El mexicano se despidió ayer de su equipo en España. (EFE)
Las grandes oportunidades aparecen sólo una vez en la vida y hay que aprovecharlas. Por eso, Gustavo Ayón dejó atrás la Liga española de basquetbol para embarcarse en el reto de jugar en la NBA.
Ayón, de 26 años de edad, hizo oficial este miércoles su salida del Fuenlabrada español para embarcarse en una nueva aventura en su vida, jugar para los Hornets de Nueva Orleáns, que lo ficharon por tres años y 5 millones de dólares.
Este miércoles su día comenzó con una rueda de prensa en Madrid, donde se despidió de su afición. Y luego el teléfono no paró de sonar.
"Aún no lo dimensiono [ser NBA], creo sabré la magnitud del logro hasta que esté ahí", dijo Ayón, en exclusiva a EL UNIVERSAL desde España.
"Por ahora estoy arreglando todo, no he pensado mucho en el logro, por ahora ha disfrutar un poco", agregó.
Ayón viajó con rumbo a Nueva Orleáns, donde será presentando este viernes.
Oriundo de Zapotán, Nayarit, "Tavo" se une a Horacio Llamas y Eduardo Nájera como los únicos mexicanos en jugar en la NBA.
"Estoy feliz por todo esto que está pasando, es un orgullo siempre representar a mi país. Cada jugador mexicano que ha llegado ha puesto su huella y yo espero tener muchos momentos dulces en la NBA", añadió.
A diferencia de Llamas y Nájera, quienes llegaron a la NBA luego de jugar en universidades estadounidenses, el camino de Ayón fue más complejo.
Después de jugar un año en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Ayón emigró con los Espartanos de San José State, donde no tuvo éxito.
"La oportunidad de ir a Estados Unidos no la quise aprovechar. Este camino fue el que decidí y creo que salió bastante bien", añadió.
Después de su fugaz paso en el basquetbol colegial de Estados Unidos, Ayón regresó a México para enrolarse con los Halcones de Xalapa de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP) y de ahí, en 2009, se fue al Fuenlabrada, donde poco a poco comenzó a brillar cada vez con mayor intensidad.
"Es otro camino a la NBA, no puedo decir si mejor o peor, pero es el camino que han seguido los argentinos y los brasileños: venir a Europa a triunfar y luego ir a Estados Unidos. Yo pensé que era buen camino y me arriesgué", dijo Ayón, quien fue seleccionado mexicano en los Centroamericanos de Mayaguez.
Tavo, quien juega como poste o delantero de poder, no oculta la fuerte influencia que ha sido en su vida Llamas, quien jugó un par de años con los Soles.
"Antes de ir a los campamentos de la NBA, hablé con él para ver cómo era ese ambiente y me sirvieron los consejos que me dio. Ahora no he tenido contacto con él, pero seguro que lo tendré; espero que me dé sus consejos, tengo el placer de conocerlo y espero que me dé su ayuda", aseguró Ayón, quien mide 2.10 metros de estatura.
Ayón sin duda necesitará mucha ayuda, al menos en sus primeros días. Debido a su repentino fichaje, se reportará a sólo 48 horas del inicio de temporada y tendrá que aprender rápido el sistema del entrenador Monty Williams.
Fuera de eso, no espera tener problemas para encajar en su nueva vida.
"Adaptación sólo al juego NBA", afirmó Ayón. "A lo demás, ya tengo ocho años fuera de casa y no habrá problemas para vivir solo". Y triunfar a la vez.
Ayón tiene difícil misión en los Hornets
Gustavo Ayón ya dio el primer gran paso. Llegar a la NBA. Ahora viene lo más complicado, ganarse un puesto en la rotación de los Hornets de Nueva Orleáns.
Ayón, de 2.10 metros de estatura, no tendrá una misión sencilla para hacerse de un lugar en el basquetbol más complicado del mundo. El mexicano de 26 años de edad ha jugado como centro gran parte de su carrera, una posición en la que Nueva Orleáns tiene a dos sólidos elementos, Emeka Okafor y Chris Kaman, quien llegó en el cambio que mandó a Chris Paul a los Clippers.
Okafor fue Novato del Año de la NBA en 2005 y ayudó al equipo de Estados Unidos a ganar un bronce en los Olímpicos de Atenas 2004. Kaman es un sólido, aunque poco espectacular centro, que fue invitado al Juego de Estrellas el año pasado.
"Yo no los veo a ellos como una competencia, creo que la competencia o los rivales a vencer están en los otros equipos de la NBA", dijo Ayón en entrevista a EL UNIVERSAL. El jugador mexicano, originario de Zapotán, en Nayarit, no desconoce la posición de delantero de poder y bien podría jugar como tal en la NBA.
Hornets tiene a dos jugadores que se perfilan como titulares en ese puesto.
El más sólido parece ser Carl Landry, un veterano de cuatro temporadas que llegó al equipo el año pasado para disputar los últimos 23 encuentros y promedió 11.8 puntos y 4.1 rebotes.
"Creo que son pocos los jugadores que tienen su lugar asegurado. Yo en cada etapa de mi carrera he tenido que trabajar para ganarme un lugar y aquí no va a ser diferente", consideró Ayón, quien llega del Fuenlabrada español.
El debut del mexicano en la NBA es incierto. Su arribo a Nueva Orleáns está planeado para el viernes, cuando realizará exámenes médicos de rutina.
Después de superar esa prueba, podría entrenar sábado y domingo, pero se ve complicado que pueda estar en el arranque de campaña el lunes, cuando Hornets visite a los Soles de Phoenix.
Algo más realista sería verlo en las duelas, aunque sea durante unos minutos, cuando los Hornets abran temporada como locales, el miércoles 28 de diciembre ante los Celtics de Boston. "Eso será algo que decidirá el entrenador, yo estoy bien físicamente y listo para aportar lo que sé", concluyó.
Pelea
Tres jugadores con los que peleará un puesto
n a) Emeka Okafor: Fue Novato del Año en 2005, ganó medalla de bronce en Atenas 2004. Es más reconocido por su juego sólido a la defensiva, aunque al ataque aporta muy poco. Okafor fue la segunda selección global en el Draft.
n b) Chris Kaman: Acaba de llegar al equipo en el cambio que llevó a Chris Paul a los Clippers. Es otro sólido jugador que fue invitado al Juego de Estrellas de 2010. Fue la sexta selección global en el Draft de 2006, elegido por Los Ángeles.
n c) Carl Landry: Es un delantero de poder que está en su tercer equipo en la NBA. Llegó con menos blasones en la segunda ronda del Draft de 2007. El año pasado, ya con los Hornets, promedió más de 11 puntos por juego.
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