La llamada nueva recesión está afectando a gobiernos, empresas y sobre todo a la sociedad en general; sólo algunos países están por el momento a salvo, esperando la resolución en el Congreso de EEUU y el desenvolvimiento de los acontecimientos en la zona europea y sólo entonces se conocerá el impacto que representará a las diferentes naciones según sus propias circunstancias, incluyendo a México a pesar del blindaje económico que tenemos.
En su oportunidad hubo economistas y estudiosos de Universidades y conocidos financieros que advertían de un posible desplome en la economía de los Estados Unidos que fueron desestimados por el Gobierno y la FED bajo el precepto de que los mercados se regulan por sí solos según la teoría keynesiana, obstinándose en mantener su fe de la capacidad autocorrectora de los mercados, considerando las inyecciones de capital y apoyos fiscales que nuestro vecino país y Europa aplicaron, hasta que tuvieron que enfrentarse a la realidad de un nuevo colapso económico.
Al escribir estas líneas aún se mantenía en suspenso desde el Capitolio en Washington, manteniendo en vilo a los inversionistas del significado de resultar adversa la decisión para aumentar el techo de la deuda pública estadounidense; sigo afirmando que se resolverá favorablemente y a tiempo una vez que se pongan de acuerdo demócratas y republicanos en las condiciones financieras pero en el fondo la realidad es que la tardanza se debe a que cada fracción está buscando obtener provecho para sus intereses políticos y está reflejando la profunda división que existe entre ellos y algo más relevante: la sociedad no está de acuerdo en la funcionalidad de su gobierno.
Lo anterior ha puesto también de manifiesto que no existen gobiernos por poderosos que sean que gasten más de lo que reciben en ingresos, cuando los gobiernos son elegidos en forma democrática tienen la obligación para comunicarse en forma continua con la sociedad para informar plenamente sobre las leyes, planes y programas así como las acciones que se lleven a cabo de tal manera que se autolimiten los recursos con criterios racionales para evitar la experiencia actual del sobreendeudamiento.
Uno de los problemas fundamentales es el desempleo, ya que cuando existen los suficientes ingresos en los hogares para permitir la adquisición de bienes y servicios que hacen posible a sus miembros aspirar a un nivel de vida satisfactorio, sólo entonces el individuo puede sumarse al esfuerzo colectivo de creación de riqueza económica y cultural. Recientemente el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reportó que 3.2 millones de mexicanos engrosaron la población en situación de pobreza por insuficiencia de ingresos y carencias sociales y contra ello notó la opacidad del Gobierno para refutar lo anterior cuando en declaraciones anteriores siempre aseguran la mejoría que se está logrando en beneficio de la sociedad.
