(El Universal)
MÉXICO, D.F.- Las dos ya ganaron como Mejor Actriz en el Festival de Cine de Amiens, Francia; después coincidieron en la película Tlatelolco, de próximo estreno, inspirada en el movimiento estudiantil de 1968 y ahora esperan el estreno, cada una, de los esperados filmes Mariachi Gringo y También la Lluvia.
Se trata de Teresa Ruiz y Cassandra Ciangherotti, ambas de 23 años, que ya son una realidad para el cine mexicano. En el último año han hecho teatro, televisión y películas. Y cada vez son más los proyectos a los que son invitadas.
Teresa, quien también produjo Año Bisiesto, cinta ganadora de la Cámara de Oro en el Festival de Cannes en 2010, comenzará en unas semanas un rodaje en el Centro de Readaptación Social de Ciudad Juárez, Chihuahua, interpretando a una reclusa.
Mientras que Cassandra deshoja la cartera laboral que tiene entre manos, para elegir al mejor proyecto.
Y a partir del viernes se les verá juntas en el filme Viaje Redondo, que es dirigida por el galardonado internacional Gerardo Tort (De la Calle).
En ella interpretan, respectivamente, a una chica de clase baja que vive en Acapulco y otra de clase acomodada que vive en la Ciudad de México, pero que se ve obligada a hacer un largo viaje al desierto.
Juntas emprenden un periplo a bordo de un automóvil, viviendo experiencias que incluye un beso entre ambas.
“Mi mamá ya la vio (la escena del beso) y le gustó muchísimo, hasta me dijo que se veía bonito el beso que nos dábamos, que era tierno, y fue cuando dije: claro, el mensaje se entiende, es de estas dos chicas buscándose a sí mismas”, refiere Teresa Ruiz.
Viaje Redondo, que algunos han calificado como una versión femenina de la taquillera Y Tu Mamá También, es un largometraje que se filmó hace dos años y que llega cines tras un largo camino en festivales internacionales.
Fue en ese recorrido donde Teresa y Cassandra ganaron en Amiens, y la primera repitió un premio en esa misma categoría durante el certamen cinematográfico realizado el mes pasado en Cartagena, Colombia.
Pero la obtención del papel no fue fácil. Tort entrevistó a varias jóvenes de su edad, antes de llegar a ellas. Y cuando las dos se juntaron, algo especial ocurrió.
“Se veía su energía, no había nada que repeliera una a la otra”, recuerda el cineasta.
´¿Qué complicaciones tuvo filmar la película en carretera y en el desierto?
Cassandra: Pues de día estábamos a 30 grados centígrados y de noche llegábamos a menos seis grados, y pues con el calor todos se ponen de mal humor y de noche te pones amorosa (risas), pero era parte de todo.
Teresa: Y el personaje de ella tenía una blusita y yo muy en la onda acapulqueña; lo difícil en la noche era controlar que la quijada no se moviera por el frío (risas).
´¿Cuál fue la secuencia más complicada, tomando en cuenta esa situación?
Cassandra: Donde el coche cae en un bache; yo tenía la responsabilidad de manejarlo, no acelerar, traer al fotógrafo a un lado, no perder el cuadro (de la cámara) y además, como llevábamos los vidrios levantados, no escuchábamos. Hubo una ocasión en que escuchamos corte y vemos a Gerardo corriendo enca... do, no es que no le hiciéramos caso, sino que no sabíamos qué pasaba afuera.
Teresa: La de la gasolinera, donde se conocen los dos personajes, porque era el momento en que no había nada definido entre ellas
´¿Y qué con la secuencia erótica entre ambas?
Cassandra: Nada difícil porque éramos puras viejas las que ahí estábamos, era un lugar muy femenino. Me costó más trabajo la escena con mi supuesto novio en las que estoy echando pasión con él (risas) porque era un hombre; el acercamiento entre mujeres siempre es distinto.
Teresa: Ese día me sentía mal, me dolía la cabeza y al final vomité, pero fue por la presión que ya se tenía de tantos días en el desierto.
´¿Ya se dieron cuenta de la carrera meteórica que van llevando en unos pocos años?
Cassandra: Yo espero no dejar de sorprenderme hasta que me muera.
Teresa: Mi familia no tiene nada que ver con el medio artístico o del cine; cuando hice mi primer personaje puedo decir que para mí era realmente un sueño. Ahora sigo soñando con todo.