Frustrada la posibilidad de una eventual fusión de Mexicana de Aviación con alguna línea aérea nacional en marcha, tras el rechazo de Interjet y VivaAerobus a lo que en el papel se planteaba como una "oferta irresistible", el bajar la exigencia de capital fresco a 150 millones de dólares, la Tenedora K prepara una salida propia.
Bajo el mismo esquema de capitalizar, es decir convertir el monto del pasivo laboral de la empresa aérea en acciones, la firma tras cuya razón social se ubica el fondo de inversión estadounidense Advent, plantea el regreso con la tesitura ahora de línea de bajo costo. Borrón y cuenta nueva, pues, en materia de contratos laborales, es decir, prestaciones extraordinarias, es decir, antigüedad, es decir, posibilidad de fondo para el retiro, como última alternativa para salvar a la empresa aérea comercial más antigua del país.
Como usted sabe, la Tenedora K, en la graciosa huida de los dueños de la línea aérea encabezados por el Grupo Posadas de Gastón Azcárraga Andrade, compró 93% del capital en el precio simbólico de mil pesos.
La exposición de motivos hablaba de una carambola de dos bandas: mantener en operación a la firma evitando un conflicto social más en el de suyo crítico Gobierno de Felipe Calderón, y de pasadita salvar las inversiones de Advent en materia de espacios comerciales en la terminal uno del Aeropuerto "Benito Juárez" de la Ciudad de México. Jugada maestra, pues, que en el papel le permitía a Posadas aventar la papa caliente frente a la exigencia de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de investigar lo que se calificó de descarada "ordeña" de la empresa aérea, bajo cargos de administración fraudulenta.
Sin embargo, agotadas los exiguos recursos con que contaba Mexicana de Aviación para seguir operando, por más que se mantenía la venta indiscriminada de vuelos a futuro, la Tenedora K aventó el arpa.
La pista, pues, quedó lista para el concurso mercantil o procedimiento de quiebra ordenada del que, más de un año después, no puede salir la empresa aérea.
La paradoja del caso es que en los intentos fallidos para un eventual regreso a las pistas de Mexicana, la Tenedora K abrió sus cartas: las acciones valen ahora 11 millones de dólares, según ello para equilibrar la inyección de recursos aplicada a la compañía en el escaso lapso en que la firma la asumió.
La pretensión que, más tarde, por arte de magia, se elevaría a 17 millones, es decir más de 200 millones de pesos, frente a los mil pagados, se volvió un obstáculo más para los postores en la mesa.
Lo inaudito del asunto es que en la alternativa que plantea ahora la dueña de Mexicana con la bendición del Gobierno Federal en su desesperación por sacar de las calles a los trabajadores de la línea aérea, no se reclaman nuevas inversiones.
Digamos que la firma saldría a la buena de Dios con los escasos 13 aviones con que cuenta, nueve de los cuales están en litigio al haberse colocado como garantía de un préstamo de casi mil millones de pesos otorgado por el Banco Nacional de Comercio Exterior, en espera de migajas del mercado interno.
De hecho, se formaría detrás de Interjet y Volaris, las firmas que resultaron más beneficiadas con su salida, alejándose, naturalmente, de la competencia internacional con la segunda de ellas o con Aeroméxico.
Si el negocio pega, ya se vería la forma de ir capitalizando a la empresa... diluyendo la tenencia de los trabajadores.
Si no pega, naturalmente, las pérdidas serán para ellos. Ni modo, amigos, así son los negocios.
Por lo pronto, quedaría abierta la puerta para que Advent, es decir, la Tenedora K le vendiera a un despistado el negocio en marcha en lo que parecería una ganga: Digamos 65 millones de dólares... frente a los mil pesos que pagó.
El negocio del milenio.
BALANCE GENERAL
De acuerdo a un informe que se filtró al diario español El País, denominado Contexto del aumento de la participación de Pemex en Repsol, la paraestatal mexicana realizó el negocio del siglo con la operación que le permitió elevar de 4.8% a 9.8% su tenencia de capital en la petrolera privada del país ibérico, con una inversión de mil 600 millones de dólares.
Según ello, realizada la compra en el marco de una alianza con la principal accionaria de ésta, Sacyr Villahermoso, para tener mano en las decisiones, la empresa pública queda en posición de dirigir los flujos de crudo de las filiales de Repsol en América Latina a su refinería de Salina Cruz.
Más aún, podría tener opción de exportar petróleo pesado a cambio de ligero, dada la necesidad del primero para las plantas productoras de naftas que mantiene la petrolera española.
Textualmente se anota que el precio pagado es entre seis y 20 veces inferior al que le costaría a Pemex alcanzar el control de una petrolera de igual dimensión.
Una ganga, pues.
El problema es que la operación se realizó a espaldas del Consejo de Administración de la empresa pública; el problema es que las acciones se adquirieron de una inmobiliaria acreedora de Sacyr; el problema es que el asalto sorprendió a los socios minoritarios españoles, quienes preparan su contraofensiva.
Y el problema, además, es que el "estratega", es decir, el director general de la empresa púbica, Juan José Suárez Coppel, tiene fama de hacer negocios fallidos.
En el Grupo Modelo todavía se recuerdan las operaciones de derivados que realizó, ante cuyo estallido la firma llegó a arañar la quiebra.
VENDEN CAZE
Finalmente, 10 años después del alocado Decreto de Expropiación expedido por el Gobierno foxista contra 27 ingenios de cuatro grupos empresariales que producían la mitad de azúcar del país, el Fondo Azucarero pondrá a la venta los únicos nueve que logró mantener tras una serie de litigios en que se revirtió la acción al no acreditarse la utilidad pública de ésta.
Estamos hablando de los que integraban al Grupo Azucarero Escorpión de Enrique Molina Sobrino, quien salió del país en medio de acusaciones de evasión fiscal.
Las unidades, según ello, fueron ya saneadas, colocándose en opción atractiva para alguna firma nacional o extranjera.
Los grupos que lograron la devolución parcial o total de sus activos fueron el México de Juan Gallardo Thurlow; el Santos de Alberto Santos de Hoyos, y el Machado de Teresita Machado.
DE "SUBSE" A NIÑO MALO
Hete aquí que el secretario de Gobierno de Baja California, Cuauhtémoc Cardona, a quien el comandante de la Segunda Región Militar de la entidad, Alfonso Duarte, tildó ante su jefe de "grosero, borracho, irrespetuoso y confianzudo", amenazando con llevarlo a la cárcel si lo volvía a ver en alguna cantina, fue subsecretario de Gobernación.
Concretamente ocupó el cargo de subsecretario de Enlace Legislativo durante el periodo en que el titular de la dependencia se llamaba Fernando Gómez Mont.
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