Simulación. Con la ayuda de Hunter, la Policía de Torreón enseñó a los niños a protegerse.
Al principio, los niños sintieron un poco de miedo cuando vieron llegar al escuadrón canino de la Policía de Torreón a la banqueta de su escuela. Algunos tuvieron ganas de llorar y otros veían asombrados cómo los perros bajaban de las patrullas.
Hunter y Fabiola, integrantes del escuadrón canino, llegaron puntuales al preescolar Francisco I. Madero de la colonia El Tajito. Eran las 11 de la mañana de ayer martes, cuando los niños corrieron al barandal de su escuela para verlos bajar de las camionetas de la Policía de Torreón.
Al final, sólo Hunter, con su uniforme azul marino, hizo su entrada al preescolar, acompañado del teniente Adelaido Flores Díaz, director de la Policía de Torreón, y los agentes del grupo Educación para la Resistencia del Abuso de Drogas (DARE, por sus siglas en inglés).
Como parte del programa de Prevención Escolar Municipal, la Policía de Torreón acudió al preescolar Francisco I. Madero para enseñar a los niños qué hacer en caso de una emergencia como una balacera.
El viento se sentía helado en el patio de la escuela, así que los policías se cercioraron que los niños estuvieran bien abrigados antes de tirarlos al suelo. Los ayudaron a cerrarse las chamarras y les amarraron bien las agujetas de los zapatos.
Antes de iniciar con el adiestramiento, el teniente Adelaido Flores les explicó a los niños las funciones de Hunter y Fabiola en la Policía de Torreón. Son perros Pastor Belga Malinois entrenados para ser custodios y atacar, pero también para detectar drogas y explosivos.
"Lo más importante es que estos perros son capaces de rastrear a niños perdidos", dijo el teniente.
Hunter tiene cinco años y Fabiola ocho meses, y obedecen de inmediato cuando les ordenan sentarse, echarse al suelo o pararse.
Si el entrenador no está al lado de Hunter o Fabiola cuando hay una persona sospechosa, sin duda seguirán sus instintos, es decir, atacarán de inmediato.
Sin embargo, Hunter y Fabiola también son perros nobles que se dejan acariciar por los niños, y les gusta jugar con ellos. Incluso si un pequeño se atreve a pegarles, pisarles las patas o jalarles la cola, jamás los agredirán.
Cuando los niños vieron cómo Hunter obedecía a los agentes Dare, de inmediato le perdieron el miedo. El perro dio una muestra de su adiestramiento y saludaba con su patita a los pequeños, mientras el teniente les explicaba que está entrenado para protegerlos.
Ya en confianza, enseñaron a los niños a cómo actuar en una balacera en tres pasos: ponerse de rodillas, echarse al suelo y colocarse las manos en la cabeza hasta que el peligro haya pasado.
Después de la simulación de la emergencia, el patio de la escuela se convirtió en una pista de baile. Darío, la mascota Dare, y los agentes, mostraron sus mejores pasos al ritmo de "Pa Panamericano", mientras los niños se divertían imitándolos.
