Marco Antonio Rubio y su equipo de trabajo regresaron a la Comarca Lagunera luego de haber noqueado el viernes por la noche en Montreal, Canadá, al entonces invicto David Lemieux.
"Sería bueno enfrentar a Chávez, su padre es uno de mis ídolos. No importa que vaya en calidad de retador y para coronarme tenga que ganar por cualquier vía. De David Lemieux puedo decirte que tiene un futuro brillante por delante", fueron sus primeras palabras.
"No me siento herido y me pueden dar un buen puñetazo. David es un buen boxeador y pega duro, pero no pudo. Sólo en el primer episodio, me dolió un golpe que se impactó en el riñón".
Una de las claves del 'Veneno' para imponerse fue la experiencia, remontándose a la pelea que perdió por el título de peso medio ante Kelly 'Fantasma' Pavlik en febrero del 2009. Rubio tiene 246 rounds como profesional, frente a los 62 con los que llegaba Lemieux.
"Sabía de mi estrategia. Quería llevarlo a los últimos rounds y sería mi pelea. El plan estaba lleno de nervios en mi esquina, pero este era mi plan para ganar".
"Mi experiencia me ayudó a ganar, marcó la diferencia. Al principio de mi carrera ganaba por nocaut en el primero o segundo round, pero he aprendido a tranquilizarme. Sabía que él (Lemieux) se iba a lanzar con todo, pero me mantuve calmado en medio de la tormenta, ya que en cuanto más se extendiera la pelea, mayor me favorecería".
Reconoció que el canadiense pega duro, pero el lagunero ha trabajado su fuerza física y defensa, al dejar en claro que el púgil del país de la hoja de maple golpea sólido, pero puede dar un buen puñetazo.
