A propósito del acuerdo a que se llegó por parte de las potencias europeas para apoyar con mayores recursos para salvar a Grecia, condonando el 50% de su deuda enfocados principalmente a salvar a los bancos, la oposición a los rescates de otros países de la zona euro ha crecido en muchas partes, donde los gobiernos han implementado dolorosos recortes presupuestarios y reformas estructurales con el fin de mejorar las economías y las finanzas públicas que desde luego afectan a la sociedad.
Al margen de las reacciones positivas de los gobiernos y el comportamiento de las bolsas celebrando estos acuerdos así como los tipos de cambio, los problemas no están resueltos y la volatilidad e incertidumbre seguirán presentes. Sin embargo mi artículo va dirigido a las transacciones comerciales; lo primero que hay que reconocer es que si un país importa más de lo que exporta tiene por consecuencia un déficit comercial, por el contrario un país exporta más de lo que importa tiene un superávit, lo anterior opinará usted no tiene mayor ciencia, pero lo que en ocasiones pasa desapercibido es una sencilla regla contable en este caso internacional: la suma de todos los déficit del mundo son iguales a la suma de los superávits; por lo tanto si China y Japón mantienen sus superávits y si Corea transforma su déficit en un superávit como parece sucederá, el déficit total aparecerá en otras partes por lo que vale la pena reflexionarlo. No todos ganan.
Para América Latina las condiciones actuales son muy favorables, sin embargo hay que reconocer como en el ejemplo anterior, también tienen otras repercusiones negativas: el 80% de las exportaciones van hacia China especialmente los comodities lo que hace aumentar los precios al igual que otros productos como los minerales y otros insumos que desde luego implican oportunidades o riesgos para otras áreas de la producción incluso de la industria.
México requiere una visión estratégica y global que nos permita afrontar con éxito, un periodo prolongado de inestabilidad que pondrá a prueba la capacidad del Estado mexicano; por otra parte independientemente de déficit públicos, desaceleraciones, devaluaciones, etc., existe como en otras ocasiones he opinado: la especulación, lo cual también es un reto de análisis para el Gobierno y las empresas. Es muy relevante anticiparse al escrutinio a través de apelaciones y dejar las emociones y los intereses de lado.
