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ENSAYO SOBRE LA CULTURA

El papel necesario

José Luis Herrera Arce

¿En qué se ha estado convirtiendo la educación? En una psicosis en donde lo único buscado es un papel con el cual se supone será más sencillo encontrar trabajo en un mundo que se está llenando de títulos sin profesionistas; o sea, de personas que de una manera o de otra han derrotado al sistema pasando por él sin haber asimilados los contenidos que una curricula supone.

Y la tecnología para eso sirve a los estudiantes, para evitarse el más mínimo esfuerzo, porque del tema que usted guste y mande hay una extensa variedad a la cual recurrir para solucionar las tareas sin que eso implique que los contenidos pasen por su cabeza. Es muy común el copiar y pegar a la que irresistiblemente se acude. (¿Usted se imagina el doble o el triple trabajo que significa estar checando si un trabajo es sacado del Internet tal y cual viene escrito?). Pero al joven eso no le importa, si se hace tonto él piensa que hace tonto al sistema y al maestro y aunque esto no suceda así, muchos se salen con la suya y terminan la carrera como si fuese una carrera de engaños; y en la vida profesional puede esperarse que seguirá más de lo mismo sobre todo como medio para sobrevivir en este medio ambiente de corrupción que nos rodea.

Los mismos jóvenes hacen sus propios juicios de valor sobre las materias que les interesa y las que no. Tomo como refe3rencia a la carrera de comunicación que es el espacio en que me he movido durante muchísimos años. Esta carrera contiene elementos especiales, sobre todo está rodeada por un glamour de fama, que se parece muy tangible sin la necesidad de hacer grandes esfuerzos. Ser locutor o conductor de televisión parece no solicitar de mucho, tener buena voz, algo de presencia, algo de agilidad mental. Antiguamente, hace unos diez años, no necesitaba más que un examen que realizaban en la SEP para ser locutor, ahora parecen exigirte una carrera profesional, con muchas materias que parecen inútiles, comenzando con las teorías de comunicación.

A un comentarista de televisión que le importan los escritos de Wilbur Schramm, o de Lazarfeld, lo mismo que le importarían las teorías semióticas o lingüísticas, o la historia de la literatura. Algunos, que piensan dedicarse a medios, aún no pueden encontrar la relación entre el guionismo y la literatura pensando que se puede dirigir o escribir una película sin tener conocimientos de las técnicas dramáticas o literarias, o se puede ser reportero de televisión sin tener un mínimo de cultura general; o sea, que se puede contar la historia moderna sin tener ningún conocimiento del pasado.

Estas personitas inteligentes, piensan llegar a los medios donde mágicamente se les abrirá las puertas con sólo presentar un título; entonces ya serán famosos.

A la escuela de comunicación van a caer los cronistas deportivos, con lo que las instituciones deberían de incrementarle a sus curriculas la historia y las técnicas del deporte. A veces se me antoja que un cronista deportivo intenta tener la fama y la fortuna del deportista sin poseer las cualidades físicas de éste.

También ahí van a dar los músicos que no pueden asistir a los conservatorios, y los actores o directores teatrales que no encuentran una escuela adoc para dirigir sus inquietudes.

Otros se enfilan a la comunicación organizacional pensando encontrar en este campo un oficio más sosegado o más de acuerdo con los sistemas comerciales industriales. Otro campo es la comunicación política, y si le seguimos rascando, también la comunicación educativa es un campo inexplorado, y así podemos seguir la enumeración.

A fin de cuentas todo mundo tiene su propia idea de lo que puede ser comunicación y cuando se enfrentan a materias como historia, filosofía, literatura, investigación o teorías de la comunicación, sociología, psicología no saben con qué se come eso o como les puede servir para entrar al mundo de los famosos.

Dicen algunos que la universidad debe plegarse a los intereses de la industria y el comercio para hacer sus planes de estudio. En el caso de la carrera de comunicación, cuando el tigre Azcárraga decía que su negocio era ofrecer televisión para los jodidos, y con el producto que a diario vemos en los canales abiertos, no seria muy difícil suponer lo que ellos quieren de los egresados. (Sobran casi todas las materías que impartimos). Pero más que eso, deberíamos de preguntarnos cuál es la función y la responsabilidad de la universidad, sobre todo de la pública, ahora que vivimos en una sociedad donde como nunca antes ha perdido casi todos los valores que antiguamente eran importantes y la vil comercialización, lo que se llama la industria cultural, lo ha hecho conformarse con productos de escasa calidad que más son usados como fetiche que como necesidad.

Antes, la esperanza se encontraba en la juventud. Hoy esa confianza va desapareciendo. La juventud de hoy no es la de hace treinta años, hoy les interesa mas seguir jugando los video juegos que enfrentarse a lo que los viejos se enfrentaron en su adolescencia. Hoy sus temas son anodinos, infantiles. En muy pocos se encuentra el inconformismo. Hoy el joven se conforma con el juguete nuevo, el celular que no utiliza porque cuesta utilizarlo. Muchas veces dudo que su capacidad de abstracción se encuentre desarrollada porque se ha convertido en alguien que repite conceptos sin entenderlos.

Algo hacemos mal. Se estudia por un papelito, no para saber.

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