Hablábamos la semana pasada de que muy pronto seremos 7,000 millones de personas en el planeta. Mencionábamos que, si bien es cierto que se trata de un número considerable de habitantes, el enorme desequilibrio en las condiciones de vida no es consecuencia directa de ello, sino de otras dinámicas. De acuerdo con la National Geographic Society, en el mundo de los 7,000 millones, "el porcentaje de gente con un nivel de vida decoroso es más alto que nunca". Pero esta afirmación está lejos de cantar victoria: en el mismo reporte, la institución afirma que 2% de la población mundial posee 50% de la riqueza.
No sé a ustedes, pero cuando leo este tipo de estadísticas, por lo general me asalta una pregunta: ¿en cuál de los cajones me ubico? ¿Estoy más cerca del porcentaje que acumula, o del que necesita? ¿Le estoy restando oportunidades a otros, otros me las están restando a mí? En este sentido, a nivel global ocurre lo mismo que pasa en muchas familias: de dinero no se habla, y por lo tanto, cuando se menciona el tema cada quien se imagina lo que quiere o lo que puede. Por esa razón, para evitar ambigüedades, copio aquí los estándares con que la National Geographic Society hizo ese cálculo, que divide a los habitantes del planeta en cuatro grandes grupos:
El primero, de 1,000 millones de habitantes, está formado por aquella población que gana menos de 995 dólares al año. Para este grupo la esperanza de vida es de 58 años para los hombres, y 60 para las mujeres, y tienen en promedio 7.8 años de educación. Su porcentaje de alfabetización es de 66%.
El segundo grupo, de ingresos medios bajos, es el más numeroso: 4,000 millones de habitantes. Se compone por la población cuyos ingresos anuales van de 996 a los 3,495 dólares. Para este grupo, la esperanza de vida es de 66 años para el hombre, y 70 para las mujeres. Tienen en promedio 10.3 años de educación formal, y 80% saben leer y escribir.
El tercer grupo, de 1,000 millones de habitantes, se compone por la población que gana al año entre 3,946 y 12,195 dólares. Para este grupo, la esperanza de vida es de 68 años para el hombre, y 75 para las mujeres. Tienen en promedio 13.8 años de educación formal, y 93% saben leer y escribir.
El último grupo, formado por otros 1,000 millones de habitantes, gana más de 12, 196 dólares al año. Para este grupo, la esperanza de vida es de 77 años para el hombre, y 83 para las mujeres. Tienen en promedio 14.5 años de educación formal, y 98% saben leer y escribir.
Por supuesto, se trata de grandes clasificaciones que bien pueden subdividirse, pero que son más precisas que las borrosas generalizaciones con las que suelen trabajar quienes dividen el mundo, simplista e irresponsablemente, en "ricos" y "pobres". ¿Qué propongo con esto? Dejar de lado la retórica hueca, para darnos una idea mucho más precisa de lo que significan palabras tan manoseadas como pobreza, riqueza, bienestar, nivel de vida...
Una idea para cerrar: hablábamos también, la semana pasada, de que uno de los asuntos que amerita la reflexión de todos, es que, a pesar de que como planeta generamos la riqueza suficiente para hacerlo, no hemos podido ponernos de acuerdo para garantizar que todos los niños que llegan al mundo tengan aseguradas al menos condiciones mínimas de alimentación, educación y salud. En ese sentido rescato una definición que maneja la Organización Mundial de la Salud, que indica que la salud es "un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades". De esta definición se desprende la idea de que no es lo mismo estar sano que no estar enfermo. Lo mismo ocurre con el bolsillo: unas finanzas sanas son mucho más que un nivel de ingreso: un dólar no compra lo mismo en los Campos Elíseos que en una población rural de Kenya. Pero de eso hablaré más adelante.
