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Ensayo sobre la cultura

La ficción utilizada

José Luis Herrera Arce

La ficción, según dicen, son los inventos que se hacen para platicar una historia. La ficción, vuelven a decir, no pertenece al mundo de la realidad; y si esto es así, entonces para que prestarle atención. A muchos, lo único que les importa es encontrarse de frente con la realidad para resolver los problemas cotidianos.

Sin embargo, la ficción no ha de soltar a su presa tan fácilmente. Si lo hace, cobrará altos intereses por perder sus privilegios. Tal vez la primera ficción que nos costó dejar atrás fue la de creer en Santa Claus, otra la de hacer burla de los cuentos de hadas porque eso es el mundo de los niños y como al crecer dejamos de serlo, ante los ojos de los demás les restamos importancia a esas simples fantasías. Los hombres toman lo real por los cuernos.

Ya ven lo que sucede en los países africanos. Se levantan en contra de las dictaduras que duraron tantísimo tiempo. Que mundo de ficción habrán construido a sus alrededores que a pesar los indicios cotidianos de no ser ciertos, el pueblo aceptaba complaciente el estado de cosas. Cuando se deja de creer en la ficción, el contragolpe es de tal magnitud que no hay nada que lo pare ni que lo convenza de lo contrario. La paz viene con una nueva credibilidad pero esta resulta difícil de construir. Cuando nos tardamos en México para vivir en tranquilidad, y en que poco tiempo hemos caído en la cuenta de que esa tranquilidad corre peligro.

La ficción que te dice que un sistema te lleva hacia una parte y nunca llegas a ella, y por lo general sientes que te aleja, te hace mantener los sistemas de gobierno. La realidad se impone porque los sufres. Cuando los romanos dieron con aquello de que al pueblo pan y circo bien sabían de lo que estaban hablando, al pueblo no hay que hacerle sentir la realidad por lo menos hay que darle paliativos, un poquito de pan y un mucho de circo.

En la política moderna se ha de pensar que el pan puede escasear un poco más y con un montón de palabras se puede compensar los pensamientos cotidianos que n os hacen dudar de las buenas intenciones.

Esta ficción que llaga a unir las contradicciones; ¿será el último paso del movimiento dialéctico planteado por Hegel o Marx? La derecha unida a la izquierda para combatir a un enemigo común. Como será la síntesis de lo que resulte: si unos dicen que lo que los otros creen es el opio de los pueblos, y los otros consideran peligroso para la libertad as lo que los unos creen, si mezclas ambos ¿qué resulta? Ni quiero imaginar el Híbrido. El obrero que se une al patrón. ¿Se acaba la lucha de clases? Al fin la hegemonía cede sus intereses en bien de los de abajo y se inicia una era de comprensión hacia el futuro. Ni a Ray Brabury se le hubiera ocurrido para sus sociedades marcianas. Asistimos a todo un momento revolucionario.

Pero yo no sé si nuestros políticos que hacen esto, viven la realidad que su ficción no les permite ver. Por ejemplo, la declaración de nuestro secretario de hacienda que con seis mil pesos puedes comprar una casa, pagar las letras del coche y darte el lujo de pagar la colegiatura de tus niños. (Será de tu niño, un solo niño). Eso en caso de que ganes seis mil pesos, pero cuantos en México no llegan a ganar esa cantidad.

Si eres uno, a lo mejor puedes. Si se supone que los seis mil del esposo se sumen a los seis mil de la esposa, a lo mejor puedes. Si no tienes hijos a lo mejor puedes. Si no tienes demasiadas aspiraciones, puedes. Si es un carrito de segunda, o si es una casa de beneficio social de doscientos mil pesos.

Pero lo dijo nuestro secretario de hacienda y si lo dijo él, ha de ser la ficción que nos quiere construir el gobierno, ahora que se acercan las elecciones. Y yo le tengo que creer a ese tipo, como le creía al perro que defendía nuestro peso, o como le creímos a todos los demás que nos han llevado por esta pendiente de la ladera como si fuéramos piedras que caen del cerro (imagen de la novela de los de abajo). O sea que estamos en donde mismo, en la ficción. Claro, esta no es la afrancesada, de don Porfirio. Fue la revolucionaria y fue la de la derecha, y ahora es una izquierda Atolondrada que se suicida. O a lo mejor ficción es aquella frase que dice, divide y vencerás. O ficción que desconozcamos los consejos de Maquiavelo. O ficción de que podamos tener conciencia de que en el horizonte no hay nada que nos asegure de que nuestros problemas mejoraran y tengamos que llegar a lo que han llegado los pueblos africanos o, la otra es conformamos con la realidad de Haiti.

Ficción es que haya algún grupo por ahí capaces de resolver nuestros problemas; o que tengamos nosotros la capacidad de unirnos para resolverlos. Ficción de que nuestra credibilidad en alguien esté sustentada, ficción y más ficción que nos estemos acabando entre todos y n i siquiera instituciones como la iglesia y el Estado tengan credibilidad.

Pues, si entre tanta ficción estamos rodeados, pues que más da consumirla. Una buena novela me deja más placer que ver lo asqueroso que puede ser la realidad. Los talk show o donde entre mejor se peguen las mujeres o los hombres muy machos o la querida o todo eso que venden a las cinco de la tarde alimentando la ficción de nuestra infancia y juventud; y luego la ficción de que toda esa porquería cueste los millones de pesos que cuesta y que en ello se encuentre la atención del mexicano, porque no hay para donde mirar.

No, ¡si hay!, una novela, por favor una novela. (Si hay de ochenta pesos y de doscientos pesos). Es preferible a esta gran ficción en que han convertido nuestra realidad.

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