Encendidos los focos rojos por la Secretaría de Hacienda ante el temor de una posible explosión, las deudas de las entidades federativas se han incrementado en lo que va del sexenio en 97.4 por ciento, lo que coloca al menos a media docena de ellas en peligro de comprometer el 65 por ciento de sus participaciones federales.
El estrangulamiento apunta con mayor énfasis hacia Zacatecas, Nayarit, Michoacán, Campeche y Durango, aunque huele a pólvora en Nuevo León, Chihuahua, el Distrito Federal y Sonora.
La deuda global saltó de 160 mil 53 millones de pesos en el 2006 a 316 mil 204 millones.
En el escenario tétrico habría que anotar que la asunción de obligaciones financieras no sólo de estados sino de municipios, creció 25.4 por ciento sólo del 2008 a marzo de 2011.
De hecho, la calificadora de deuda Moody's acaba de señalar que la contratación de deuda de corto plazo de las entidades federativas se ha incrementado al punto de representar un grave riesgo para sus finanzas.
La razón es simple: no existe flexibilidad presupuestal para enfrentar sus obligaciones adquiridas ante su escasa recaudación a nivel local.
Aunque la Secretaría de Hacienda ha manifestado su disposición para ubicar vías de renegociación con el Banco Nacional de Obras Públicas y la banca comercial privada, hete aquí que sólo el 86 por ciento de la deuda total de las entidades federativas y municipios está garantizada con participaciones federales.
El 14 por ciento restante, es decir, 50 mil millones de pesos, corresponde a deuda de corto plazo.
A la luz de la inminente catástrofe, los diputados priistas le cerraron el paso a la posibilidad de un periodo extraordinario de sesiones del Congreso para tomar cartas de negociación frente a su exigencia de mayores participaciones para los gobiernos locales.
Dando y dando, pues, en el escenario del chantaje.
Lo dramático del asunto es que a partir del año 2006 las participaciones federales han crecido a niveles extraordinarios lo que, sin embargo, no ha frenado la fiebre por endeudarse.
El caso más emblemático es Veracruz, cuya tajada del pastel federal creció en la última década en 110 por ciento, en tanto sus deudas lo hicieron en ¡69 mil por ciento!, para alcanzar 21 mil 824 millones de pesos.
La paradoja del caso es que algunas de las entidades federativas que renegociaron sus deudas hace un lustro, vía organizaciones financieras como el banco de inversión Protego, hoy están otra vez en las mismas.
Y aunque Hidalgo hizo lo propio en el anterior gobierno, sus deudas llegaron otra vez al tope al adquirir los terrenos para la refinería en Tula, aunque hasta hoy Petróleos Mexicanos no haya colocado la primera piedra... de la barda perimetral.
La aportación fue de dos mil 500 millones de pesos.
De ahí la resistencia de los gobiernos locales, entre ellos el del Distrito Federal, de desaparecer el impuesto sobre tenencia o uso de vehículos a partir del año próximo, cuya recaudación representa en conjunto 25 mil millones de pesos.
El monto significaría la cancelación de mil 700 kilómetros de carreteras por año, dos mil 100 escuelas primarias, o el equivalente a suprimir el 70 por ciento de las reservas destinadas a dotar de agua potable a la población.
Y aunque, naturalmente, la salida lógica sería el evitar una mayor dependencia del ingreso de las entidades federativas en las participaciones federales, creando nuevos impuestos locales o endureciendo la cobranza de los existentes, pocos se atreven.
A quién le importa la capacitación otorgada por los gobiernos priistas para hacer más eficiente el cobro de impuestos como el predial, en cuyo escenario algunos municipios ni siquiera tenían padrón.
Se diría, pues, que el esfuerzo se canaliza, todo, a presionar al Gobierno Federal, en un escenario en que no hay certeza total del destino de los recursos aportados por éste, vía participaciones, subsidios o partidas extraordinarias frente a emergencias. Se dio el grotesco, durante el gobierno de José Murat en Oaxaca, que el Congreso Local expidiera un decreto vía el cual se defendía la soberanía local... contra la pretensión de la Secretaría de Desarrollo Social de que le rindiera cuentas.
Total, lo cáido cáido.
Ahora que algunas entidades federativas están peleando, incluso, por revertir la descentralización de los servicios educativos y de salud para regresarle el paquete al Gobierno Federal.
Estallan las deudas estatales... por más que la federal ha crecido mucho más.
BALANCE GENERAL
De la mano de la firma Codere, la controladora de sus casas de apuesta integradas al Grupo Caliente, el polémico empresario Jorge Hank Rhon asumirá el control del Hipódromo de las Américas.
La operación implica incrementar la participación accionaria de la empresa ibérica del 49 al 84.8 por ciento, arrebatándole un fragmento a la Corporación Interamericana de Entretenimiento encabezada por Alejandro Soberón.
El pago será de 211 millones de dólares, además de absorber otros 100 de pasivos acumulados.
La empresa factura 315 millones de dólares al año en apuestas realizadas vía terminales remotas, por más que tiene un restaurante, un club y un espacio para el público que prefiere estar en vivo.
El Hipódromo de las Américas fue asumido por el Gobierno al no poder cubrir una serie de viejos adeudos a su propietario original, el empresario cafetalero Justino Fernández, y vendido posteriormente al CIE, cuya expansión le resultó indigesta.
CON EL APAGÓN...
A contrapelo de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de cara a una Controversia Constitucional planteada por el Congreso, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez-Jácome, está planteando adelantar el llamado apagón analógico, es decir, que las señales de televisión abierta lleguen sólo a aparatos con mecanismos digitales.
El cierre, la caída del telón, se realizaría cuando el 90 por ciento de la población tenga los equipos adecuados, al margen de la fecha en que esto llegue.
El problema, naturalmente, es que se marginaría al 10 por ciento de la población, justo la de menores ingresos.
La posibilidad es contraria a las recomendaciones del Comité integrado para el efecto por el Gobierno y la industria de radio y televisión.
ASUR-ONU
En un inédito en el país, el Grupo Aeroportuario del Sureste que encabeza Fernando Chico Pardo firmó un Acuerdo de Entendimiento con un Instituto de la Organización de las Naciones Unidas para Turismo, en afán de desarrollar actividades conjuntas para la capacitación y entrenamiento de funcionarios aeroportuarios.
La participación de ASUR se da tras lo que se calificó de "excelente" manejo que realizó frente al embate del huracán Wilma en el 2005.
