Con dos vías de estrategia: Una reestructura total de su organigrama que vuelve plana la tradicional organización piramidal y operar bajo un escenario de adversidad total, Cementos Mexicanos se juega el volado de su sobrevivencia frente al fardo de una colosal deuda
El reto inmediato, colocado en la mesa por su ejército de acreedores bancarios, es reducir a siete veces del flujo de operación, conocido como EBITDA, la deuda consolidada fondeada.
El escenario actual es de 7.15 veces, tras cumplirse la exigencia a septiembre pasado de ubicarla en 7.20.
Para tener una idea de lo que estamos hablando, habrá que decir que cada punto equivale a 2 mil 500 millones de dólares de deuda, es decir, el monto actual alcanza 17 mil 500 millones.
Y aunque los 15 centésimos de punto a reducirse equivalen a sólo 305 millones de dólares, el panorama no es tan simple, dada la difícil situación que enfrenta la firma con sede central en Monterrey frente al escenario global.
Cemex es la única firma mexicana que puede presumir cabalmente de multinacional, dado que tiene sembradas apuestas en los cinco continentes.
En la carrera de obstáculos, a junio del próximo año, la relación debe ubicarse en 6.5, lo que implicaría reducir el débito en otros mil 125 millones de dólares.
Por lo pronto, la ruptura con la ortodoxia en relación a su organización laboral le significó a Cemex una reducción de 600 plazas de mando.
Más allá, la firma encabezada por Lorenzo Zambrano logró vender activos no estratégicos, principalmente terrenos, por 87 millones de dólares, de los cuales 35 se alcanzaron sólo deshaciéndose de propiedades en la capital del país.
Ahora que el punto fino de la estrategia, decíamos, es apostarle a un escenario de fatalidad, es decir, planificar sobre la base de que no habría recuperación inmediata en las economías europeas y de Estados Unidos.
Desde otro ángulo, aunque en los últimos días se han reanudado las conversaciones con el Gobierno de Venezuela y se mantiene vivo el litigio colocado en la Corte Internacional con sede en La Haya, Cementos Mexicanos hace sus cuentas a soslayo de recibir en los próximos meses la indemnización a que tiene derecho por la expropiación de sus plantas dictada por el Gobierno de Hugo Chávez.
El reclamo alcanza entre 600 y mil millones de dólares.
Venezuela ya indemnizó a otras dos multinacionales cementeras afectadas por actos de fuerza similares: la suiza Holcim y la francesa Lafarge.
La tradicional ruta de cautela de la multinacional mexicana, cuarto en el ranking mundial del ramo, se empezó a resquebrajar en el 2007 cuando realizó la más espectacular de sus operaciones en su historia más que centenaria: la adquisición de la firma australiana Rinker en el escándalo de 15 mil 300 millones de dólares, incluidos 2 mil 800 que arrastraba de deuda.
La compra, iniciada en julio y concluida en diciembre, se apalancó al 100%.
El problema es que la mayoría de los activos de la compañía adquiridos se ubicaban en Estados Unidos... cuyo mercado inmobiliario se resquebrajó al año siguiente de cara a la denominada "crisis de hipotecas".
Le falló, pues, el cálculo a la compradora, con la novedad de que para entonces se le habían caído decenas de apuestas de alto riesgo en el mercado de derivados.
El escándalo afloró al cuarto trimestre de 2008, cuando Cemex registró, por primera vez en 15 años, números rojos.
La pérdida fue de 762 millones de dólares.
En el cuesta abajo en la rodada, en septiembre pasado, semanas antes de darse a conocer una pérdida más, ésta de 864 millones de dólares, en este caso al tercer trimestre del año, las acciones de Cementos Mexicanos se redujeron en su precio a un mínimo histórico.
Estamos hablando de 2.6 dólares por paquete de acciones bajo el esquema ADR's, lo que implicaba 76% menos respecto al precio máximo de este año.
En el escenario, algunos acreedores llegaron a sugerir que la cementera mexicana podría solicitar la protección de la ley al amparo del capítulo XI de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos.
Sin embargo, cumplida la meta de reducir a 7.20 tantos el flujo de operación, los papeles repuntarían 20% en la Bolsa de Nueva York.
Cemex, pues, contra viento y marea, está librando los obstáculos.
El volado sigue en el aire.
BALANCE GENERAL
En lo que pareciera confirmar que el Gobierno le apuesta al rescate de Mexicana de Aviación rogándole a Dios perder, o privilegiar al capital extranjero, hete aquí que a pretexto de cuidar el origen de los recursos que han exhibido las diferentes empresas en intención de regresar a las pistas a la línea aérea, se han rechazado opciones en firme de varios bancos, fondos de inversión o inversionistas privados en lo particular.
Lo que pareciera un prurito en exceso, ha sido denunciado ya por el empresario Iván Barona, cuyos socios capitalistas son de nacionalidad árabe, por más que el resto de los postores se quejan de lo mismo sin formalizar su reclamo.
Al único que se le ha tendido la alfombra es a la firma española Med Atlantic, que encabeza Christian Cadena, a quien incluso se le permitió participar en una asamblea de socios de la empresa convocada por la Tenedora K.
¿Mano negra en favor del capital español?
PAGO POR PRODUCTIVIDAD
De acuerdo con lo señalado ante integrantes del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas por el presidente de la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados, Tereso Medina, el plazo para el sí o no a la propuesta priísta de reforma laboral se vencerá el próximo 15 de noviembre.
En el camino, el IMEF ha tratado de colar una alternativa que le permitiría a los trabajadores incrementar o reducir su sueldo en función de su productividad.
Naturalmente los ejecutivos de finanzas le apuestan a la primera eventualidad para permitir la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores.
La alternativa, cuyo escenario no reclamaría incorporarla a una reforma a la Ley Federal del Trabajo, la empuja Carlos Amtmann Ituarte, vicepresidente del Comité Técnico Nacional de Competitividad.
BANAMEX, EN REVERSA
Colocado al final de la fila en la entrega de resultados al tercer trimestre del año, Banamex reportó una dramática caída de 38% en sus utilidades. De los 17 mil 16 millones de pesos obtenidos en el mismo lapso de 2010, se alcanzó sólo 10 mil 520 millones.
La explicación habla de pérdidas por operaciones con instrumentos financieros y derivados, además de haber incrementado sus reservas crediticias ante un salto en el monto de la cartera vencida.
Según ello se perdieron mil 729 millones por intermediación u operaciones con valores.