E L Partido Revolucionario Institucional ya anunció que, en el presupuesto del 2012 buscará incrementar las participaciones federales a los gobiernos de las entidades federativas entre el 9 y 15% con respecto a lo que reciben en el 2011, que ya de por sí es casi 8% más de lo que recibieron en el 2010 y el 110% más de lo que recibieron en el 2000.
Los grandes ganadores en el reparto de los recursos públicos durante los 10 años y medio de gobiernos federales panistas han sido las entidades federativas, que cada año reciben más recursos de la federación. A pesar de ello también cada año las entidades federativas se endeudan más, de acuerdo a una declaración del diputado panista Luis Enrique Mercado, en este mismo periodo la deuda estatal creció en 97.9%.
Las entidades federativas recibirán en el transcurso del 2011 casi 492 mil millones de pesos en participaciones federales, es decir, aproximadamente 35 mil millones más de los que recibieron el año pasado. Y ahora los legisladores priistas buscarán que dicha cantidad se incremente entre 45 mil y 72 mil millones de pesos más para el 2012.
Por otra parte, de acuerdo a información publicada por el diario regiomontano El Norte, en su edición del 30 de junio de este año, los intermediarios financieros le reportaron a la Secretaría de Hacienda que el endeudamiento total de las 32 entidades federativas al cierre de marzo del 2011 ascendía a 363 mil millones de pesos, casi el 64% del total de las participaciones que reciben anualmente.
Así las participaciones y la deuda de las entidades federativas se han duplicado en la última década. Y como señaló el Instituto Mexicano para la Competitividad, de acuerdo a una información publicada en diario capitalino El Universal, el 72% del gasto total se destina al gasto corriente, es decir, simplemente para hacer funcionar el gobierno, pero sin posibilidades de realizar inversión.
Y del restante 27%, como declara en la misma nota Jesús Sánchez Arciniega, académico de la UNAM, "desafortunadamente en las entidades lo que más les interesa son las obras que se ven. Si no tienen efecto electoral, las obras no se realizan. Es difícil decir que los recursos se usan para un desarrollo regional".
Esa es la realidad del gasto de los gobiernos locales: casi las tres cuartas partes (en algunas entidades supera dicho porcentaje) destinado al gasto corriente; y la otra cuarta parte, a la realización de obras de infraestructura vistosas y vendibles desde el punto de vista electoral, pero que poco o nada aportan al desarrollo económico o social de las entidades.
Las cuantiosas cantidades de recursos adicionales, que sin costo político alguno (pues en su mayoría gobernadores y alcaldes se niegan a incrementar sus impuestos o derechos para no perder simpatías entre sus ciudadanos) literalmente se han dilapidado, ya que no han tenido impacto positivo duradero en la mismas.
A pesar de ello, particularmente los gobernadores buscan cómo allegarse más recursos, particularmente en año electoral, pues los requieren para invertirlos en la campaña electoral de los candidatos de su partido, por lo cual la ciudadanía nuevamente puede esperar.
Así por un lado en Coahuila, que ya tiene una deuda de casi 32 mil millones de pesos (casi el 9% de la deuda total de las 32 entidades federativas de acuerdo a los reportes de los mismos bancos) se aprueba una nueva Ley de Deuda Pública que le permite a todos (Gobierno del Estado, ayuntamientos y organismos descentralizados) adquirir créditos por hasta 360 días sin solicitar autorización del Congreso, mismos que podrán refinanciar indefinidamente (obvio siempre de 360 en 360 días) sin dicha autorización; y entregar en garantía bienes de dominio privado de los estados y municipios, como son los palacios de gobierno y municipales, hospitales, teatros y demás.
Por otro, los legisladores priistas junto con su dirigencia nacional, ya establecieron como uno de los puntos prioritarios para la próxima agenda legislativa incrementar del 20 al 28% el porcentaje de la Recaudación Federal Participable que se destina al Fondo General de Participaciones, que de acuerdo con sus propias cuentas, según señala una información publicada por el diario regiomontano El Norte, en su edición del 13 de agosto, implica un incremento en las participaciones de entre 45 mil y 72 mil millones de pesos. Según la nota ya citada lo menos que aceptarán en la negociación del próximo presupuesto será incrementarlo al 25%, que equivale a los 45 mil millones de pesos adicionales.
La disputa por el presupuesto del 2012 ya está muy clara: los blanquiazules desean que se quede más presupuesto en la federación y, obviamente, tener margen de acción para destinar recursos a programas que les permitan tratar de incrementar su caudal de votos; y los priistas, buscando mayores recursos para los estados para poderlos destinar a apoyar la campaña de su candidato a la Presidencia de la República, aprovechando que en esta ocasión no hay fractura entre éste y los gobernadores tricolores. Los perredistas se benefician de la postura tricolor, pero en menor medida y tampoco tienen la fuerza en el Congreso para decidir la negociación, así que serán básicamente observadores.
Y, obviamente, todas las fuerzas políticas desprecian incluso que se avecine una época de turbulencia económica por las excesivas deudas de los países industrializados, ellos están muy ocupados en los asuntos electorales.