El crecimiento económico global se frenó bruscamente, afectado por la desaceleración en Estados Unidos debido a la caída en los pedidos en el sector de los servicios; como mencioné en mi artículo anterior el déficit en dicho país causa estragos en las expectativas de los inversionistas y aun cuando el Banco Central Europeo ha implementado diversas acciones adecuadas para atemperar la crisis de varios de sus países, aún no se ve una salida rápida a la crisis, hay que considerar que los países altamente endeudados se verán impactados por el aumento en las tasas de interés.
Japón aún es una incógnita, ya que no puede asegurar el plazo de recuperación, después de su tragedia y según los analistas las pérdidas materiales se estiman en 230,000 millones de dólares, por lo que dicha recuperación llevará varios años.
El problema de los desequilibrios globales se ha vuelto más apremiante, pues los saldos de la cuenta corriente en los países deficitarios no se han reducido en el tiempo que se esperaba. Algunas economías emergentes han respondido con medidas diversas para tratar de frenar la apreciación de sus monedas, lo cual por cierto no ha hecho México, ya que sigue recibiendo también, recursos externos de capital debido al entorno de abundante liquidez y la búsqueda de mayores rendimientos, sin embargo en nuestro caso la apreciación del peso contra el dólar perjudica las exportaciones y la contra parte: las importaciones que requerimos.
Banxico tiene ante sí una decisión importante en política monetaria, disminuir las tasas de interés para desincentivar las entradas de capital o incrementarlas para contrarrestar el crecimiento fuerte de la demanda agregada y evitar las presiones inflacionarias. Pero esto último tendería a apreciar más el tipo de cambio. Por ello no se debe de subestimar la reciente declaración de Ernesto Cordero, secretario de Hacienda:
"México tiene un esquema de libre flotación donde en algunos momentos, nuestra moneda se apreciará como es lo que está sucediendo, pero en algunos momentos cuando los países industrializados sobre todo Estados Unidos empiecen a aumentar su tasa de interés es posible que nuestra moneda se deprecie, además de que si Estados Unidos empiece a elevar la tasa de interés, los flujos de capital podrían revertirse y los inversionistas venderán parte de sus bonos que tienen en pesos".
Con lo anterior lo único que hay que hacer es tomar precauciones, pues sobre aviso no hay engaño.
