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¿Enero depresivo?

FAMILIA

Las fiestas por la Navidad y por el cierre y apertura del ciclo anual, son factores significativos en nuestra cultura y su influencia sobre nuestro estado de ánimo es importante.

Las fiestas por la Navidad y por el cierre y apertura del ciclo anual, son factores significativos en nuestra cultura y su influencia sobre nuestro estado de ánimo es importante.

Juan Manuel Torres Vega

Además de encontrarse en la zona más cruda del invierno boreal, el impacto físico y psicológico de las fiestas de la Navidad y de fin de año deja su huella en el primer mes del año, que suele percibirse como una pesada carga. ¿Qué alternativas hay?

Pocos momentos del ciclo anual concentran factores tan diferentes y todos ellos significativos para la persona como el mes de enero. Confluyen en él, el clima frío del invierno con sus días cortos y sus noches largas; la adaptación fisiológica humana con un mayor gasto calórico para conservar la temperatura corporal; el incremento en la tasa de enfermedades respiratorias y los riesgos para la salud; la posibilidad de deprimirse y en caso extremo del suicidio; el gran aumento en el gasto familiar, en particular en los rubros de comida, bebida, regalos y energía eléctrica; la memoria de las navidades infantiles; el pago de las contribuciones y el nivel de la deuda contraída; el regreso a la vida ordinaria; la conciencia de ser cada vez más viejo -sin la consideración de que en ello se posibilita una mayor sabiduría; la baja en el poder adquisitivo y el marginal incremento en los salarios; la cruda moral ante la ‘cuesta de enero’ y los ‘propósitos del nuevo año’, tanto los correspondientes al pasado como al periodo que se inicia.

Si a lo anterior se agrega la muerte -reciente o latente en el recuerdo- de un ser querido o la pérdida del empleo, el clima de inseguridad y la amenaza permanente de una crisis económica global, entonces la situación que se enfrenta es delicada y peligrosa. Semejante escenario no puede recibirse con los brazos cruzados y sí amerita una preparación adecuada en todos los aspectos involucrados.

SALUD MENTAL

La disminución de las horas diurnas durante el invierno conlleva una menor exposición a la luz y al calor del sol. Este fenómeno impacta a todos los animales, incluyendo el caso de aquellos que transforman su vida y entran en un periodo de hibernación. El día invernal dura menos, siendo el caso extremo la zona del círculo polar ártico, donde la noche es ‘permanente’ durante un periodo aproximado de 60 días. Allí se encuentra la ciudad más septentrional del mundo, Tromso en Noruega, donde el sol no alcanza a aparecer en el horizonte del 21 de noviembre al 21 de enero, y en la que viven alrededor de 60 mil individuos.

La afectación para el animal humano suele presentarse en el estado de ánimo, al grado de integrar una condición clínica llamada desorden afectivo estacional (SAD, por sus siglas en inglés). Una de cada 100 personas lo vive, con predominio femenino, y muchas más experimentan alguno de sus rasgos como aumento en las horas de sueño y en la ingesta de alimento, incremento del peso corporal y marcada apetencia por los carbohidratos, disminución de la actividad física y del contacto social, cansancio y fatiga durante el día y por ello impacto en la productividad laboral y en la calidad al conducir vehículos automotores. La situación empeora con el abuso de alcohol o drogas, aspecto que conlleva un incremento en el riesgo de suicidio.

La condición depresiva está asociada a la disminución de serotonina, la sustancia química que mantiene el equilibrio emocional en nuestro cerebro y cuya producción es activada por la luz que recibimos a través de nuestros ojos. Es recomendable aprovechar los días soleados del invierno para ver la luz del día durante la mañana, sea por medio de paseos al aire libre con el debido abrigo, o de la contemplación desde la ventana de la casa o de un automóvil. Una luminosidad aproximada de 10 mil lúmenes es obsequiada por el sol en un día despejado y puede bajar en uno nublado hasta menos de 1,000. La iluminación en casa suele alcanzar los 100 lúmenes y en el trabajo llega de 300 a 500. Dejar a los menores de edad o a los adultos mayores encerrados en la casa o en su recámara es una mala idea, especialmente en el invierno.

¿Del festejo a la tristeza?

Las fiestas por la Navidad y por el cierre y apertura del ciclo anual, son factores significativos en nuestra cultura y su influencia sobre nuestro estado de ánimo es importante. Ambos momentos resultan en un encuentro del individuo consigo mismo y con sus recuerdos.

La sugerencia radica en decidirse por la perspectiva optimista y los recursos positivos que encontramos al ‘mirarnos en el espejo’: los recuerdos hermosos y brillantes de las navidades pasadas, todas cargadas con detalles que vale la pena conservar y recuperar cuando sea necesario; los momentos vividos con quienes han muerto, en especial aquellos que incrementan la satisfacción por el vínculo profundo, la solidaridad vivida y el amor intercambiado; el testimonio de la propia vida durante el año que termina, con los ‘pequeños grandes’ pasos hacia la calidad en los diferentes aspectos. Todo centrado en el presente, el momento para decidir y disfrutar, también cimiento relativo para el porvenir.

SALUD FÍSICA

Las bajas temperaturas y los cambios bruscos asociados a ellas elevan la incidencia de enfermedades respiratorias. En los grupos de edad con mayor riesgo se encuentran los infantes y los adultos mayores. Pablo Kuri-Morales en el estudio Mortalidad en México por influenza y neumonía (1990-2005), marca el mayor número de defunciones del ciclo anual en el mes de diciembre para los menores de dos años y en el mes de enero para los mayores de 65.

Ante la mayor probabilidad de enfrentar una enfermedad respiratoria el reto es mantener una vida activa mediante las prácticas preventivas, incluyendo el uso de ropa abrigadora, el ejercicio y una alimentación saludable.

Por otro lado las comidas tradicionales de las festividades traen consigo muchos alimentos peligrosos cuando se consumen en exceso. Es el caso de tamales, pasteles, dulces, atoles y carnes. Las bebidas alcohólicas también necesitan de la disciplina. La ingesta descontrolada de calorías durante el invierno conduce inevitablemente al incremento del peso, lo cual repercute a la vez en el estado anímico de la gente, sobre todo al comenzar el año.

Un cuerpo saludable es el mejor regalo para todos -en lo físico y en lo emocional- y la preparación más efectiva para disfrutar del invierno y de cualquier estación del año. Hoy es un buen día para empezar, poco a poco y paso a paso, reforzando todo aquello que sea contribución concreta en la mejora. Por ejemplo disminuir la cantidad de alimento en la cena o caminar diariamente. Un día tras otro se convierten en semanas, meses, y en la transformación del estilo de vida con la satisfacción por los frutos alcanzados y la serenidad de quien respeta el ritmo personal.

LAS FINANZAS TAMBIÉN CUENTAN

Las alzas en los precios de los bienes de consumo no son controlados por las familias, pero cada uno de sus miembros tiene en sus manos la posibilidad de cuidar que las finanzas no se vuelvan un motivo de desasosiego o tristeza al iniciar el nuevo año.

La prudencia y la mesura son virtudes efectivas ante la tentación del consumismo, del derroche, del lujo desmedido, del exceso en cualquiera de sus manifestaciones. ¿Cuánto ingresa?, ¿cuánto necesito gastar?, ¿cuánto crédito puedo aceptar? El ingreso marca la pauta del proceso, pues indica con precisión la capacidad económica y el límite del gasto posible y saludable. El egreso representa las necesidades que se adquieren de contado o a crédito. El estado financiero exige un sano equilibrio entre ingresos y egresos, mismo que se logra mediante la incorporación de disciplina al estilo de vida.

Una persona saludable física y mentalmente, incrementa sus posibilidades de tener esa calificación en el uso y disfrute de los recursos materiales.

Reconocer la unidad que cada ser humano es, pone en su lugar a cada dimensión y a la contribución que ofrecen para el bienestar integral. El cuerpo y la mente necesitan ‘lo mejor’ en términos de alimento, bebida, descanso, diversión y vacación. Ese ‘mejor’ se concreta en la medida adecuada y personal que cual vestimenta resalta la figura y evidencia la belleza. Ser feliz todo el año es la tarea y enero nos aplica el examen final. Que la nota sea buena.

Correo-e: juanmanuel.torres@lag.uia.mx

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