La salud de nuestro perro está relacionada con lo que come. El dicho de "tú eres lo que comes" también aplica para nuestra mascota. Un perro mal alimentado tiende a tener el pelo reseco, poca energía, mal aliento, olor corporal e incluso estar más propenso a enfermedades. La comida de nuestro perro debe de ser balanceada y estar ligada a su peso, altura, edad y actividad física. La obesidad canina es el camino más rápido para llevar a nuestra mascota hacia una muerte prematura.
Actualmente la opción barata de croquetas o galletas para perro no siempre es la mejor. Alimentos a base de soya, con conservadores, químicos o comida de "humanos" son dañinos para la salud de nuestra mascota. Los dulces; en especial el chocolate, son de los peores alimentos que le podemos dar a nuestro can. También los huesos pequeños y frágiles se convierten en una trampa mortal si no tenemos el debido cuidado.
Los alimentos enlatados y las croquetas de marcas ya conocidas son el mejor alimento que le podemos dar. Esto lo podremos notar en sus dientes, su pelo, la consistencia y prácticamente nulo olor de sus heces, así como la energía y buen humor de nuestro mejor amigo. Para el postre podemos seleccionar entre una amplia gama de huesos de carnaza o de galleta dura que ayudarán a limpiar los dientes y no son peligrosos para la salud.
Es ampliamente recomendable usar recipientes de acero inoxidable o de cerámica para servir la comida; a temperatura ambiente y lavarlo muy bien después de cada comida. También no debemos olvidar que nuestro perro necesita beber mucha agua para que se hidrate cada que lo necesite.