El poder de las olas, desaprovechado en México
El tsunami que devastó Japón en marzo es una muestra del gran poder de las olas. ¿Qué sucedería si una energía de esa magnitud —o al menos parte de ella— lograra “cosecharse”? Esta es la tendencia de cada vez más países que pretenden ampliar su matriz de fuentes alternativas y en la que México se encuentra rezagado.
Mientras en naciones como Canadá o Portugal crece la evaluación y adopción de sistemas para aprovechar la energía de las olas marinas y transformarla en electricidad, en México los proyectos de este tipo son aún experimentales e incipientes, pese a que el territorio nacional cuenta con más de 11 mil kilómetros de litorales.
Hay tres fuentes de “energía marina” susceptibles de aprovechamiento para generar electricidad, explica Oscar Velasco, del Centro de Investigación Científica y Educación Superior en Ensenada. Son lasmareas, las corrientes y el oleaje producido por el viento.
Pero no se ha impulsado ningún esfuerzo sistemático para aprovechar esta última fuente (el oleaje) “porque ningún gobierno mexicano lo ha considerado importante”, dice llanamente el oceanógrafo del Cicese.
“En los planes y discursos oficiales se habla muy bien de las energías renovables y se advierte sobre la necesidad de incrementar la matriz energética a partir de estas fuentes, pero en la práctica no se está haciendo, a pesar de que hay estudios y evaluaciones del potencial elaborados por la Secretaría de Energía y la CFE”, considera Beatriz Olivera, de Greenpeace México.
ENORME POTENCIAL
Para Rafael Sánchez Dirzo, de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM, “el 20% de la electricidad mundial puede provenir de los océanos durante el transcurso del siglo (XXI), pues los dispositivos para su obtención son dignos herederos de Arquímedes, Leonardo y Ramelló, precursores de la hidráulica e hidrodinámica, ahora orientadas a obtener energía del agua salina de los mares”.
En un reporte actualizado hasta 2008, la Agencia Internacional de Energía (IEA) consigna que la producción total de electricidad en México alcanzó 258 mil 913 GWh ese año. La mayor proporción (131 mil 076 GWh) se produjo a partir de gas; del petróleo se obtuvieron 49 mil 311 Gwh, de centrales hidroeléctricas 39 mil 178 Gwh y de carbón 21 mil 410 GWh.
En el rubro de energías renovables libres de emisiones de carbono, el informe estadístico de la IEA coloca a la geotérmica como la (relativamente) más aprovechada en el país, con una producción de 7mil 056 GWh. De los aerogeneradores se obtuvieron 269 GWh y de los paneles fotovoltaicos solares 9GWh. En cambio, la cifra para la energía de las olas marinas es cero.
Ante este panorama, Velasco propone invertir en el conocimiento del oleaje que prevalece en aguas territoriales (su altura, frecuencia, dirección de procedencia, etc.); luego en identificar las zonas propicias para aprovechar su energía y finalmente en desarrollar los aparatos adecuados para transformar la energía mecánica en eléctrica. Ello, advierte, sin dejar de estudiar los efectos de las plantas que ya existen, pues el que generen energía “limpia” no significa que sean inofensivas.
LOQUE YASE HACE
Portugal estableció en 2008, a 4 kilómetros de la costas de Aguçadoura, la primera planta generadora de electricidad a partir de las olas. Son tres gigantescos cilindros de acero articulados de 3 metros de diámetro y una longitud total de 140 metros. En sus uniones hay dispositivos hidráulicos que impulsan un motor y un generador. Cada una de estas “serpientes” produce unos 750 Kwh y se espera ampliar su número.
Por su parte en Canadá— que durante 2008 produjo 33 GWh derivados de energía de olas— ya trabajan organizaciones, centros de investigación como el Canadian Hydraulics Centre, gobiernos y empresas privadas fabricantes para promover el uso de estas tecnologías a un nivel industrial, obstáculo que se ha visto frenado por la variedad de diseños propuestos, así como por los costos de implementación.
En México, expertos del Instituto de Ingeniería de la UNAM han desarrollado prototipos de aparatos como turbinas de eje horizontal para convertir corrientes marinas en electricidad. Y Steven Czitrom, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, quien patentó un sistema de bombeo que aprovecha el oleaje para descontaminar aguas, pretende ampliar esta línea de investigación a la producción de electricidad.
Ninguno de estos proyectos se ha evaluado ampliamente y mucho menos escalado para su uso masivo o comercial.
“Por supuesto que esto debe contemplarse a largo plazo en los diversos planes y en la Estrategia Nacional de Energía, pues la ruta que ahora está trazada se enfoca a (explotar) más carbón, petróleo y energía nuclear”, advierte por su parte Beatriz Olivera.
En movimiento
Diversos medios se refieren indistintamente a la energía de las olas como mareomotriz. Pero es importante aclarar que la misma tiene tres fuentes susceptibles de aprovechamiento. Éstas son:
Mareas. El desplazamiento de las aguas marinas es debido a la influencia gravitacional de la Luna y el Sol sobre nuestro planeta.
Corrientes. Son generadas por las mareas, los vientos y las diferencias en la distribución de temperatura y salinidad en distintas regiones del océano.
Oleaje. Es producido por la interacción del viento y el mar.