Latente el amago de apertura total de fronteras al acero chino y productos derivados y conexos; abierta la llave a un alza continúa en las tarifas eléctricas industriales, y ayuda de apoyos oficiales, la industria metalmecánica está lanzando un SOS de cara a su eventual desaparición.
El escenario de una de las cadenas productivas de mayor tradición en el país es patético: En los últimos años su crecimiento se ha mantenido prácticamente estable, con un movimiento imperceptible de sólo 0.1% en promedio por año. Se diría que la fotografía del 2000 es idéntica a la de 2010.
Y aunque hay algunos focos encendidos, la mayoría están fundidos. Así, aún cuando la fabricación de maquinaria y equipos creció 2.3% en promedio durante la década, en tanto la de equipo de transporte lo hizo en 1.6%, la fabricación de equipos de computación, medición, componentes y accesorios electrónicos y la producción de muebles y productos relacionados sufrieron caídas similares.
En su conjunto, el sector perdió 67 mil fuentes de empleo en el lapso, equivalentes a 5.4% del total. Ahora que la debacle fue más aguda en el ciclo 2007-2010, cuando el decremento fue de 163 mil puestos, equivalentes a 13.5% del total.
Lo dramático del caso es que los trabajadores de la rama son los mejor pagados en el sector formal de la economía, y quienes gozan de mayores prestaciones en el sector manufacturero.
De hecho, la remuneración promedio mensual equivale al doble de la industria manufacturera en su conjunto.
Estamos hablando de 11 mil 300 pesos, frente a cinco mil 500.
Ahora que de 68 subsectores que integran la cadena, apenas 24 mostraron un avance marginal en su producción, y sólo 12 en empleo. El balance conjunto muestra, en paralelo, una caída de 6.1% en el valor de la producción.
Detrás de la tragedia está una ofensiva inaudita de importaciones procedentes de China, cuyo dinamismo alcanza 37.2% por año, con la novedad de que en 2010 se llegó a 45%.
La facturación de las firmas de la muralla en el renglón alcanzó el año pasado 35 mil millones de dólares. Si en el año 2000 el monto representaba 1.8% del valor de la producción metalmecánica nacional, en 2010 llegó a 35.4%.
De hecho, si hace 11 años las importaciones del ramo provenientes de la nación de la muralla alcanzaban 55% del total, hoy llegan a 80%.
En paralelo, las tarifas eléctricas se han elevado a niveles superiores de países como Estados Unidos y Canadá, para no hablar de aquéllos en los que compite el sector, a contrapelo del aumento en las reservas de la Comisión Federal de Electricidad.
Dicho con todas las letras, en sentido contrario a las leyes del mercado, aunque la oferta sea muy superior a la demanda, los costos al público siguen creciendo.
Desde otro ángulo, de acuerdo a una encuesta realizada por el Banco de México, 68% de las empresas instaladas en el norte del país, es decir la zona donde se desarrolla el sector, han sido afectadas moderada o gravemente por la inseguridad.
En otra de las estaciones del largo vía crucis, el gobierno no ha presionado para obligar a las empresas extranjeras que realizan contratos con Pemex o con la Comisión Federal de Electricidad a respetar el porcentaje de contenido nacional reclamado.
Ahora que el escenario fiscal en que conviven promiscuamente el Impuesto Sobre la Renta y el Impuesto Empresarial de Tasa Única, no alienta la inversión en el sector.
De hecho, el SOS habla de instrumentar de manera rápida el costo de la deducción inmediata del activo fijo para convertirlo en estímulo, además de reinstalar políticas de fomento, como la que permitía deducir el 30% de la inversión en investigación y desarrollo de tecnología.
La prebenda desapareció el año pasado.
En la misma ruta de ayuda, se pide reforzar a la Unidad de Prácticas Desleales de Comercio de la Secretaría de Economía, para evitar la elusión y triangulación con que llegan diversas mercancías al país, con énfasis en las Made in China.
La operación de pinzas obligaría, en paralelo, a revitalizar las aduanas, convertidas prácticamente en coladeras.
Naturalmente, el punto central apunta a detener la desgravación arancelaria unilateral para el acero y demás concedida a los países con los cuales México no ha firmado Acuerdos de Libre Comercio.
Socorro o sucumbo.
Balance general
La noticia es que la empresa Megacable, filial de Televisa, logró que el juez Décimo Segundo de Distrito en Materia Administrativa le concediera una suspensión definitiva frente al recurso de amparo que interpuso a fin de detener la sesión en que el pleno de la Comisión Federal de Competencia analizaría el recurso de reconsideración colocado en la mesa por Telcel contra la megamulta impuesta por la instancia por supuesta reincidencia en prácticas monopólicas relativas.
Ésta, como usted sabe, asciende a 11 mil 950 millones de pesos.
La protección de la Ley se otorga en la espera en que un juez decida si fue válida o no la recusación, es decir el evitar su participación en la sesión crucial, del presidente del organismo, Eduardo Pérez Motta.
La lógica es simple: Sin éste en la discusión la ratificación o rectificación de la pena pecuniaria se dirimiría entre tres de cinco comisionados, con la novedad de que dos de ellos votaron contra el castigo.
Colocado en escena en empate, el punto decisivo sería el del propio Pérez Motta, en uso de su voto de calidad.
La guerra de gigantes, pues, se recrudece.
Lista negra de Mexicana
Deslindada la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) de la demanda interpuesta por la Coalición de Trabajadores de Mexicana de Aviación contra el ex presidente de la Corporación Internacional de Transporte Aéreo (Cintra), Andrés Conesa Labastida, a quien acusan de un presunto fraude en la venta de la línea aérea que se había integrado con Aeroméxico, a ésta, ahora resulta que son 17 los demandados.
En la lista aparece el ex presidente de la empresa, Gastón Azcárraga Andrade; su hermano Pablo, en su calidad de ex consejero de la compañía; el vicepresidente de ésta, Ángel Lozada Moreno, y aún el director general del Banco Nacional de Comercio Exterior, Héctor Rangel Domene.
La intermediaria de desarrollo, como usted sabe, le prestó a la compañía casi mil millones de dólares, más de la mitad de los cuales se esfumaron. De hecho, existe ya una orden judicial para que el acreedor asuma la garantía en prenda, es decir nueve aviones.
En el largo deslinde de responsabilidades aparece también el que fuera presidente del Instituto para la Protección del Ahorro Bancario, la instancia que tenía las acciones de las dos líneas aéreas, Mario Alberto Beauregard.
De refilón están los ex consejeros de Mexicana, Guillermo Amtmann Aguilar, Laura Díez Barroso, Enrique Castillo Sánchez Mejorada y Javier Molinar Horcasitas.
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