El autor de La ciudad y los perros dijo que una de las tantas cosas que admira de México es su literatura. (EFE)
El premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, recibió el Pergamino y la Medalla de Huésped Distinguido de la Ciudad de México y destacó la hospitalidad que este país ha dado a través de la historia a "forasteros" de todo el mundo sin prejuicios.
"Pocos países en el mundo han abiertos sus puertas y ventanas con tanta generosidad y con tan pocos prejuicios a quienes en sus países por razones políticas, religiosas o ideológicas se veían obligados a fugar en busca de un a nueva patria. México la ha brindado con los brazos abiertos y la presencia de tantos forasteros ha enriquecido seriamente la cultura de México", dijo en su discurso.
En el patio del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, sede del Gobierno del Distrito Federal, Vargas Llosa aseguró que ésta es una de las "mejores demostraciones de cómo un país no cerrándose sobre sí mismo, sino volcándose al mundo, se enriquece desde el punto de vista social y cultural".
Luego de recibir la medalla de manos del jefe de Gobierno de la ciudad, Marcelo Ebrard, el escritor peruano comentó que la distinción “es también un mandato de rigor, de autenticidad, coherencia y desde luego que haré todo cuanto esté a mi alcance para no defraudarlos".
El autor de La ciudad y los perros dijo que una de las tantas cosas que admira de México es su literatura, que descubrió cuando estaba aún en el último año de la secundaria "con un librito maravilloso que he releído muchas veces. Un librito de Alfonso Reyes que se llama Visión de Anáhuac".
Contó que su presencia en México es parte de una embajada peruana para mostrar las mejores cosas que Perú puede mostrar al mundo "sus artistas, diseñadores, chefs, una magnífica actriz y un aprendiz de actor que soy yo".
Al referirse a Marcelo Ebrard, el ensayista Vargas Llosa hizo votos por "el éxito de su gestión, porque encuentre respuestas creativas a los grandes retos a que cualquier gobernante o estadista mexicano debe enfrentar y agradeciendo de nuevo de todo corazón su generosidad".
En respuesta, Ebrard dijo que no le entregaba las llaves de la Ciudad "porque tú no las necesitas" en referencia a todos los que han leído sus libros.
En cambio, dijo que le entregaban la medalla de Huésped Distinguido que quiere decir que es "un orgullo de América, de la Ciudad de México; pero, también reconocer tus convicciones, tu compromiso, tu honorabilidad, muchos valores que admiramos, que respetamos y que nos inspiran a quienes estamos en el servicio público y en general a todos nos deben inspirar para el futuro y para cómo conducirnos".
