En el insólito de la temporada, aprovechando la coyuntura electoral que pian pianito llena el espectro, el gobierno está resucitando su fallido programa de primer empleo lanzado al amanecer del sexenio, en cuyas telas se exime del pago de la cuota patronal al Seguro Social a las empresas con puertas abiertas a principiantes.
La posibilidad la abrió el descubrimiento de un remanente de mil 200 millones de pesos de los tres mil 500 colocados como fondo inicial de respaldo a la acción.
El regreso del difunto, el nuevo Lázaro del milagro por decreto presidencial, se planteará, según ello, con nuevas reglas que permitan su aprovechamiento cabal. No habrá, pues, tropiezo con la misma piedra.
Miles de "ninis" empezarán a frotarse las manos ante el ahora-sí de la oportunidad que les negó el sistema.
No más "indignados".
De acuerdo con el cálculo inicial de los autores de la supuesta panacea lanzada en congruencia con la expectación por la promesa en campaña del candidato Felipe Calderón de convertirse en "Presidente del Empleo", habría oportunidad de generar los primeros empleos para 650 mil jóvenes.
El problema es que lo planteado como fórmula mágica frente a las carretadas de nuevos profesionistas refugiados en la economía informal, se volvió fiasco a la lectura de la letra chiquita del procedimiento.
De entrada, la apuesta del gobierno para apuntalar la creación de nuevas plazas se constreñía a sólo 12 meses de subsidio... por más que la obligación para las empresas beneficiadas era mantener la plaza por un mínimo de 21 meses.
Desde otro ángulo, hete aquí que el beneficio no era automático ni universal.
Para empezar, la posibilidad de tener derecho a él reclamaba que las firmas solicitantes estuvieran al corriente de sus aportaciones al Instituto Mexicano del Seguro Social.
Naturalmente, el mecanismo implicaba la realización de una consulta previa al Servicio de Administración Tributaria, con el consiguiente riesgo de haber jurado en falso.
De aceptarse la solicitud que se enviaría vía internet al portal del IMSS "Desde su empresa", correría un lapso de nueve meses antes de hacerse efectivo el subsidio, es decir, mientras llegaba la hora del parto la firma beneficiaria debía asumir por su cuenta los pagos... y olvidarse de ellos hasta la llegada del mes 21.
Dicho con todas las letras, la apuesta rendiría sus frutos a plenitud si la contratante mantiene ocupada la plaza durante el lapso.
Ahora que la prebenda no alcanzaría a 100% en todos los casos.
De acuerdo con el esquema planteado, el pago de la factura sería total cuando la percepción del trabajador beneficiado sea inferior a 10 salarios mínimos. A partir de ahí el esquema actuaba en forma inversamente proporcional.
Los empleos con pago de entre 10 y 14 salarios mínimos recibirían un subsidio equivalente a 60% de la cuota patronal; los de 15 a 19, 20%, y los de más de 20 sólo 10%.
De entrada, pues, se excluía o al menos se atenuaba el beneficio para las empresas con más de 50 trabajadores que aportan 70% de los ingresos del Seguro Social, dejándole la cancha a las 700 mil micro, pequeñas y medianas, tradicionalmente incapaces de ensanchar la nómina.
El problema es que las micro y pequeñas empresas ya no les importa inscribir a sus trabajadores al Seguro Social. Para eso está el Seguro Popular.
De hecho, entrarle a la apuesta representaría para éstas el enfrentar el riesgo de explicar de dónde vienen, desde cuándo están y por qué no habían protegido a sus trabajadores en concordancia con la ley.
Estamos hablando de 2 millones 185 mil giros que operan con menos de cinco trabajadores.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, existen en el país 3 millones de empresas, de las cuales sólo 815 mil están inscritas al IMSS.
Lo curioso del caso es que las reglas las diseñó en su momento un supuesto campeón de la causa empresarial. Estamos hablando del ex presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Javier Prieto de la Fuente, a su efímero paso como subsecretario de la Secretaría de Trabajo. Total que el fiasco fue estrepitoso.
De hecho, cuatro meses después de la puesta en escena del programa sólo se habían inscrito menos de mil 500 empresas.
Lo insólito, pese a la medallita que implica haber guardado el remanente del fondo en lugar de desviarlo, es que se plantea abrir de nuevo el circo, pese a la falta de espectadores.
¿"Presidente del Empleo"?
BALANCE GENERAL
Los analistas de Banamex modificaron la calificación de las acciones de Cementos Mexicanos para ubicarla en un rango de "riesgo alto", en un escenario en que vaticinan que la firma mantendrá sus números rojos hasta 2013.
El ojo del huracán se ubica en la caída de la demanda de cemento en Estados Unidos y la Unión Europea, lo que hipotéticamente podrá obligarla a bajar sus precios.
La firma encabezada por Lorenzo Zambrano tiene frente a sí un fuerte vencimiento de deuda reestructurada para el próximo diciembre.
FRENAN LA CONSTRUCCIÓN
Previsto por los expertos un crecimiento de la construcción para el año próximo de entre 4.2% y 4.5%, las señales apuntan a que éste se reducirá a entre 3.5% y 3.8%.
La razón, de acuerdo a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, apunta al freno del gobierno en obras de infraestructura ante el año electoral. De hecho, se considera que al final del sexenio sólo se habrá cumplido con entre 65% o 70% del Programa Nacional de Infraestructura.
Por lo pronto, ya nadie habla del proyecto Punta Colonet, el nuevo aeropuerto en la Riviera Maya o la construcción de nuevas hidroeléctricas.
¿Y TELMEX?
Cerrada la posibilidad de modificar el título de Concesión con que opera Teléfonos de México para permitirle agregar video a su canasta de servicios, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ya le dio luz verde a las firmas Telefónica México y Megacable para alcanzar el cuádruple play.
Integradas bajo la marca Megacel, las empresas ofrecerán posibilidad de conexión en paquete a telefonía fija y móvil, banda ancha y televisión.
Según ello, Megacable realizará las funciones de comercialización, facturación, atención a clientes, venta y reposición de equipos, en tanto la filial de la Telefónica de España será el operador.
En la lista de espera, bajo la misma modalidad, está la empresa creada tras la alianza entre Iusacell y Televisa, además de la cadena MVS en el caso de la banda ancha y televisión.
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