La supremacía de uno de los soportes indisolubles de la economía mundial, o sea la incuestionable supremacía de los Estados Unidos y su creíble solvencia crediticia, se derrumbó al anunciar S&P la disminución, por primera vez en la historia, de la calificación de la deuda soberana de este país y por otra parte Europa está sumergida en una espiral financiera que mantiene en un grave riesgo a la economía mundial, ya que el peligro de que Grecia declare una moratoria, puede arrastrar a otros países de la periferia en la misma línea con consecuencias impredecibles para el resto del mundo.
Lo cierto es que independientemente de la autorización por parte del Congreso en el vecino país para aumentar el techo de endeudamiento con sus respectivos ajustes a su presupuesto, las situaciones descritas en el párrafo anterior desplomaron los mercados, ya que la incertidumbre y la aversión al riesgo por parte de los inversionistas, repercutieron negativamente en los mercados mundiales; lo anterior pudo más que el razonamiento de que una calificación negativa, y hay que considerar que se trata de una evaluación del riesgo, sin embargo hay que recordar que las calificadoras no hacen los mercados.
Sin desconocer que estamos muy cerca del límite de otra recesión, confío en que es difícil en el mediano plazo esperar un aumento en las tasas de interés, o repercusiones en el tipo de cambio significativos al menos en nuestro país, la FED debe mantenerse en la posición actual y encauzar su esfuerzo a respaldar el sistema financiero al igual que el Banco Central Europeo e incluso el Fondo Monetario Internacional, ya que debido a la interconexión financiera internacional se ve contaminada por la sombría perspectiva económica y financiera.
Lo más lamentable es que Bernanke al frente de la FED no ha podido instrumentar las estrategias adecuadas que permitan retomar la confianza de los inversionistas y el consumidor en este país; y el presidente Obama no ha logrado convencer a la sociedad sobre su programa económico para la creación de empleos que está poniendo en peligro su reelección; viendo la falta de liderazgo en Europa y los signos de un problema inflacionario en China, se refleja un gran desafío para la economía mundial y ya representa una amenaza para los países emergentes como el nuestro, que en un principio parecía inmunes a esta epidemia financiera.
Como las aves emigran por las inclemencias del clima o signos de inestabilidad climatológica, los capitales se cambian a una velocidad insospechada para resguardarse en lugares más seguros, además debemos estar muy pendientes hacia dónde se puedan dirigir China y los países Árabes; vemos lo que ha pasado con el oro, en poco tiempo los comodities y desde luego los países que no tienen tanto riesgo en la misma Europa como lo es Suiza, y aún en la situación en la que se encuentra EU se refugian en los Bonos del Tesoro y los dólares y empieza a disminuir el flujo a los mercados emergentes.
Entre otros importantes factores subyacentes a la situación actual, figuran unas políticas macroeconómicas incoherentes e insuficientemente coordinadas y unas reformas estructurales inadecuadas que han conducido a unos resultados macroeconómicos insostenibles a escala global, es también el momento de incluir en la toma de decisiones globales a las potencias emergentes que ante esta crisis tomaron un papel preponderante, también queda de manifiesto que aparte de la irresponsabilidad en los excesos que varios gobiernos y muchos políticos-funcionarios han permitido, ya que su óptica o interés político ponen en duda que la efectividad, asertividad y previsibilidad sean las correctas.