No cabe duda que vivimos cambios acelerados y estos escapan nuestra comprensión. El caos es todo aquello que produce confusión; entonces nos acercamos a una época en donde seguramente nos perderemos más de lo que estamos y por la otra seguiremos sintiendo que el vacío se ensancha lo cual significa la urgente necesidad de volver a definir lo que antes creíamos definido.
Ninguna de las instituciones que pensábamos estables, ahora nos parece que lo sean. Por lo tanto, la credibilidad se pierde y la fe se disminuye. Sin certezas es imposible poder organizar el sentido de la vida, porque nos estamos dando cuenta de que somos engañados, nos han convertido en carne de cañón, como comúnmente se dice, mero pretexto para que terceras personas saquen sus ganancias.
Ya nos lo habían cantado, partidos antagónicos se unen queriendo lograr una mayor fuerza política. Por lo mismo, miembros comprometidos de los partidos renuncian ante los hechos consumados, con lo cual debilitan la fuerza política de las tendencias ideológicas. A lo mejor se piensa que las personas comunes y corrientes no tienen capacidad de discernimiento, (¿El pueblo no piensa?) y no vean ningún problema en poder unir el agua y el aceite. (Castro y Busch).
Los pocos que piensan seguramente habrán de preguntarse que tipo de gobierno saldrá de todo esto, siendo difícil encontrar una respuesta. Sin respuesta se comienza a sospechar y la confianza es puesta a prueba. Si la duda permanece se perderá la credibilidad.
A lo mejor los políticos creen que el fin justifica los medios; faltaría saber cuales son sus fines reales, si sacar al país del atolladero, o sólo persiguen sus beneficios económicos y de poder, personales.
Y luego, a lo anterior se aúna una serie de decisiones que se antojan ridículas. Lo del caso de la jovencita a quien nombraron jefe de policía en Chihuahua y que ahora sale huyendo del país bajo el pretexto de que la amenazaron, es como para construir una comedia de equivocaciones. Ante gravísimo problema que resulta la inseguridad, ¿quién en sus cinco sentidos hace tales nombramientos y quién que los acepte no se imagina que dentro de su trabajo es muy seguro que de todas partes la iban a amenazar? Donde está la responsabilidad social y política enfrente de los ciudadanos si ni siquiera existe el sentido común. Lo único que provoca toda esta serie de estupideces es la sensación de soledad en un mar de con fusiones.
Se me antoja que cada quien hace un negocio. La señorita esa que huye ya cobró varios sueldos, a lo mejor nunca hubiera podido cobrar tanto de otra forma. Los irresponsables que la pusieron en el sitio que no debió haber estado a lo mejor piensas que fue gracioso y ya buscarán a otro para ocupar el cargo, alguien que quiere tener sus quince minutos de fama.
Y así pudiéramos seguir enumerando una serie de irregularidades con las cuales nos enfrentamos cotidianamente. ¿Cómo le hacen para solucionar un crimen de un agente americano tan rápidamente y no pueden resolver los que solamente son locales? ¿Por qué toda una familia es masacrada en forma tan cobarde, sólo por el hecho de pedir justicia? ¿Por qué se han mostrado tan impotentes nuestras autoridades en controlar la delincuencia? ¿Por qué los mismos delincuentes no se dan cuenta de que esta forma de solucionar sus conflictos no representa ningún bien para nadie? Es tocar fondo esto de si me matan ahora que más da. ¿En esto consiste acaso su felicidad, el ser presa de caza? ¿Para ello sirve sus monumentales ganancias? No me resulta nada lógico. En este ambiente que ellos mismos provocan, ¿cuál es la vida familiar o social o es que tampoco importa?
Son muchas preguntas imposibles de respondernos.
El caos es lo que está en contra de la cultura, y los que se preocupan por vivir humanamente, dentro de la cultura, deberían de preocuparse por eliminar el caos, no provocarlo. La cultura es encontrar un orden a la existencia, un sentido. Si lo único que importa es el dinero, no importando a quien te lleves entre las patas, o los efectos que provocan tus acciones, la vida dejará de ser humana para convertirse en animal.
Cuando a los medios como la televisión no le preocupa los efectos que pueda tener su programación y cuando a nuestros legisladores no les preocupan los efectos que la programación de la televisión tiene en la sociedad, eso es la prueba más patente de que andamos con el mundo perdido. Los negocios, todos los negocios, tiene sus limites. Si unos se prohíben por los efectos que producen en la sociedad, en otros se comportan muy permisivos. Hasta en los sistemas liberales, todo tiene un límite. El dejar hacer dejar pasar no es completamente aplicable; y junto a esa permisibilidad en otros campos, como el alimentario, se comportan paternalistas porque están preocupadísimos por nuestra obesidad.
No todo son las hojas de balance, o la carrera para convertirse en el hombre más rico de México, o la fama o la fortuna que por los caminos fáciles se consiguen o la explotación del morbo y lo peor de la humanidad. El pueblo es inculto porque así le conviene a quienes se aprovechan de ello. Un pueblo culto es un pueblo crítico, que no se va a conformar con que le den atole con el dedo. A un pueblo culto le interesa conocer la realidad con el fin de mejorar su subsistencia.
Forjar una ideología es comenzar a buscar soluciones. La ciencia se compone de teorías, y eso son precisamente estas últimas, posibles soluciones a los problemas cotidianos. Nos hacen falta teóricos, ideólogos. Nos están demostrando que las que existen actualmente son pura farsa.