La crisis económica como ha sido la opinión de esta columna, continuará por un buen tiempo, la ambivalencia ha vuelto a emerger a pesar de algunos signos positivos y el fin del túnel aún no se ve.
Para estabilizar la economía de los EU se ve lejana, ya que continúan las señales encontradas y plagadas de ambigüedades, no obstante que se reporta un leve crecimiento, el reporte de empleo se espera bastante débil, lo cual mantiene la alerta sobre un escenario nada favorable y algunos analistas incluso se atreven a predecir un retroceso en la misma, la verdad es que la mencionada estabilización de su economía será muy lenta. Las negociaciones sobre el presupuesto y el techo de endeudamiento siguen sin resolverse por las posiciones encontradas entre republicanos y demócratas.
Mucho he insistido que de las buenas noticias en algunos indicadores independientemente de los altibajos en los Mercados Bursátiles, el empleo es la base para reconocer si ya se está retomando el crecimiento, pues se refleja en el bienestar de la economía familiar, por ello las frecuentes protestas en diversas partes del mundo, en donde la sociedad está manifestando su inconformidad ante la situación que están viviendo y que no tiene relación con alguna filiación política.
El crecimiento económico global se frenó por la desaceleración en EU debido a la caída en el sector de los servicios. El Banco Central Europeo a pesar de haber implementado diversas medidas a la crisis en países como Grecia y Portugal, continúa sin mostrar una real recuperación y la situación se agrava ante el actual comportamiento negativo de España que ya cobró su factura al PSOE.
Japón seguirá en recesión, ya que la recuperación después de la tragedia seguirá gravitando durante varios años por las enormes pérdidas materiales que afectan a familias y empresas en lo general; China por su parte continuará siendo un factor relevante en las transacciones mundiales.
El problema de los desequilibrios globales se ha vuelto más apremiante, pues los saldos de la cuenta corriente en los países deficitarios no se ha reducido en el tiempo y forma que esperaban los gobiernos, por lo que la economía mundial sigue en el atolladero y las noticias seguirán buenas, malas y feas.