La imagen
Lo intrascendente traspasa las fronteras y produce en nosotros indignación por lo que en otros países del mundo se piensa de nosotros. Para pronto está la protesta y quien sabe si nos vayan a hacer caso. Hemos demostrado estar alerta sobre el cuidado de nuestra imagen.
La pregunta es como construimos nuestra imagen; o para decirlo de otro modo, como es que los países construyen sus imágenes. Mucho ha de tener que ver lo que se exporta, comenzando por las noticias. Recordemos que la imagen de México en Europa la formó el Indio Fernández a través del cine que exportaba y que llegó a ganar premios internacionales. El charro mexicano, el machismo, la mujer sumisa, el borracho y todo lo demás fue el producto de ese cine y el que vino posteriormente donde no dejamos de ser el mexicano campesino y donde para nada se habló de nuestra realidad urbana. Y cuando hablamos de la realidad urbana, nos hicimos hijos de la rumbera y de la prostituta: las dos primeras películas del cine nacional fueron "Santa" y "La mujer del puerto" durante todos los ochentas proliferó, gracias a la López Portillo el cine de las rumberas y junto con ellas el cine de los cómicos del chiste de doble sentido porque según esto se trata de la justa imagen del mexicano de arrabal.
Estarían locos los ingleses de ir a ver este tipo de cine, pero el rumor se corre y no ayuda los productos de exportación de nuestra televisión.
¿Cuál es la imagen del mexicano que se tiene en las telenovelas? Podemos hacer una gran colección de todas las marías del barrio y no del barrio, o sea, de todas las famuyas que se casan con el patrón. El pueblo es ése que intenta emular los parámetros americanos, porque hasta nos avergüenza presentar nuestra realidad. Las escuelas que se recrean en muchos programas de la televisión no tienen nada que ver con la verdadera escuela Mexicana. Como tampoco los juzgados, nos parece más cómodo copiar los modelos que nos impone el vecino que dar una imagen exacta de lo que en nuestra realidad pasa.
Este vecino no nos ayuda. Esa es otra imagen que se nos ha forjado y que siempre que habla de nosotros tiende a equivocarse, sobre todo en el campo de la comedia porque hasta en la música intenta maquillarnos y nunca somos nosotros ese mexican curios de exportación.
Por otro lado, te das cuenta que en otras partes del mundo existe la misma estupidez que en México tenemos que soportar. Esas personas superfluas y simples que no encuentran otro modo de hacer fama más que la ofensa fácil, el morbo, y la intrascendencia.
Es como si nosotros juzgáramos a los españoles porque tocan las castañuelas o traen las alpargatas, tienen constantemente un ramo de rosas en la boca, y sus mujeres aún usan mantillas. Eso no es más que producto de la falta de educación.
Ahora que también podríamos considerar a los ingleses como un nido de piratas (Morgan, Raleigh y demás); o un país de tontos de los pocos que gusta de mantener a una familia real que continuamente anda en líos de faldas. (Se acuerdan de enrique VIII, y de la walli, Carlitos no fue el único). O también los podíamos juzgar por ciertos visitantes a nuestro país como Malcon Lowry, borracho y pasadón y si le seguimos buscando tendríamos mucha tela de donde cortar; los hollygans a quienes en todo el mundo les tiene pavor.
El humor inglés es así de seco y vulgar. Pero nosotros no nos quedamos atrás que ahora dedicamos nuestra televisión al chisme y al gran negocio de la morbosidad. No creo que ayude mucho a mejorar nuestra imagen este empeño de las grandes televisoras presentar ese aspecto del mexicano y olvidar otros que indudablemente los hay.
Es un desperdicio que los medios masivos de comunicación en lugar de aumentar el conocimiento entre los pueblos no pase de ser otro medio mas que utilizan las comadres para perder su tiempo y lo haga perder a todos los demás. Al mundo nos lo estamos acabando y todos cooperamos en ello, porque resulta más cómodo quedarse con la boca callada y no protestar; no hacerlo contra Inglaterra que eso es lo de menos, sino en contra de nosotros mismos. Que poco los medios nos han hablado de las cosas de las que nos debemos de enorgullecer, eso no es comercial, eso no deja. No hay ninguna referencia histórica; algo se ha hecho en el plano del turismo, un americano se encarga de hacernos programas que anteriormente se hacían. Hubo en uno en la televisión estatal que se llamaba México Mágico, en el que yo participe.
Que les criticamos a nadie que piense mal sobre nosotros si no les hemos dado material para que cambien su manera de pensar. La fama de Octavio Paz es insuficiente, frente a las noticas cotidianas que han de recorrer al mundo diariamente. Las otras noticias que contra resten las mencionadas no las queremos ver.
Tal vez es hora de que les demos las gracias a nuestros legisladores que han puesto en manos del monopolio nuestra imagen vital. O darles las gracias a los medios que a pesar de las cantidades que cobran por la publicidad política que se paga con nuestros impuestos no tienen ninguna correspondencia. O a los comunicadores que no ven otra cosa en su profesión que la fama, la fortuna y la nula ética profesional.
Por: José Luis Herrera Arce
