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ENSAYO SOBRE LA CULTURA

Retomando a Hobbes

José Luis Herrera Arce

Leyendo ayer a Fernando Savater en un libro escrito a nivel preparatoria sobre la historia de la filosofía (la aventura de pensar se llama el dicho) repasando lo que decía sobre Hobbes quise aplicarlo a los momentos que vivimos.

Como bien saben, Hobbes fue un político inglés del siglo XVII. Su intención era encontrar un modo de fundamentar el poder absoluto del rey y entonces se imaginó que al principio de los tiempos el hombre debió de haber vivido un estado de naturaleza y que ese estado de naturaleza consistía en que cada quien hacía lo que le venía en gana creando un alto clima de inseguridad para todo el mundo.

Entre otras cosas Savater explica sobre la teoría de Hobbes: "Cada persona busca garantizar su propia conservación de sus deseos. Esto conduce a la competencia y desconfianza entre todos. Las consecuencias de que Hobbeas deduce de su análisis de la naturaleza humana es que, sin un Estado que ejerza su poder sobre todos, los hombres vivirían en guerra unos con otros".

Y entonces fue cuando ante mi se presentaron todas las noticias de los periódicos que hablan sobre la inseguridad. Si algo nos sirve para imaginar ese estado de naturaleza propuesto por Hobbes es la delincuencia organizada y sin organizar que se ha apoderado del país y al parecer de la civilización humana. La principal característica de ella es que ninguna ley de ningún tipo la gobierna. Menosprecia al máximo la vida, la dignidad, todo lo que parezca humano en aras de un negocio que posiblemente les produzca millones pero que les aniquila su condición racional.

Bueno pero la cosa no para aquí; ni Hobbes tampoco. El lo que propone es un poder superior que esta arriba de los hombres y que logre la estabilidad social. Savater lo explica de esta forma: "Ese Dios mortal que nos derrota para tutelarnos, que nos intimida para aliviar nuestro miedo, esta hecho a nuestra imagen y semejanza. Pero ya no es uno de nosotros; esta fuera, aparte. Desde la otra orilla, coactivo e imparcial, se hará temible para que nosotros podamos dejar de serlo y asumirá hasta el límite los tributos de autonomía que le abandonamos".

Este poder omnisciente es lo que no acabamos de definir en el horizonte y de lo cual no nos ponemos de cuerdo. El estado de naturaleza que vivimos ha podido corromper todo tipo de poder que se ponga encima de ellos y para decir verdad se los pitorrea. Con la corrupción a todos los niveles, una delincuencia muy bien armada y organizada ha sido un enemigo invencible para el estado.

Y lo que pienso es que no hay de otra. Quien venza a la delincuencia tiene que ser más fuerte que ella. Pero esto también trae consigo su peligrosidad.

Dice Savater que dice Hobbes: "El príncipe político debe disfrutar también de la máxima investidura religiosa y ser cabeza de sus súbditos no menos en lo celestial que en lo terreno pues en otro caso su autoridad estará permanentemente amenazada por una posible subversión a lo divino".

Se está hablando de un poder absoluto. Recordemos, Hobbes es Inglés, del siglo XVII lo de las seis esposas de Enrique Octavo ya había pasado y lo de Isabel I lo mismo, con lo cual el rey a su vez era cabeza, y sigue siendo, del estado y de la Iglesia anglicana fundada por Enrique cuando el papa no le dio permiso de divorciarse de su primera esposa.

Aplicando esto a la actualidad, hay que pensar en los estados totalitarios, donde el presidente es la máxima cabeza en todos los sentidos; sobre todo si son los estados socialistas, donde el problema religioso no existe y donde los parámetros del pensamiento en todos los sentidos quien tiene la última palabra es el líder: llámese Stalin, Castro, o como quieran llamarlo.

Hasta aquí lo que hemos esbozado es un estado social caótico donde no hay ninguna ley que lo pueda mantener dentro de límites humanos. Por el otro lado la necesidad de un estado fuerte que se imponga y puede vencer ese caos que representa la inseguridad. De esto se desprende la posibilidad de un estado totalitario, por un lado; por el otro, la oposición de muchas personas a que la máxima fuerza del estado, el ejército, actúe. O sea que existe un problema pero resulta peligroso lo que puede venir a resolver el problema de raíz. Una de las cosas buenas que se cuentan de Porfirio Díaz es de que sabía mantener los bandidos a raya. Nadie quiere ahora un Porfirio Díaz. Ni nada que se parezca.

Para algunos, según Savater : Thomas Hobbes es visto como el instaurador teórico del totalitarismo moderno.

Pero Hobbes también sirvió para dar pié a los pensadores Franceses como Rousseau y Montesquieu que delinearon los principios de la democracia el primero proclamando el contrato social.

Lo que no hay ahora es precisamente un contrato social en el cual los ciudadanos se comprometan por el bien común. Estamos acabando con la humanidad persiguiendo nuestros mesquinos intereses particulares. Ahora ni alas cárceles resultan ser eficientes. (De nuevo Juárez).

Retomar a Hobbes es uno de los tantos temas en que se puede pensar en tiempos tan confusos.

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