Túnez extendió el martes el estado de emergencia impuesto el mes pasado cuando el líder del país fue expulsado debido a protestas sociales, pero levantó el toque de queda deciidido durante las violentas manifestaciones, dijo el martes el Ministerio del Interior.
El toque de queda fue impuesto el 13 de enero, un día antes de que el presidente Zine El Abidine Ben Alí huyera a Arabia Saudí tras los enfrentamiento entre la Policía y los manifestantes que se quejaban del desempleo, la corrupción y la represión.
Una misión de la ONU dijo que al menos 219 personas murieron debido a los disturbios, incluidos incendios en prisiones, y unas 510 resultaron heridas.
Las horas que duró el toque de queda durante la noche fueron reducidas gradualmente en las semanas siguientes. Recientemente la medida prohibía que la gente caminara por la calle o condujera desde la medianoche hasta las cuatro de la mañana.
El estado de emergencia, declarado el 14 de enero, prohíbe cualquier reunión pública de tres o más personas aunque los policías raramente arrestan a los habitantes del país por ese motivo. Las fuerzas de seguridad también pueden disparar contra sospechosos que no se entregan cuando se les ordena o contra fugitivos.
La vida en Túnez ha regresado básicamente a la normalidad mientras un nuevo gobierno intenta estabilizar el país antes de la celebración de elecciones que se supone ocurrirán en 2011. Las tiendas, los mercados, las gasolineras y las escuelas han reabierto y la gente ha regresado al trabajo.
Los sospechosos de ser leales al régimen que saquearon casas y negocios durante los primeros días de los disturbios se han disipado, aunque incidentes esporádicos aún se reportan en algunas zonas.
