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El ‘perfil’ del rechazo

Diferencias que aún hacen ruido

El ‘perfil’ del rechazo

El ‘perfil’ del rechazo

María Elena Holguín

Buscar y conservar un empleo en nuestro país es una tarea titánica porque no sólo hay que tener conocimientos, experiencia y aptitudes para el puesto al que se aspira. También es necesario cubrir ciertos parámetros de género, edad, estado civil e incluso estéticos. Día a día, quienes desean incorporarse o mantenerse en el ámbito laboral se enfrentan a situaciones que en otros países constituyen actos de discriminación, mientras que en México todavía forman parte de un sistema que muestra un mínimo avance.

Además del perfil profesional que posee un individuo, en México existen diversas características que directa o indirectamente influyen en el proceso de selección cuando éste solicita un empleo, mismas que en otros países con una concepción laboral más avanzada se consideran actos discriminatorios.

La edad, la apariencia física, el estado civil, ser hombre o mujer y muchos otros rasgos aún determinan si alguien obtendrá y/o conservará un trabajo, pues en obediencia a prejuicios y estereotipos, las empresas han ido fusionando todos estos criterios a la elección o categorización de su personal; y lo peor, han llegado a convencer a la sociedad de que son indispensables. ¿Por qué las compañías no se limitan a analizar la correspondencia entre el puesto que se pretende ocupar con el perfil del aspirante?

Por desgracia, muchos de estos rasgos siguen siendo motivo de discriminación incluso para quienes ya están integrados al terreno laboral y en función de dichas características pueden o no ser considerados para una promoción o ascenso, incrementos salariales o en su defecto despidos, lo que es igualmente injusto y en ocasiones hasta ridículo.

Contrario a lo que pensamos no sólo en Estados Unidos o Europa se comete racismo; en México la existencia de corporaciones que aún se rigen bajo las citadas pautas nos demuestra que aquí también existe un profundo sentido se exclusión y una posición altamente elitista.

Por otro lado, el sistema laboral en nuestro país comienza a tener un cambio, aunque por ahora es insuficiente ya que se restringe a una mínima parte del total de las empresas, concretamente a aquellas que son grandes y que en función de su infraestructura y relaciones con las de otros países, han evolucionado poco a poco. Pero son la minoría. En lo general, el mundo profesional en México se distingue negativamente por estar plagado de situaciones de machismo, misoginia, intolerancia y otras manifestaciones de rechazo y desigualdad.

LOS PERFILES NON GRATOS

En definitiva, hay ciertas condiciones o características ‘universales’ para que las empresas rechacen a quien busca llenar una vacante: que tenga antecedentes penales, que haya protagonizado algún conflicto laboral o mostrado conductas no éticas en otras compañías.

Carecer de un historial de trabajo comprobable, o por lo menos de una actitud de compromiso si se trata de jóvenes recién egresados o con poca experiencia, igualmente suelen ser impedimentos para una contratación.

Cuando en el perfil hay inestabilidad o ‘brincoteo’ de un empleo a otro en lapsos cortos de tiempo, o frecuentes cambios de giro laboral, o inconsistencia en el desempeño, ello no resulta un detalle confiable para la compañía. “Se entiende que ocasionalmente hay que trabajar ‘de lo que va saliendo’, pero si esto se repite y además la persona no se da a entender durante la entrevista, la imagen con la que nos quedamos es que se trata de alguien que va con el viento”, asegura la Licenciada Perlita Lee, Directora de Pérez Lee Selección de Personal.

Fuera de estos aspectos hay otros que sin tener que ver con el perfil profesional o la capacidad para desempeñar cierta función, se siguen tomando en cuenta para ingresar y que, como ya explicamos, pueden ser discriminatorios.

Asimismo, si un individuo consigue ocupar un cargo pese a estas cuestiones, en dado momento -quizá meses o incluso años después- pueden convertirse en obstáculos para mantener la permanencia en la empresa y/o alcanzar en ella el esperado desarrollo curricular. Quien no se ajusta a las condiciones ‘ideales’ no tiene un empleo garantizado, pues suele encabezar la lista de candidatos a despido en caso de recorte de personal, entre otras muestras de exclusión...

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