Colocada cada día más lejana la posibilidad de rescatar a Mexicana de Aviación, el esfuerzo de los trabajadores damnificados frente a una eventual declaratoria de quiebra de la aerolínea se centra, ahora, en exigir cuentas sobre los platos rotos
En una jugada de pinzas, mientras la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores coloca en la mesa al ex presidente de la compañía, Gastón Azcárraga Andrade, la Coalición de Trabajadores de la firma lo hace con el ex presidente de la Corporación Internacional de Transporte Aéreo (Cintra), Andrés Conesa.
Como usted sabe, la firma que en su momento llegó a aglutinar a Aeroméxico y Mexicana en la magia del común denominador de éstas en incumplimiento del pago de deudas bancarias asumidas por el Instituto para la Protección para el Ahorro Bancario, fue la encargada de venderlas en un proceso que desde su origen se calificó de obscuro.
En el caso de la primera, se adujo que el precio de venta al grupo hotelero Posadas se había pactado en menos de la cuarta parte de su valor, calculado en 900 millones de dólares.
Como usted recordará, el pago fue de sólo 165, de los cuales se le regresaron a la compradora siete, con la novedad de que la empresa tenía, en ese momento, 130 millones de dólares en la caja.
Sin embargo, el punto en que se centra una demanda planteada ante la Procuraduría General de la República, con 23 cuartillas al calce, es la venta del llamado "Conjunto Mexicana".
Estamos hablando de la torre insignia y el edificio anexo ubicados en la colonia Del Valle, cuyo costo alcanzó 40 millones 227 mil 27 dólares, equivalentes a 422 millones 307 mil 352 pesos.
El problema es que el primero, es decir la torre, tenía un valor catastral de 376 millones 387 mil 552 pesos, en tanto el segundo de 130 millones 874 mil 227 pesos.
Sumados uno y otro, estaríamos hablando de 507 millones 261 mil pesos, con la novedad de que ninguna propiedad, salvo casos de expropiaciones por utilidad pública, se vende a su valor catastral.
Lo cierto es que la firma compradora, es decir Fibra Mexicana de Inmuebles, pactó la adquisición con Cintra en los últimos meses de 2005, con la novedad de que al llegar la fecha de la firma adujo no tener los recursos, lo que en el papel era causal para desconocerse el contrato. En tal caso la firma que alcanzó el segundo lugar en la licitación entraría al relevo.
Sin embargo, realizada en el ínterin la venta de la línea aérea, Cintra le lanzó la bolita al Grupo Posadas, cuyo presidente, Gastón Azcárraga Andrade, decidió aceptar la prórroga solicitada, extendiéndose el plazo para el finiquito.
Finalmente el contrato se firmaría el 3 de febrero de 2006. Los recursos obtenidos, en la gradualidad de los abonos chiquitos, se utilizaron para pagar facturas vencidas de nueve aviones que habían adquirido los anteriores dueños de Mexicana, es decir el Grupo Xabre de los hermanos Pablo e Israel Brener.
Justamente las naves avalarían el préstamo otorgado en 2008 por el Banco Nacional de Comercio Exterior a la empresa, por casi mil millones de pesos.
La paradoja del caso es que en su momento se justificó el bajo precio pagado por Posadas para hacerse de la línea aérea, aduciéndose que éste se haría cargo de los pasivos que arrastraba.
Entre éstos estamos hablando del fondo laboral, que a la debacle de la empresa desapareció por arte de magia.
Lo cierto es que el punto de quiebre de ésta llegó en 2009, cuando el secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, declaró que ante la grave situación que atravesaba la industria aérea nacional, era inevitable la fusión de Aeroméxico y Mexicana.
En la posibilidad, pues, de resultar la fusionada, Mexicana se lanzó alocadamente a un supuesto posicionamiento, solicitando, de entrada, un préstamo de mil 500 millones de pesos al Banco Mercantil del Norte, y reclamando al aval del Gobierno para colocar en los mercados bonos de deuda por dos mil 500 millones más... lo que se le negaría bajo el argumento de insolvencia de la emisora.
Aún así, la empresa vendió anticipadamente miles de boletos; repintó sus aviones... y amarró un préstamo en mil millones con el Banco Nacional de Comercio Exterior.
Ahora que, por si las dudas, Azcárraga Andrade cuidó celosamente que se le pagaran puntualmente las deudas a sus hoteles en prioridad de prioridades frente al resto de los acreedores.
Los trapitos al sol apenas empiezan.
BALANCE GENERAL
Abierta la puerta a la posibilidad de concesionar dos cadenas nacionales de televisión abierta en el espectro digital; colocada en la fila la solicitud de Iusacell y Televisa para abrir una oferta de banda ancha de cuarta generación; sorteados ya la mayoría de los escollos judiciales por Nextel para operar la red nacional para telefonía inalámbrica que logró a precio de ganga, el Gobierno está acelerando la revisión del caso Telmex.
Estamos hablando de la solicitud de la empresa del magnate Carlos Slim para agregar a su canasta el servicio de video vía televisión restringida, en un escenario de cuádruple play.
Aparentemente éste ha logrado sortear la primera parte de la ruta, al comprobar que ha cumplido algunos de los requisitos colocados como exigencia previa.
Naturalmente, la idea es evitar algún procedimiento judicial de apremio de la firma hegemónica, alegando trato desigual frente a la competencia.
Lo cierto es que falta aún la parte más difícil para la compañía, es decir la revisión "in situ", o si lo prefiere certificar el funcionamiento correcto de sus áreas de servicio local.
En paralelo, Telmex deberá desistirse de los amparos promovidos que impiden la compactación en zonas geográficas de cara a cobros de larga distancia.
MÁS COMPRAS DE AZÚCAR En lo que representa la madre de todos los "cupos" abiertos por la Secretaría de Economía para importar azúcar sin arancel alguno, ayer por la mañana se anunció el ingreso de 150 mil toneladas procedentes de Centroamérica, especialmente Costa Rica.
El amago, frente al crecimiento de 70% en el precio del producto a nivel interno, habla de otro tanto más en las próximas semanas, lo que igualaría el récord del gobierno salinista de adquirir de golpe 300 mil toneladas, lo que propició el hundimiento de la industria.
El golpe no se negoció con los productores.
DE MAL EN PEOR
Criticada por su formación estrictamente teórica, que la colocaba en un mundo ajeno a la realidad de la industria nacional, ahora resulta que Beatriz Leycegui Gardoqui le entrega la estafeta de la Subsecretaría de Comercio Exterior a alguien por completo ajeno a la actividad.
Francisco Leopoldo de Rosenzweig Medialdua ha sido toda su vida funcionario de la Secretaría de Hacienda, saltando del jurídico a la Unidad de Desincorporación de Empresas, y de ahí a la Comisión Intersectorial de Gasto y Financiamiento.
Como los cangrejos, pues.
Albertobach@yahoo.com.mx