"Aquellos que se olvidan del pasado están condenados a repetirlo"
George Santayana.
Con varios artículos previos al presente sobre la crisis financiera, considero suficiente para tratar otros temas de nuestro país, sólo comentaré que estamos más cerca de una recesión, EU sigue en declive y Europa de frente al abismo sobre tres vertientes principales: la inminente moratoria de pago por parte de Grecia, los países de la periferia que puedan estar contaminados y el sistema financiero descapitalizado por los efectos de la misma crisis independientemente de otros daños colaterales.
En nuestro país están corriendo los tiempos electorales y la historia se repite, el gobierno y los partidos políticos nos redescubren problemas, situaciones y complicaciones no resueltas y parecen que nunca las hemos vivido; por lo tanto, nos encontramos a México incapaz de comprender la transformación económica mundial, parecemos un país que no entiende el entorno global cada vez más competitivo, nuestros líderes políticos inician sus precampañas prometiéndonos un nuevo futuro para nuestro país y lo más grave es que se nos olvida que la historia se repite pero requerimos analizar el pasado y comprender que esa visión que nos quieren plasmar es algo mágico y que se va a dar por simples promesas.
La realidad es que si continuamos considerándonos satisfechos y nadie mostramos la inconformidad continuaremos habitando el laberinto de la conformidad y será cada día más difícil tener mejores gobernantes, ya que los ciudadanos conformistas tienen políticos mediocres.
Prometer reformas es fácil incluso lo es hacerlas en forma limitada y pésima, recordemos que muchas de las reformas anunciadas han fallado por incompletas o por negociaciones políticas que convergen también con emporios económicos.
Por lo mismo nuestra economía no se maneja equitativamente y se basa en el peso político de los actores en turno y no dependemos de la productividad y el valor agregado, estamos acotados evitando la rentabilidad social y la capacidad de ser competitivos en los mercados mundiales.
Estamos obligados a exigir resultados ya que no es suficiente ver la cantidad de leyes o modificaciones que se nos anuncian en los medios de comunicación, tenemos que ejercitar nuestra participación y capacidad para evaluar la efectividad de todas las reformas que se discutan, ya que algunas de ellas pueden ser efectivas y bien intencionadas y en esta época deben predominar reformas fiscales, económicas, laborales, educativas, energéticas y, desde luego, de seguridad.
En pocas palabras, requerimos un gobierno unificado y sobre todo con visión de largo plazo.
