El ‘viacrucis’ cotidiano del transporte
Miles de laguneros deben padecer a diario la ausencia de un servicio de transporte metropolitano; inseguridad, tardanza y altos costos son algunos de los problemas a los que se enfrentan. A continuación, tres historias de personas que todos los días tienen que ir de un municipio a otro.
Pierde diariamente 4 horas en traslados A las 6:00 de la mañana sale de su casa, situada en la colonia Villas Universidad, Verónica Leyva Vázquez, va con dirección a Gómez Palacio, en donde se ubica su centro laboral. El recorrido aunque corto, durará dos horas.
La primera parada de Verónica es en la colonia Villas del Bosque para dejar a sus dos pequeñas hijas, Michelle y Lupita con su madre, quien las cuidará mientras ella labora. Verónica es madre soltera y se ve obligada a dejar a sus hijas por espacio de 13 horas, al cuidado de su madre, quien además tiene bajo su cargo a seis nietos más.
Pero no toman camión, prefiere caminar alrededor de 10 cuadras, para ahorrar, pues le representaría 14 pesos menos al día y el salario no es suficiente. Llega a casa de su madre, pero no demora, sólo deja a las niñas, se despide de ellas y camina otras tres cuadras para abordar su primer camión.
A las 6:30 lo aborda, es el Joya-Sol de Oriente. En cuestión de minutos el camión se llena y no termina las paradas programadas en las colonias aledañas. La gente que espera abordarlo sólo lo mira pasar mientras el camión avanza. La mujer dormita durante el trayecto. Una hora después llega a la calle Juan Antonio de la Fuente y camina hasta la avenida Morelos para abordar el segundo autobús del día, este es el que la empresa maquiladora en la que trabaja designa al personal de Torreón y es gratuito.
Quince minutos después desciende de la unidad para ingresar a la maquiladora, situada en la colonia El Consuelo de Gómez Palacio. Desde que salió de su casa han transcurrido dos horas.
Faltando 20 minutos para las seis de la tarde, Verónica sale de trabajar. Aunque cansada, no toma el camión, prefiere caminar desde El Consuelo hasta el bulevar Revolución, para ahorrarse los siete pesos que le cobra el camión.
“Sí me da miedo porque han asaltado a varios compañeros, pero ¿qué puedo hacer? No hay dinero. Nos vamos una amiga y yo caminando hasta la parada de los camiones de Sol de Oriente para ahorrarnos el dinero de un camión”, dice y esboza una ligera sonrisa.
El camión de regreso a casa lo toma a las 6:30, a la colonia llega una hora después. Llega a casa de sumadre por sus dos pequeñas hijas que la reciben con besos, abrazos y un “¿Mami qué me trajiste?”, les muestra un par de botes de yogur, ellas sonríen y luego emprenden el camino a casa.
Verónica percibe a la semana alrededor de 600 pesos de salario. Gana un poco más, pero los descuentos del Infonavit, Seguro Social, préstamos y demás es lo que le dejan. Desde Villas Universidad hasta la colonia El Consuelo de Gómez Palacio, donde se sitúa la maquiladora en la que labora, toma tres camiones al día, pero sólo paga dos, el sábado se ve obligada a pagar tres porque la empresa no brinda el servicio.
La mujer se ahorra diariamente dos pasajes, de su casa a la de su madre y uno más, de la maquiladora a la parada del camión cuando sale de trabajar. En total a la semana gasta alrededor de 100 pesos en transporte, lo que representa una cantidad significativa tomando en cuenta el salario que percibe.
Al día pierde cuatro horas en el trayecto que hace de su casa a la maquiladora a pesar de vivir en una área conurbada.
Un largo y tardado camino a la escuela
Tres horas diarias emplea Tedy Ayup Rodríguez en recorrer tres municipios para poder asistir a la escuela.
LARGO CAMINO El joven, quien tiene 19 años de edad, estudia en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Juárez del Estado de Durango, plantel Gómez Palacio, y vive en Matamoros.
“Salgo como a las 6:30 de la mañana demi casa, que está en la colonia Óscar González, para llegar a las 8:00 a la escuela, ubicada en la colonia Filadelfia.
El primer camión que toma es un Matamoros-Torreón. El costo del pasaje por ser estudiante y contar con su bono es de 7 pesos, si no pagaría 6 pesos más.
A las 7:30 de la mañana el joven desciende de la unidad para tomar otro autobús con destino a Gómez Palacio, el Núcleo.
“Me bajo en la Acuña para agarrar el Núcleo, ese me deja afuera de la escuela, el pasaje es de 3.50 pesos o siete, según lo que diga el chofer, pero yo siempre contemplo los siete pesos”, dice.
Aunque el trayecto para asistir a la facultad suele ser aburrido por el tiempo que emplea, el joven dice que no tuvo otra alternativa, pues la UJED es la única universidad que cuenta con la carrera que eligió.
“Estoy estudiando para Químico Fármaco Biólogo, ninguna otra universidad tiene la carrera, por eso me vine a la UJED, y aunque el camino es pesado, tengo que seguir porque es la carrera que a mí me gustó”, dijo.
El joven termina sus clases a la una de la tarde, pero no es sino hasta una hora y media después cuando llega a su casa. Dos días a la semana tiene que regresar a la facultad por las tardes para realizar actividad deportiva, pues está en el equipo de futbol.
INVIERTE A la semana Tedy Ayup gasta de 160 pesos a 200 en transporte y pasa 21 horas en autobús, el joven dice que aunque sus padres lo apoyan económicamente para solventar los costos del transporte y la escuela, es desgastante el tiempo que emplea en el trayecto.
Tedy Ayup, dice que aunque el proyecto del Metrobús sería una solución para economizar en el traslado y ahorrar tiempo, “nunca me he subido a un metro, pero tengo entendido que son más rápidos que los autobuses, el problema es que tal vez algunos concesionarios no lo van a ver bien porque les quitaría clientela”, dijo.
Además de que se unificaría el costo y la calidad del transporte, pues mientras Matamoros cuenta con unidades en buenas condiciones, al igual que Torreón, en Gómez Palacio la mayoría de los camiones están en pésimas condiciones.
“Los camiones de Matamoros y Torreón están bien, algunos hasta cómodos, pero los de Gómez están para llorar”, dijo.
De la atención de los choferes mencionó que por lo general “se portan bien”, aunque le ha tocado algunos que son agresivos con los pasajeros.
TRANSPORTE Los camiones Torreón-Matamoros diariamente transportan entre 300 y 400 personas. En total son alrededor de 50 camiones los que trasladan a estudiantes, trabajadores y demás usuarios.
Los choferes pasan 15 horas al día al frente del volante, según iniciaron algunos trabajadores. El trayecto desde la colonia Carolinas hasta la terminal, situada en la zona centro de Torreón, debe ser de una hora.
Servicio costoso y poco eficiente
En bici, camión o taxi, Antonio Martínez Olivas se traslada en la semana de la colonia Nueva Laguna Sur de Torreón, en donde vive, al Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Lerdo, situado por el periférico a la altura de la empresa Siete Leguas.
El joven, quien tiene 22 años, sale antes de las siete de la mañana de su casa para tomar el autobús Periférico y llegar a las ocho a su primera clase.
“Antes de las siete el Periférico no hace parada a la altura de la colonia donde vivo, porque como es de las últimas que recorre del lado de Torreón, siempre va lleno”, dijo.
Martínez Olivas tiene dos opciones; tomar un taxiruta que lo dejará a la altura de Chilchota y ahí abordar el Torreón-Gómez-Chilchota que lo deja cerca de la escuela, o bien tomar otro taxi, que lo trasladará hasta Siete Leguas, aunque los conductores en ocasiones interrumpen el servicio de ruta cuando otros pasajeros solicitan el servicio de taxi.
Tres días al mes Antonio Martínez hace el recorrido desde su casa hasta la escuela y de ahí a Torreón en bicicleta para ahorrar el pasaje.
“Voy a un curso de celulares en el centro de Torreón, entonces para ahorrar los camiones, que serían cuatro, prefiero irme en bicicleta, pero además de ahorrar también lo hago para hacer deporte”, dijo.
Los recorridos en bicicleta dijo no son muy seguros, pues no todas las rúas cuentan con espacios apropiados para la circulación de este medio de transporte.
A diario el joven recibe de sus padres de 30 a 40 pesos, de los cuales 14 van destinados al pago del autobús mientras que el resto lo emplea en la compra del almuerzo y pago de copias y demás trabajos que le encargan en el Tecnológico.
“Sí me llevo parte de lo que me dan en los camiones y eso que, por lo general, nada más pago uno”, dijo.
COTIDIANEIDAD Alumnos de diferentes instituciones educativas, trabajadores y demás personas que se ven en la necesidad de trasladarse diariamente o bien esporádicamente por dos o los cuatro municipios que son parte de la zona metropolitana –Matamoros, Torreón, Gómez y Lerdo– se tienen que enfrentar a la disparidad en los precios, condiciones de las unidades y servicio que se brinda en el transporte.
Incluso tienen que abordar camiones en cada uno de los municipios para poder llegar hasta el sitio al que van.
En un recorrido realizado por El Siglo de Torreón se pudo apreciar que por el lado de Torreón el servicio puede llegar a presentar mejores unidades que en Gómez Palacio y Lerdo, mientras que en Matamoros el servicio es más caro y las condiciones de las unidades llegan a ser similares a las de otros municipios en mención.
Además, el exceso de horas y las condiciones laborales que presentan algunos trabajadores del volante merman la calidad del servicio. Algunos llegan a enfrentarse verbalmente con los usuarios, mientras que otros pelean entre sí por el pasaje o juegan “carreras” ante la molestia y enojo de los tripulantes, que ven amenazada su integridad física cuando sucede.
No obstante, en horas pico los camiones suelen saturarse de usuarios, lo que causa un retraso entre quienes esperan abordarlo en las últimas paradas que finalmente no realiza.
