Atrás queda el Centenario
Ya saltamos el 2010. Recordamos algo así que se llamó revolución y algo así que se llamó independencia. Se publicaron muchos libros sobre historia y otros muchos que ya habían sido publicados hace tiempo volvieron A reeditarse. Algunos recordamos que entre las dos gestas se dio la reforma, el movimiento que hizo entrar a nuestra nación a la modernidad y tal vez sigan quedando en el olvido otros momentos históricos como lo son la colonia, la conquista y la época precortesiana, que es la que menos se conoce y la que más frecuentemente utilizamos míticamente.
Si no es demasiado tarde quisiera recomendar una novela más sobre la revolución, que de ello no dejará de escribirse, cuya autora es una excompañera mía de la universidad: Leticia Frías. La novela se llama: "El sonido del bronce" y esta editada en Mr ediciones y la puede conseguir en las principales librerías de la ciudad (yo la conseguí aquí en Torreón). La novedad de la novela es que está ambientada en la ciudad de Querétaro desde donde una familia vive el proceso.
Creo que nuestra historia no se agota en recordar una gesta que muchos ni siquiera saben si sirvió de algo o no sirvió de nada. El sabor de boca que nos queda en el 2010 es que no vivimos exactamente en el paraíso planteado por la utopía constitucional de 1917 ni de sus sucesivas reformas. Algunos sienten que van en una barca a la deriva en un mar tormentoso. Ya ni siquiera podemos aferrarnos a la oración porque lo religioso es una de tantas cosas que hemos dejado de creer. Simplemente nos deslizamos en el devenir sin saber a ciencia cierta a donde vamos. Lo que es lo mismo, es perder el sentido de la vida, lo que puede traducirse en que es también debilitar el sentido de la cultura.
Arriba mencioné la cantidad de libros de novela histórica que se editaron y aún permanecen en nuestras librerías. Junto a ellos, no se produjo ninguna película histórica. La única película fue la de Hidalgo y para presumir nacionalismo, eso es realmente muy poco. (Tampoco se volvieron a exhibir las hechas en los años cuarenta y cincuenta que dieron relieve al cine mexicano).
Yo nunca negaría que el principal manantial de educación del pueblo son los medios audiovisuales. Algunos autores dicen que el peligro de los medios audiovisuales es que se dirigen más a la emoción y eliminan el sentido crítico y racional que otros medios, como el libro, cultivan en quienes lo usan. Se sospecha que en estas políticas de los medios y de las autoridades, haya gato encerrado, producir un pueblo que desconociendo su historia se limite al grito del 16 de septiembre o al desfile del 20 de noviembre.
Tuve la oportunidad de huir a la Ciudad de México y recordar mis tiempos de estudiante. (Ahí fue donde me reencontré con mis condiscípulos entre ellos con Lety Frías). Como buen turista no podía dejar de ir al zócalo, el ombligo del mundo, que han disfrazado de territorio pirinéico, o más bien dicho, Canadiense o americano, llenándolo de áreas donde se puede uno divertir con juegos relacionados con la nieve. Nuestro ombligo está lleno de nieve.
No me quería referir a eso; El Palacio Nacional está abierto al público y es posible pasearse por él apreciando una gran exposición referida a la fecha histórica. Uno siente la necesidad de llenarse de historia, de saber que la de México ha sido un constante movimiento hacia un aquí y un ahora; bueno, aquí no se acaba el cuento, desde este aquí y este ahora habrá que construir un futuro, si no parta ti, para los que vienen detrás de ti.
Para que lo anterior suceda, hay que tener un espíritu crítico frente a la vida; espíritu que tuvieron Hidalgo, Allende , Ocampo (que poco conocemos de este personaje), Morelos, Flores Magón , Madero, Villa, Zapata, Carranza, Cárdenas, y a Obregón también lo menciono. Los espíritus críticos no necesariamente llevan a las revoluciones armadas, hay muchas gentes en nuestro país que luchan a diario para sacar adelante pequeños proyectos. (Alguna vez me atreví a sugerir que quienes van a sacar adelante a este país son las ong→ s).
La historia continúa y sabemos necesitar más fuentes de trabajo por lo tanto sabemos necesitar más empresarios que se arriesguen para dejar de ser un país dependiente. El empresario es otro tipo de persona que en los momentos de paz tiene la responsabilidad de hacer funcionar al sistema. Pero necesitamos al empresario ético no al explotador.
Y necesitamos al profesionista y al técnico, necesitamos al trabajador y a "alguien", a un alguien que nos diga que la vida merece vivirse, porque puede ser vivida con dignidad.
A algunos nos gusta ver novelas o ver películas, porque en ellas siempre se trata de un movimiento continúo hacia una conclusión. El interés de las películas depende del conflicto que genera la acción. Se dice que si no hay conflicto no hay acción.
El conflicto, creo que lo tenemos. El segundo problema es hacer consciente el conflicto y si nuestros medios audiovisuales no lo reproducen, es que precisamente les conviene no hacerlo. En lugar de ello se ponen a jugar a las películas o hablar de los falsos héroes, que son los famosos y que solamente explotan el morbo con cantidades industriales de silicones que utilizan para esculpir sus cuerpos.
El conflicto principal es que nuestra patria no tiene rumbo a seguir y esto puede acabar en un país con una dictadura totalitaria de la cual nadie nos saca, (Con un Chávez cualquiera) o en la decadencia total, como pasa en Haití.
Dato: somos el segundo lugar en corrupción, el primero lo tiene Haití.
Tanto que reflexionar.
Por: José Luis Herrera Arce
