¿No que no? A Estados Unidos le dio un catarro y el mundo entero se puso a temblar. Las bolsas tiemblan mientras que a nosotros se nos dicen que estamos bien protegidos en cuanto a lo que pueda pasar en el futuro en nuestra economía; o sea, que se nos sigue tratando como si no tuviéramos razón.
Las cosas son obvias porque hasta en Estados Unidos pasan, gastas muchos y alguna día tendrás que pagar lo que gastas con los intereses que tienes que darle a quienes te prestaron para hacer frente a tu compromiso.
Para que Busch hiciera sus guerritas tuvo que conseguir mucha lana que ahora Obama tiene que pagar. (Y los políticos quieren hacer creer que el incompetente es el presidente que hace frente a una responsabilidad y no el irresponsable que provocó el problema). Pero así son los políticos, más abierto no puede ser esgrimir la mentira o la media verdad con el fin de seguir obteniendo ganancias del hambre de los pueblos.
Nosotros no cantamos mal las rancheras y con todo y lo que se nos diga estamos en el mismo peligro de que nos pase a lo que a los Estados Unidos le pasó, pero con la diferencia de que no contamos ni con la credibilidad ni la importancia de aquel país ni nada por el estilo, y como están las cosas ¿Quién se va a venir a preocupar por venir a salvarnos como se esta salvando a Grecia, a España, a Italia, a Portugal? Hay que aplicar la ciencia.
Resulta sumamente vergonzoso lo de la plaza de armas. Un trabajo que no se paga. El pobre hombre o empresa que invirtió capital y trabajo en lugar de haber obtenido una ganancia para poder vivir y pagar a sus empleados y pagar los materiales que utilizó ahora se ve en el problema de estar en quiebra porque no le pagan.
En cambio, las tarjetitas se multiplicaron como los panes y los peces. La pregunta es ¿A dónde fueron a dar las dichas? Obvio, no hace falta ser muy inteligente para sospechar que tanto gasto improductivo algún día tiene que pagarse y con intereses.
Y que en un estado, donde te dicen que tiene una deuda desorbitada, no se puede seguir manteniendo el estado de cosas como está. Que las tarjetitas de a como sea, después de todo, fue producto de la demagogia, por la necesidad de comprar votos y ahora que eso ya pasó pues con las mano en la cintura se cancela. Ya no va a vermás depósitos simplemente porque no hay ni siquiera dinero para pagar a los proveedores.
Cuando a mi me platicaron eso de la revolución supuse que el movimiento se debía para acabar con los parias o los zánganos que vivían del esfuerzo que los otros hacían. Se suponía que los que trabajaban defendían sus intereses contra quienes se aprovechaban de sus esfuerzos para lucrar con ellos.
Ahora me parece que son lo otros zánganos quienes quieren sacar ventaja del esfuerzo que hacen las personas que trabajan y piensan, y claman por sus tarjetitas porque todos se acostumbran a lo fácil.
Así nunca vamos a salir de nuestros problemas y vamos hacia la hambruna africana pasando por las crisis de los países Europeos sin que haya en el horizonte alguien capaz de sacarnos del atolladero porque entre otras cosas hemos perdido la credibilidad en todo mundo.
¿O usted cree en alguien? De lo único que estoy seguro es de mi inseguridad. Nada más estoy esperando de que manera nos van a decir que lo que ganamos ya no va a alcanzar para sobrevivir como lo hemos estado haciendo hasta ahora. O nos van a devaluar, o nos van a ajustar los precios, o nos van a cambiar la jugada o algo.
Lo que se debe de alguna manera se tiene que pagar y ya sabemos que a ninguno de nuestros vecinos les interesa nuestra suerte. (Ya lo vimos con las maquiladoras).
Lo inteligente sería empezar a solucionar ese problema y eso la única manera en que se puede hacer es apretándose el cinturón, para que comience a sobrar y se pueda pagar lo que se tiene que pagar.
De otra manera van a empezar a cerrar industrias por quiebras; con lo cual se va a acrecentar el desempleo, con lo cual se va a fomentar al inseguridad, con lo cual va a bajar de nivel nuestra dignidad.
Una de las funciones importantes del estado es la educación del pueblo. Y ningún pueblo que no esté dispuesto a trabajar puede salir adelante. Los estados deben de hacer pueblos trabajadores, y parece que lo que estamos produciendo son personas oportunistas quienes piensan que hacer política es aprovecharse de la limosna que dan para hundir al país con un voto no meditado Ya no se trata de izquierda ni de derecha, ni de marxismo ni de capitalismo, ni de Mills Ni de Marx, ya vemos como nuestros políticos de izquierda presentan sus novias en las revistas de sociales, porque es chic.
¿Pero tú le crees a alguien? ¿Quién va a pagar los platos rotos? ¿Digo, las tarjetitas? ¿Digo, los trabajos de la plaza?
