El orden en tu vida
Toda la realidad se inscribe en una serie o sucesión de acontecimientos. La vida es uno de ellos y cada persona tiene el poder de colocar, disponer o arreglar lo que es, lo que tiene y lo que sucede, siempre con los límites propios de su ser y su circunstancia.
Una de las mayores comodidades y de las mejores sensaciones de la hospitalidad radica en el encuentro con el orden. Llegar a la habitación y encontrar todo en su lugar, disponible y dispuesto para que los huéspedes disfruten del concierto, es decir, de la buena disposición de las cosas. Hay quien incluso se detiene para deleitar la mirada y los sentidos, admirar la belleza del ambiente e iniciar un relajante acercamiento con las cosas y las personas.
Cada ser humano guarda en su mente diferentes escenarios donde el orden se manifiesta con claridad y elegancia: el cajón del clóset o del escritorio, la ropa o los libros, los documentos, la comida o la vajilla, la atención del jardín o el mantenimiento de la casa. La experiencia de la organización multiplica su presencia en el encuentro con la Naturaleza: en la información genética, el cosmos y los fractales. Cada uno de los detalles mencionados guarda el esfuerzo, la dedicación, la creatividad y la sensibilidad del autor. Así lo expresa el dicho: “Todas las cosas se parecen a su dueño”. El orden satisface, relaja, embelesa y provoca. Obsequia con un buen estado de ánimo, aleja de las tensiones vividas y promueve el entusiasmo ante lo que viene, sea trabajo, ocio, diálogo o descanso.
...BENÉFICAS
El individuo, su familia y su comunidad, reciben el agradable aroma de lo ordenado. Administrar, que en su sentido etimológico significa ‘ir hacia el servicio’, es una conducta complementaria donde se muestra la profundidad y la trascendencia del orden que se ofrece a la propia persona y a los demás. Así los recursos con que la existencia nos regala y aquellos derivados de nuestra actividad, necesitan incorporarse a una secuencia productiva, estética y plena.
En el trabajo las recompensas son valiosas: jerarquización de los objetivos y las metas, organización del tiempo en una agenda, toma de decisiones basadas en la evidencia, sistematización de los hechos, análisis y evaluación, calidad, satisfacción del cliente y de quien sirve, ingreso, crecimiento y desarrollo integral.
En la escuela los aprendizajes son múltiples: la identificación de la secuencia lógica en las cosas, la construcción del conocimiento, el trabajo en equipo, el avance en el nivel educativo, la preparación para la vida adulta en los planos profesional y laboral.
En la relación de pareja los frutos son maduros, nutritivos y sabrosos: entre ellos resaltan la asignación de momentos exclusivos para la diversión, la intimidad y el diálogo; y la entrega máxima como factor de placer, previsión, integración y bienestar.
En las finanzas los dividendos son excelentes: la administración basada en las necesidades reales, el consumo inteligente, el ahorro y la inversión, la programación del futuro en la jubilación y en una muerte digna.
...MALÉFICAS
Nada en exceso es positivo. Una posición fundamentalista ante el orden echa por la borda al individuo y a su personalidad, y suele arrastrar a su entorno hacia un torbellino catastrófico.
El comportamiento obsesivo-compulsivo es la manifestación extrema, como trastorno de la personalidad (DSM IV-TR, 2000). Es cuando el sujeto se preocupa por el orden, las normas y los horarios sacrificando la flexibilidad, la espontaneidad y la eficacia: con excesiva atención a los detalles (interfiriendo la terminación exitosa de las tareas), dedicación exagerada (abandonando a los amigos y a los momentos de ocio), terquedad, avaricia (acumulando para evitar el desastre), rigidez y obstinación.
La pérdida de los límites saludables pone en riesgo la salud y la estabilidad en todos los aspectos, e incrementa la posibilidad de perder el sentido auténtico de la vida. Entregar al orden el protagonismo en la propia existencia, insultando a los demás y alejándose de ellos mediante el enfrentamiento, la agresión y el juicio, es el primer paso de una espiral inconveniente para vivir en armonía.
SE REQUIERE
Un factor esencial para la construcción del orden es la disciplina, como ejercicio de concentración, entusiasmo, dedicación, esfuerzo y perseverancia. Especialmente aquella que brota de una persona libre, que decide en función del bienestar propio y ajeno, que asume la responsabilidad sí misma y reconoce a la felicidad como un estilo de vida.
El convencimiento acerca de las ventajas y beneficios de ordenar la existencia es la actitud que impulsa a mantener la disciplina y conservar la mirada en el horizonte que se anhela. Así el individuo se aleja de la tentación por la opinión y el juicio de los demás, por aparentar ante ellos para darles gusto, por atender los cánones de lo efímero y de lo superficial.
El tiempo es necesario para recabar la evidencia del cambio prometido en el pasaje del caos al orden, para encontrar el gusto por el sabor de lo organizado, para obsequiar a los demás con el testimonio de vida y sentir los beneficios de mantener las cosas a la mano, pues se sabe cuáles son y dónde están.
La meta inicial es convertir en hábito a la conducta ordenada, poco a poco, pasando de lo sencillo a lo complejo, del cajón de ropa a las finanzas personales, de apagar las luces que no se usan a darse tiempo para ser pareja en la vorágine de ser padres.
Toda organización mantiene una secuencia lógica que necesita descubrirse o construirse para contemplar la sencillez de una existencia bien vivida, que no requiere de excesos en las áreas principales: vínculo familiar, experiencia académica y laboral, red social, diversión, descanso, finanzas, relación de pareja y acompañamiento de los hijos. Dicha secuencia conduce a la persona de lo bueno a lo mejor, de la felicidad al bienestar, de la pobreza a la humildad. En ello se juega la calidad de vida.
Correo-e: juanmanuel.torres@iberotorreon.edu.mx
Hay un tiempo para cada cosa, y un momento para hacerla bajo el cielo:
hay tiempo para nacer y tiempo para morir; tiempo para plantar, y tiempo para recoger lo sembrado.
Un tiempo para dar muerte, y un tiempo para sanar; un tiempo para destruir, y un tiempo para construir.
(Eclesiastés 3, 1-3)
La libertad no es hija del orden sino su madre.
Pierre-Joseph Proudhon, filósofo francés (1809-1865)
La matemática es la ciencia del orden y la medida, de bellas cadenas de razonamientos, todos sencillos y fáciles.
René Descartes, filósofo francés (1596-1650)