En guerra por el territorio

Alejandra tiene 24 años y dos hijos; Ángel, de casi cinco años y Yamil, de tres años y medio, aunque son de la misma estatura y en ocasiones la mamá enfrenta conflictos del menor con el mayor porque Yamil se enfada cuando Ángel se pone su camisa o los tenis, pues el menor exige lo de él... y se desata la guerra.

El psicólogo José Antonio Miranda, explica que es una cuestión normal que el mayor se sienta desplazado cuando llega “el nuevo”, pero también hay casos, como el que tiene Alejandra, en el que el menor es quien protesta.

“Cada cambio en la familia es una adaptación, pero todo tiene que ver con la responsabilidad de los papás, que son los encargados de enseñarles el espacio de cada uno de los hijos y respetárselos. El problema viene cuando los papás establecen diferencias entre ellos”, expone.

Pudieran existir algunas causas por las que los padres marcan esas diferencias, como el hecho que uno de ellos sea enfermizo y hay sobreprotección hacia uno, o cuando la mamá tuvo un embarazo de alto riesgo y ahí también hay esa situación.

En ocasiones, dice el psicólogo, el problema tiene que ver incluso con el sexo, pues por lo general el padre, o ambos, esperan que el primero sea hombre, por la cultura mexicana que es mejor tener un hombre que una mujer, porque sufren menos, pero aclara que es un mito.

El “pleito” que se da en ocasiones entre los hermanos, es cuando son del mismo sexo y sí pelean por su ropa y sus cosas. “Un factor que influye puede ser el económico, cuando los padres no pueden comprarles ropa o calzado a los dos por igual y el pequeño usa lo que a su hermano ya no le queda. Ésto al menor le crea un conflicto interno, ya que aparte de la ropa, se siente en segundo lugar”.

Hay que tener mucho cuidado en estos aspectos, advierte el especialista, ya que la responsabilidad es de los padres y deben estar atentos a no crearles resentimientos. “La relación amorosa se da a través de lo que los hijos ven en su casa y la educación debe ser de libertad y respetando a cada uno de ellos, sean dos o más”.

Desde que el segundo o tercero viene en camino, hay que explicarles a los hijos mayores con las palabras adecuadas, en función de la edad de la niña o el niño que va tener otro hermano, pues los niños son muy perceptibles e inteligentes, incluso más de lo pudieran pensar los papás .

Por otro lado, no se les puede delegar responsabilidades a los hijos mayores con respecto a los menores, ya que son responsabilidad directa de los padres.

“Ya no es tan común tener muchos hijos, pero no ha cambiado la no planeación y en ocasiones se confunde lo planeado con lo deseado, que no es lo mismo, pues un hijo es responsabilidad y se debe planear bien entre la pareja. Dentro de la planeación está la educación y sobre todo, un compromiso afectivo y hay que darles a los hijos las herramientas emocionales necesarias para que en el futuro tengan un mejor desarrollo”, precisa el psicólogo.

Otra de las situaciones que suelen presentarse en la actualidad, es que los recién nacidos tienen padres de 35 años o más y es obvio que las ideas de padres e hijos sean muy diferentes y se dan los conflictos, “También los abuelos influyen para bien o para mal en la relación”.