Para aquellos que busquen algo que leer, dirigir los ojos a la literatura que se ha producido en el continente americano es una veta que les traerá muchas satisfacciones. Podemos olvidarnos por ahora de Estados Unidos que ha producido interesantes autores (Faulkner, Hemingway, Toni Morrison y muchísimos más) y centrarnos en lo producido más al sur del continente.
Sobre México ya hablamos, así que demos un vuelo de pájaro en el Caribe, centro y sud América.
Para principiar, en este territorio se han producido dos movimientos literarios importantes que han impactado al mundo: El modernismo, a finales del siglo XIX, con Rubén Darío, y el realismo mágico en el siglo XX, en donde han participado García Marques, Vargas Llosa, Jorge Luis Borges.
El mundo del modernismo era la búsqueda de la imagen fina donde sale a relucir el Cisne. El Movimiento acabó cuando le torcieron el cuello a este personaje al estar ya harto de recurrir a las piedras preciosas. En el caso del Realismo Mágico se descubrió la realidad detrás de la realidad, o la fantasía detrás de la realidad, y todos los juegos que han surgido de esta posibilidad aún persisten y para mi gusto personal, también han impactado a Europa.
La exuberancia de vegetación en el Caribe parece ser que ha nutrido la imaginación de los escritores que no solamente se han dado a conocer por estas dos corrientes literarias, sino que han retomado otras anteriores para darles un nuevo tinte de modernidad; me refiero al barroco. Unir éste género con el realismo mágico, como lo hacen Carpentier y Lezama Lima de un toque único a la percepción de la realidad, aunque hay que confesar que a veces es difícil captarlos en toda su profundidad. Bueno lo mismo pasa con Joyce.
Estas corrientes encabezan la basta producción literaria de Hispanoamérica. No es lo único. Según la historia literaria hay mucho más, como la novela de la Selva en donde se narra la aventura del hombre combatiendo a la naturaleza, ejemplo La vorágine de Eustaquio Rivera. O Facundo de Sarmiento o Doña Bárbara. También Se ha dibujado la lucha del hombre en esa naturaleza agreste y surge su figura particular como en el Gaucho de Martín Fierro o en don Segundo sombra de Guiraldes.
Nuestra generación (tengo 61 años) creció a la sombra de autores que alimentaron nuestra juventud con infinidad de posibilidades literarias en donde sin duda alguna sobresalió Cortázar. Quien no conozca a la maga y su relación con Aveleyra se ha perdido de un delicioso juego de estructuras y formas de de renovar al literatura. Eso es solamente uno de sus caminos, en Cortázar hay mucho más, el bisbis bisbis del modelo para armar o la Historia de los Cronopios y de famas. Este es un autor ampliamente recomendado para las juventudes de todos los tiempos.
Poco sabemos de la literatura que se ha producido en Brasil que es la parte del continente con influencia portuguesa de donde podemos recomendar por lo menos dos autores: a Güimaraes Rosas que nos habla del campo, o sea del Sertón y cuya prosa es fina y cuidada, y el otro autor es Jorge Amado que nos habla de la ciudad y el mundo de los carnavales y de las favelas, su producción es de un tinte más popular. De este segundo autor sus historias se han llevado al cine y se han hecho telenovelas de televisión; pero hay que leerlo, leído es suculento porque te refleja todo un mundo idiomático que muchas veces se pierde en los medios por diversas circunstancias. Lo mismo pasa con Rulfo, hay que leerlo, en el cine pierde.
A veces nos dejamos llevar por los premios como el nobel pero en el caso de Latinoamérica el reconocimiento no ha hecho justicia a algunos autores, los más patentes son Borges y Cortázar a quienes no se los dieron y son autores que difícilmente van a ser superados en el futuro y el día de hoy ya se han convertido en íconos de lo latinoamericano.
Otros autores, Miguel Ángel Asturias, Onetti, el de Juntacadáveres, Laura Restrepo, Isabel Allende, Tomás Eloy Martínez. Sin olvidar los clásicos como José Martí o Nicolás Guillen, el primero la voz revolucionaria del Caribe que llega a impactar en el gusto popular y de quien cantamos Guantanamera (yo soy un hombre sincero de donde crece la palma) y el segundo es la magnífica voz negra tan llena de onomatopeyas que también refleja esa voz es la columna dorsal del Caribe mexicano.
Muchos de estos atores les ha tocado vivir parte de su vida en México. Álvaro Mutis y sus historias del Gaviero es uno de ellos. Hay otros que los conocemos por su colaboración literaria con los grandes como es el caso de Bioy Casares que también brilla por si mismo, otros nuevos surgen como Antonio Orlando Rodríguez con su novela chiquita (premio alfaguara 2008) y otros más los conocemos por sus lides políticas como Eliseo Alberto quien escribe Caracol Beach.
En el ramo de lo histórico hay dos autores altamente recomendables, Salvador de Madariaga con el corazón de piedra Verde y Germán Arciniegas con la biografía del Caribe. Podríamos incluir a Juan Bosch con de Cristóbal Colón a Fidel Castro.
Y se queda en el tintero Puig y las boquitas pintadas y muchos otros más. Hispanoamérica es un continentazo literario. Hay que navegar en él, sobre todo la juventud en busca de emociones, estos son muy buenos ríos para hacerlos, y mares, amplios mares.