El premio incómodo
Desde que la petición testamentaria de Alfred Nobel se tradujo en la entrega anual de cinco reconocimientos a quienes por su labor destacaran en el mundo en los campos de la química, física, literatura, paz y fisiología o medicina, ningún premio ha generado tanta incomodidad como el Nobel de la Paz, cuyos galardonados, han sido capaces de que naciones enteras se pronuncien, como sucedió este 2010 cuando la gran y autoritaria potencia China enmudeció frente al nombre de Liu Xiaobo.
Precisamente por no tener reparo en denunciar los constantes atropellos a los derechos fundamentales de decenas de millones de compatriotas suyos, por denunciarlas ante medios de comunicación e instancias internacionales, pero sobre todo por hacerlo de manera constante, decidida y pública, el Comité Nobel Noruego, decidió entregar el galardón número 109 de la paz al activista e intelectual chino Liu Xiaobo.
Lejos de poder lucir un elegante frac negro, cenar con la corte suiza y contar con los reflectores mundiales encima, durante más de una semana, al ex presidente del Centro Independiente Chino (PEN), detenido desde diciembre de 2008 por su participación en la firma de la Carta 08, le tocó celebrar desde la rigidez del cemento de su cama y las condiciones deplorables de una prisión china, donde cumple una condena de 11 años de prisión desde 2009.
Acusado por el Gobierno Chino de “incitar la subversión contra el poder del Estado”, el disidente chino Liu Xiaobo, tuvo que celebrar su reconocimiento desde la cárcel, donde lo acompañaron las personas que fueron arrestadas por el Gobierno de Pekín, dos días después del anuncio, por festejar la concesión del Premio Nobel de la Paz con un banquete en honor del intelectual, convocado por internautas chinos, abogados de derechos humanos y académicos.
Y ¿qué dice la potencia económica más grande del mundo?
Además de doblar el cerco seguridad que mantiene en la residencia de la esposa del disidente (que además de impedir su libre desplazamiento físico, también le impide comunicarse vía telefónica o a través del Internet), el portavoz de la cancillería de Pekín, Ma Zhaoxu, recalcó en un comunicado que “Liu Xiaobo fue hallado culpable de violar la legislación china” y sostuvo que las acciones del disidente “son contrarias a los objetivos del Premio Nobel de la Paz”.
“El Comité Nobel ha violado y blasfemado ese premio”, decía el comunicado publicado en varias paginas de Internet, donde se añadía que la medida perjudicaría las relaciones chino-noruegas. Como sentenciado por el adagio popular que recita que “cuando las barbas del vecino veas cortar…”, pronúnciate en contra tu también, gobiernos como el de Cuba, Venezuela y Bolivia, coincidieron con la postura china y se pronunciaron no sólo contra el Nobel de la Paz, sino también contra el de Literatura concedido al escritor peruano Mario Vargas Llosa.
Sin embargo, para que el nubarrón de la polémica oscurezca el panorama, se requiere una postura que refute, y tras la felicitación emitida por el Gobierno Noruego al premiado, también publicada en Internet, “por su compromiso a favor de la democracia y los derechos del Hombre”, ignorando las amenazas chinas, más de medio centenar de países, mil 700 Organizaciones No Gubernamentales, 3 millones de estudiantes, académicos, artistas, profesores y activistas, se unieron a la felicitación a través de comunicados y redes sociales, tan sólo dos días después del premio anunciado el 14 de octubre de 2010.
Una polémica que no es nueva
De la misma manera que el Gobierno chino se inconformó por la entrega del Premio Nobel de la Paz 2010 al disidente chino defensor de los derechos humanos Liu Xiaobo, millones de personas pusieron el “grito en el cielo” cuando el comité noruego anunciaba en 2009 la entrega del mismo galardón al presidente de los Estados Unidos Barack Obama.
Ya que al comité que otorgó el Nobel tomó como una de las razones el trabajo del presidente norteamericano y “su visión y su trabajo por un mundo sin armas nucleares”, olvidando que el mandatario dirige la nación con el mayor número de armas nucleares, el ejército más grande del planeta, y la mayor cantidad de tropas desplegadas y listas para entrar en combate en el mundo.
En 2007, el estadounidense Al Gore, también fue bendecido con el legado testamentario de Alfred Nobel, por su “trabajo a favor del medio ambiente”. Sin que el comité tomará en cuenta que para 2007, las tesis de Gore, dadas a conocer pocos años atrás, ya habían sido refutadas y desmentidas por numerosos científicos de todo el mundo. Y sobre el ex candidato presidencial caía la pesada crítica por impartir conferencias a cambio de fuertes cantidades de dinero.
Una lista innumerable de polémicos bendecidos con el premio de la paz se ha inscrito en los anales del Premio Nobel más incómodo. Kofi Annan, recibió el galardón en 2001 por “su trabajo para alcanzar un mundo mejor y más pacífico”. Aun cuando él y su hijo se vieron involucrados en un escándalo de corrupción en el programa “petróleo por alimentos”, que le dio la vuelta al mundo. Rigoberta Menchu, Wangari Maathai, Jimmy Carter y Yasser Arafat, son algunos de los personajes que también han sido observados con la lupa del escándalo por recibir este premio.
Sobre el Nobel 2010
La tranquila noche del 4 de junio de 1989, un grupo de estudiantes, académicos, obreros y activistas de los derechos humanos en China, se concentraban en la plaza de Tiananmen en Beijing, para exigir al Gobierno Chino acabar con la corrupción y ofrecer un sistema político más abierto, cuando un escuadrón de tanque se abalanzó contra los manifestantes abriendo fuego a diestra y siniestra, el resultado según cálculos, ante la falta de cifras oficiales, miles de chinos literalmente fueron asesinados.
Este episodio condenado por Human Rights Watch y Amnistía Internacional, como “la masacre de Tiananmen”, fue el detonante para que Liu Xiaobo, doctor en Filosofía y catedrático de la Universidad de Columbia en Nueva York, abandonara su plaza de investigador y maestro y se decidiera enfáticamente a defender los Derechos Humanos en su país. Enviado a un campo de trabajo por poner en duda la legitimidad del sistema de partido único en 1996, y encarcelado por participar en el manifiesto titulado “Carta 08” que firmaron 302 intelectuales y que se dio a conocer a través de Internet logrando una importante repercusión en la prensa extranjera, Liu Xiaobo quien actualmente se encuentra cumpliendo una condena de 11 años de cárcel en China, fue reconocido ante la incomodidad del Gobierno Chino con el Nobel de la Paz 2010.
A pesar de que la fotografía y reseña biográfica de Premio Nobel de la Paz 2010, había sido publicada en miles de diarios, portales de Internet, revistas y magazines alrededor del mundo entero, el nombre de Liu Xiaobo, era borrado de cualquier información en noticieros, Internet o teléfonos móviles, al punto que la mayoría de sus compatriotas no sabían quién era y mucho menos porqué lo habían premiado. En China se ha omitido cualquier mensaje que contiene el nombre del disidente premiado.