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El Papa invita a no creyentes a jornada de reflexión

Según el obispo de Roma, esos individuos no niegan la existencia de Dios, más bien sufren a causa de su ausencia: buscan lo auténtico y lo bueno, están interiormente en camino hacia El. (Archivo)

Según el obispo de Roma, esos individuos no niegan la existencia de Dios, más bien sufren a causa de su ausencia: buscan lo auténtico y lo bueno, están interiormente en camino hacia El. (Archivo)

Notimex

El Papa Benedicto XVI introdujo un nuevo elemento en el diálogo entre las religiones por la paz, al invitar a un grupo de cuatro no creyentes a una jornada de reflexión que encabezó junto a 300 exponentes de los varios credos.

Uno de estos agnósticos es el filósofo Guillermo Hurtado, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien la tarde de este jueves pronunció en la ciudad e Asís, ante el Papa y los otros líderes religiosos, un compromiso por un mundo mejor.

'Como humanistas en diálogo con los creyentes, nos comprometemos con todos los hombres de buena voluntad a la edificación de un mundo nuevo', dijo Hurtado.

Un mundo 'donde el respeto a la dignidad de todo hombre, de sus aspiraciones interiores y de su libertad de actuar conforme a sus convicciones, sea la base de la vida en sociedad', agregó.

'Queremos hacer que creyentes y no creyentes vivan como hermanos en la búsqueda común de la verdad, de la justicia y de la paz', enfatizó.

La declamación de Hurtado tuvo lugar en la explanada de la Basílica de San Francisco en Asís, localidad de la central región italiana de Umbria, donde se reunieron delegaciones de 50 países en representación de las más variadas tradiciones espirituales.

La reunión fue convocada para recordar el 25 aniversario del primer encuentro, que tuvo lugar en esa misma ciudad en 1986 a instancias del Papa Juan Pablo II, al que le siguieron otros dos, uno en 1993 y el otro en 2002.

Por primera vez en la historia la cumbre dejó de ser 'interreligiosa' y amplió su horizonte para incluir a las personas que carecen de creencia religiosa alguna.

Esa novedad no fue accidental y así lo explicó el mismo Benedicto XVI, durante un largo discurso en la Basílica de Santa María de los Angeles en el cual se cuestionó si los creyentes conocen en verdad a Dios y si lo muestran de manera adecuada a la humanidad.

Constató que en el mundo se está expandiendo un tipo de 'agnosticismo' de personas que carecen del don de la fe y, sin embargo, están en la búsqueda de la verdad y de un ser superior.

Según el obispo de Roma, esos individuos no niegan la existencia de Dios, más bien sufren a causa de su ausencia: buscan lo auténtico y lo bueno, están interiormente en camino hacia El. Ellos, explicó, plantean interrogantes tanto a los religiosos como a los no religiosos.

'Despojan a los ateos combativos de su falsa certeza, con la cual pretenden saber que no hay un Dios, y los invitan a que, en vez de polémicos, se conviertan en personas en búsqueda, que no pierden la esperanza de que la verdad existe y que podemos vivir en función de ella', precisó.

Aseguró que también cuestionan a los seguidores de las religiones, para que no consideren a Dios como una propiedad particular hasta el punto de sentirse autorizados a justificar la violencia contra los demás.

El Papa llamó entonces a los líderes a hacer una autocrítica y a caer en cuenta que esas personas muchas veces no encuentran la espiritualidad, aunque la busquen, porque las religiones la ocultan proponiendo prácticas reductivas de la fe.

'Que ellos no logren encontrar a Dios depende también de los creyentes, con su imagen deformada de Dios. Así su lucha interior y su interrogarse es también una llamada a los creyentes a purificar su propia fe, para que el verdadero Dios se haga accesible', insistió.

De esta manera justificó la presencia de los no creyentes en Asís para que se unan en un compromiso decidido por la dignidad del hombre y se hagan cargo de la causa de la paz, contra toda manifestación de violencia destructora.

Tras la lectura del manifiesto en el cual participó Hurtado, pero que involucró a otros 12 exponentes religiosos, tuvo lugar la entrega de lámparas encendidas a los jefes de las delegaciones presentes, como un gesto simbólico de empeño por la paz.

Luego el Papa y algunos de los presentes se dirigieron hasta la parte baja de la Basílica de San Francisco donde permanecieron unos instantes en oración ante la tumba del santo italiano.

Cerca de las 19:00 horas locales (17:00 GMT) en la estación ferroviaria de Asís, Joseph Ratzinger y las delegaciones abordaron un tren de los Ferrocarriles del Estado Italiano que los condujo con destino al Vaticano.

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