Trato equitativo. La penalización del adulterio ponía en desventaja a la mujer, dijo Claudia Bonilla.
La eliminación del adulterio del Código Penal Federal por parte del Senado es una medida que beneficia a las mujeres porque las coloca en igualdad de circunstancias con los hombres, ya que este criterio las perjudicaba tanto como víctimas o parte acusada.
Para la titular de la Procuraduría de la Defensa de la Mujer, Claudia Bonilla, es un ejemplo de que las leyes tienen que evolucionar en correspondencia con la realidad social, en la que se impone la necesidad de un trato equitativo.
En la práctica, la penalización del adulterio realmente era dirigida contra las mujeres, pues bastaba una acusación del cónyuge con un par de testigos ante una instancia legal para iniciar un proceso penal en su contra.
Sin embargo, cuando las mujeres eran la parte acusadora se les pedían pruebas fehacientes que comprobaran su dicho y además, haber capturado a su esposo in fraganti, en el lecho conyugal y siempre y cuando se conformara un escándalo.
Actualmente, quienes sufren adulterio se inclinan más por iniciar un juicio familiar, de manera que la vía penal es poco socorrida porque a quien se le condena por este hecho, recupera su libertad con el pago de una fianza.
Para la Prodem, actos de infidelidad están directamente asociados con violencia económica, los que aunado a agresiones físicas o psicológicas provocan que una mujer recurra a esta dependencia en busca de apoyo.
VALORES
Sin embargo, la procuradora de la Defensa del Menor en el DIF, Bertha Alicia Portillo, consideró la medida como retrógrada y señaló que podría contribuir a exacerbar la desintegración familiar.
De estos hechos, los menores suelen ser los más afectados, de ahí la importancia que se promuevan valores.