"El dinero es sólo un instrumento."
Ayn Rand
Algo importante está ocurriendo. La semana pasada los mercados bursátiles del mundo registraron su peor desempeño desde la crisis de 2008. El FTSE 100 y el Eurofirst 300 tuvieron caídas de 10 por ciento. El Standard & Poor's descendió 7.2 por ciento. La Bolsa Mexicana de Valores, pese a una ganancia de 1.13 por ciento el viernes 5 de agosto, un día de extrema volatilidad, perdió 6.39 por ciento en la semana.
Por primera vez en la historia una de las tres principales evaluadoras del mundo, Standard & Poor's, bajó la calificación de la deuda soberana de largo plazo de Estados Unidos del nivel perfecto de AAA a AA+: Los "riesgos políticos" y una "creciente carga de deuda" fueron las razones. Además, S&P ofreció un pronóstico negativo de esta deuda, lo que podría llevar a nuevas bajas en la calificación.
China, el país con mayores reservas internacionales, casi 3.2 billones de dólares, la mayor parte en instrumentos denominados en dólares, podría ser el más importante perdedor si Washington no puede ya pagar su deuda pública. Este pasado fin de semana el Gobierno chino, a través de la agencia de información Xinhua, señaló que Washington debe "curar su adicción a la deuda" y "vivir dentro de sus medios". En cambio, Japón, el segundo poseedor de bonos del Tesoro de Estados Unidos, ha estado comprando dólares y vendiendo yenes para tratar de reducir el valor de su moneda e impulsar sus exportaciones.
Algo no está funcionando bien. El esquema en que Estados Unidos consume mucho más de lo que produce, para lo cual se endeuda con los productores que no consumen, China y Japón, no puede sostenerse en el largo plazo. Estamos llegando a un punto de quiebre que se manifiesta en la persistente crisis económica.
Estados Unidos tiene una ventaja enorme sobre los demás países: puede imprimir o crear dólares electrónicamente y lograr que se acepten en todo el mundo como si tuvieran valor real. Si la Reserva Federal necesita 100 mil millones de dólares, los genera apretando un botón; en otros países es necesario producir 100 mil millones de dólares en bienes y servicios y venderlos al exterior para obtener esa cantidad.
El "señoreaje", término que viene del "privilegio del señor" para acuñar moneda, contribuye a la prosperidad de los Estados Unidos porque le permite crear más dinero que los demás y gozar de tasas de interés inferiores a las que supondría su política económica.
Pero incluso ese "privilegio exorbitante", como lo llamó Valéry Giscard d'Estaing cuando era ministro de finanzas de Charles de Gaulle en la década de 1960, tiene sus límites. Ahora, de hecho, se está erosionando con gran velocidad. El euro se usa cada vez más como divisa de reserva. China está buscando opciones a los dólares. El Banco de México ha estado comprando oro para sus reservas.
No será fácil reemplazar al dólar como divisa de reserva global. El renminbi (o yuan) no es aceptable por los controles cambiarios que sigue aplicando China. Tokio no quiere que el yen sea divisa de reserva porque se apreciaría y esto afectaría sus exportaciones. El euro carga con el lastre de las economías fallidas de Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia. Todo el oro del mundo es insuficiente para servir de reserva, como lo es también el franco suizo.
El dólar tendrá que seguir siendo por el momento la divisa de reserva, pero la irresponsabilidad financiera de Washington que inició George Bush, Jr., y que ha continuado Barack Obama genera presiones a la economía mundial. ¿Qué tan sensato es ahorrar en deuda cuando no hay certeza de que el deudor vaya a cumplir con sus compromisos?
LOS GANADORES
Estados Unidos se ha beneficiado de la guerra contra las drogas en México porque ha aumentado su producción y venta de marihuana hidropónica y de drogas de laboratorio. También se beneficia por el éxodo de pequeños empresarios y profesionales mexicanos al sur de Estados Unidos. Sólo México pierde en esta guerra.
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