasiona estrés.
SI QUIERES A TU MASCOTA, CUÍDALA
Tanto veterinarios como psicólogos concuerdan en que la generalidad de las transformaciones estéticas en animales no se realizan por una necesidad de estos últimos, sino por una carencia afectiva de los propios dueños, misma que los motiva a querer darles características humanas sin pensar en que con ello dañan o afectan permanentemente su bienestar. En el mismo sentido es elemental no perder de vista que aun las modificaciones que no son riesgosas pero sí incómodas (como la colocación de vestimenta o accesorios), merman la calidad de vida de las mascotas.
Correo-e: riturriaga@hotmail.com
Fuente: Médico Veterinario Zootecnista Miguel Dávila.