En diversas ocasiones he manifestado mi escepticismo en las reuniones periódicas del grupo llamado G8 que representa a las principales potencias del mundo, ya que independientemente de ponencias y discursos casi nunca llegan a concretarse salvo si es las negociaciones de sus propios intereses, dejando siempre fuera el responder como líderes hacia las naciones más desprotegidas.
Los ministros de Finanzas de los países integrantes del G8 se reúnen en Italia para tratar diversos problemas en su agenda principalmente el de la crisis financiera en Europa, las declaraciones recientes de Alemania y Francia en el sentido de que apoyarán con mayores recursos al BCE sin concretar en detalle en que consistiría, bastaron para que los Mercados Financieros reflejaran una mejoría en relación al comportamiento reflejado en las últimas semanas y en especial en EU.
En mi opinión es prematuro pronosticar que la situación económica y financiera se estabilice, si tomamos como ancla el apoyo ofrecido por los países europeos que mencione anteriormente se tendrá que considerar que lo que pretenden es que por conducto del BCE se apoye al sistema financiero para evitar un descalabro mayor recordando el inicio de la crisis en Estados Unidos, con ello no se garantiza propiamente el bienestar de la población en general, claro, propicia que el flujo crediticio se congele pero es a un sector y no es incluyente desde luego de los males el menor.
El propio FMI advierte la necesidad de que los bancos principales de Europa se fortalezcan, por lo que conviene recordar la trascendental función que realiza la economía financiera y sin cuya operación eficiente no es posible el desarrollo de la economía real, por eso se explica el apoyo a los bancos, pero si los países en ésta reunión no se aplican con fuerza y autoridad a propiciar el apoyo a la población, pronto surgirán otros problemas.
Volver a la economía real supone la creación de valor en los negocios, de igual manera hablar de economía real comprende la compleja dualidad de lo macro a lo micro, de lo global a lo local, es decir, el valor interno en cada país, incluso evitar las fronteras mentales entre el mundo privado y el mundo público, ya que se toman decisiones equivocadas si se supone se trata de espacios antagónicos. Se requieren medidas que puedan integrar políticas económicas y sociales y en este tipo de reuniones se debería procurar actuar no en beneficio de algunos sino considerar al resto sin que esto signifique ignorar el realismo de la economía.
Es evidente que la preocupación de los ministros del G8 consiste en fortalecer todas las medidas propicias que impidan la recesión que aparece como una constante amenaza y además aplicar medidas más rígidas que impidan los excesos en el gasto público de los gobiernos y políticos irresponsables así como el recorte de los impuestos evitando también que las inconformidades sociales sigan creciendo.
Los principales países del mundo aumentaran su deuda en los próximos años y se tiene que prever lo que implica una carga más en sus respectivas economías y esto sin duda alguna representa un peligro para todo el mundo, el mismo Banco Mundial menciono en uno de sus recientes reportes que la economía mundial se contraerá más de lo previsto.
Por su parte, el FMI ha revelado que la crisis global actual será particularmente larga y severa, desde luego que hay posiciones encontradas entre los investigadores y analistas de la economía sobre lo positivo o negativo de la conducción de las economías en los diversos continentes y solo lo sabremos con el tiempo.
Por lo tanto el veredicto todavía no se ha emitido sobre la fortaleza o tamaño de la recuperación económica a mediano plazo, por lo tanto conviene seguir informándonos y no sólo preocupándonos, sino aplicándonos ante los problemas que sin duda alguna seguirán presentándose.
