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El momento dulce

Sabores para recordar la boda perfecta

El momento dulce

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Emmanuel Félix

Olvidemos por un momento la parafernalia que nos impusieron las generaciones anteriores respecto a la rigidez de los eventos matrimoniales. Un buen organizador de bodas, como es el caso de Carmen Aranda, recomienda desde el principio “relajarte y disfrutar de tu boda para que realmente sea ‘el día más feliz de tu vida’”.

Atrás (muuuuy atrás) quedaron ya las épocas en que la novia solamente decidía someramente los detalles de la boda. “Ahora tenemos que estar al tanto de todo lo que sucede, pero de una manera relajada, sin problemas”, es por ello que para los aperitivos y el postre se han ideado barras especiales que te quitan varios bocadillos de encima.

Comencemos por el hecho de que la gente llega directamente a tomar. “La verdad esto no es nada positivo, mucho menos en las fiestas que comienzan a media tarde. Si queremos que las bebidas espirituosas no escaseen durante toda la fiesta, lo mejor es preparar los estómagos con algo dulce que reciba el alcohol e impida que nuestros comensales se emborrachen”.

Últimamente, la moda apunta a las fuentes de chamoy o chocolate, un detalle que tiene más que ver (sobre todo en La Laguna) con la época del año en que suceda el evento.

“Si hablamos de días cálidos, el chamoy es ideal para acompañarlo con pedacitos de piña, mango, naranja, frutas cítricas y/o saladas”.

Sin embargo, cuando se trata del invierno, “el chocolate le da un poco de calor acompañando bombones o bisquets. En una boda me tocó coordinar una fuente de Ferrero. Fue algo caro, pero los invitados amaron el detalle”.

Y es que al final del día, lo único que recordarán los asistentes será esto, el detalle extra. Nadie narra una boda desde el padre nuestro en misa hasta cuando vistieron al novio con delantal y lo sacaron desnudo a la pista de baile.

“Nuestros detalles serán determinantes en cómo nos recuerden los invitados. Por ejemplo es común decir: ahh, hubo de tomar esto y comimos aquello, y al principio había chamoy y jícamas o chocolate y pastelillos… Esos recuerdos son los que van a permanecer incluso en las inspiraciones de otras parejas”.

Y para el postre…

Otra idea económica (aunque no lo parezca) es la de una barra de postres variada que puede suplir al famoso pastel.

“Todos sabemos que el pastel nunca se parte. Y si lo hacemos ya es muy tarde y casi nadie lo prueba teniendo como consecuencia un gran desperdicio de comida”.

Una vez que se culmina con el platillo fuerte, nuestros invitados querrán más (en serio). ¿Qué mejor que dejarles a su alcance una pre selección de nuestros dulces favoritos para que ellos decidan con qué rematarán el toque al paladar?

“Lo más cotizado por el invierno fueron los muffins o brownies y los minipasteles de m&ms, snickers y milky way, un toque con clase muy solicitado últimamente”.

El detalle es jovial, realmente, ¿pero qué no son cada vez más de nuestra edad las parejas que se casan? ¿Creen qué es posible desear pasar momentos aburridos con comidas predecibles en cualquier evento social hoy en día?

“Para quienes prefieren toques más mexicanos podemos optar por pasteles de mazapán, de almendra o de tres leches. El gasto es casi el mismo, pero el giro se acopla al tema principal de una boda, porque aunque lo duden, todavía manejamos identidades en los enlaces nupciales”.

El consejo es claro: “Escoge algo que vaya contigo… ya estamos en el 2011”.

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