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El silencio del habla

Las laguneras opinan...

LAURA ORELLANA TRINIDAD

A Licha, por alentar siempre nuestra voz

A mí sí me sorprenden personas como Javier Sicilia, Julián LeBarón, Olga Reyes, Isabel Miranda de Wallace, Alejandro Martí y otros mucho menos visibles. Los observo con admiración, con respeto, con reverencia. No cualquiera transforma el dolor personal en proyectos para el bien común. No cualquiera pierde a un hijo, una hija, un esposo, un hermano y se levanta con esfuerzo -porque el dolor aniquila- para hacer todo lo posible por los que vienen, porque el suyo ya no tiene remedio. No cualquiera se anima a recorrer kilómetros en una caravana -sin protección ni comodidades, como las que tienen los políticos cuando hacen campaña- para sembrar lo que no tenemos: confianza, certidumbre, esperanza.

La Caravana de la Paz, del Consuelo, escucha. Escucha a los adoloridos que encuentra en su camino: "La gente está ávida de que se le escuche, está ávida de justicia, deposita esperanzas muy grandes en este proceso, en este movimiento", dice Sicilia. A la Caravana sí le interesa cada una de las víctimas e intenta recuperar sus testimonios. Le interesa rescatar a los que en silencio y aisladamente viven la pena de haber perdido un hijo, esos que no son viudos, ni huérfanos, los que no tienen un término para autonombrar su quebranto. Por eso, resalta más la sordera de los políticos, su dureza, su impasibilidad. ¿Es que acaso nunca han sufrido? Nada los mueve: ni la violencia, ni las acciones de esperanza. ¿Qué los conmueve?

Javier Sicilia y el movimiento, encarnan otro tipo de político, el que desea "estar con la soledad del otro" y "abrazarlo". Nada más. No hay cien promesas, que finalmente no se cumplen, ni ofrecimiento futuro de lazos familiares. Hoy están ahí, en el "epicentro del dolor" para confortar a las familias en las que falta "alguien" que tiene nombre y apellido: algún estudiante que tenía un porvenir, alguno que estaba en proceso de rehabilitación de las drogas, alguna mujer que salía de trabajar de una maquiladora, algún empresario que fue secuestrado y asesinado.

Me duele la eterna paradoja: quienes tienen el poder no tienen la menor credibilidad, porque sólo escaldan un peldaño y ya quieren acceder a otro, porque sus promesas se vacían cuando terminan un período (si es que lo terminan) y dejan todo "a medias"; porque en vez de lograr consensos con otros partidos o con otras corrientes políticas, ahondan las diferencias; porque gastan dinero hasta el hartazgo en sus campañas; porque siempre buscan que el poder los beneficie. Y quienes tienen liderazgo por su honestidad, por su visión hacia el bien común, por su congruencia entre el pensar y el actuar, no tienen el poder. ¿Por qué diversas voces piden que el movimiento no se politice? Porque ya el término alude, en el mejor de los casos, a exclusión de los otros, si no es que a corrupción o contaminación.

Es momento, como lo propuso Sicilia, de un candidato independiente "que cuente con una agenda que compartan todos los partidos y tome en cuenta a la ciudadanía". Sí, hay políticos quienes aseguran que "es necesaria la experiencia que dan los partidos", pero éstos no han sabido responder a los retos y necesidades que el país ha demandado en décadas. La experiencia de Sergio Fajardo en Colombia es altamente significativa: se requieren candidatos honestos, que utilicen todas las herramientas de la investigación para diagnosticar, analizar y proponer alternativas, involucrados con la ciudadanía. Se necesita un equipo que actúe en consonancia con la comunidad, que no pierda la capacidad de escuchar y de ver por los ciudadanos.

Por lo pronto, habrá qué ver lo que se propone hoy en Juárez. Cierro el artículo a la hora en que deberán estar firmando el Pacto Nacional Ciudadano que será "la primera piedra para la refundación del país". Los que firmen, dialogarán hoy sábado en torno a diversos ejes como derechos humanos, paz, cultura y geopolítica, género. Se discutirá qué exigir a los tres niveles de gobierno, a los poderes de la Unión, los tiempos de su cumplimiento, y las acciones de resistencia civil que ha venido planteando Javier Sicilia.

Terminando, regresarán a sus lugares de origen, ojalá que contagiados de esperanza, pasarán por Torreón nuevamente, dormirán aquí. Ojalá tengan una noche de paz.

Lorellanatrinidad@yahoo.com.mx

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