Tras 28 años de estar frente al salón de clases, Gloria Mayela decidió jubilarse por un problema de salud. Sin embargo, extrañó tanto la escuela y los gritos de los niños que decidió regresar a la escuela.
A Gloria Mayela Márquez Mitre no le importa haberse convertido en una maestra interina. Ni ganar menos y no tener prestaciones. Lo único que desea es continuar trabajando en un salón de clases.
PASIÓN HEREDADA
La pasión por la enseñanza la lleva en la sangre, pues su madre fue maestra y todos sus hermanos, incluso su hija, también se decidió por esta profesión.
Sus primeros alumnos fueron sus muñecas. Después jugaba "a la escuelita" con sus vecinos, a quienes sentaba en la cochera de la casa de su madre y los enseñaba a leer y a escribir.
"Mi vocación es de familia porque me gustaba mucho ver a mi madre preparar el material para sus clases. De niña siempre sacaba un pizarrón que mi padre nos hizo y jugaba con los niños de la colonia a la escuelita, y conforme pasó el tiempo tomé más en serio mi inquietud de dedicarme a la enseñanza".
DECISIÓN
A los 28 años de servicio Gloria Mayela se vio en la necesidad de jubilarse. Tuvo un accidente y se lastimó el pie, "no podía caminar y me tardé un año en recuperarme, y por eso me alejé de los salones de clases pero nunca estuve convencida de retirarme".
En ese año de rehabilitación, jamás dejó de extrañar el salón de clases. Siempre ha tenido grupos de primero y segundo grado, y cuando se presentó la oportunidad de cubrir un interinato en la primaria Centenario no la pensó dos veces.
"La gente me decía que no aceptara porque los interinatos son muy mal pagados y no hay prestaciones, pero no me importa. A mí lo que me gusta es enseñarle a los niños aunque no gane bien".
PROFESIONES
A Gloria Mayela le duele que los maestros ya no sean respetados como antes, cuando incluso eran consejeros y guías de las familias. Un profesor era tan importante como un sacerdote o un médico.
"El profesor, el médico, el sacerdote, el policía, y el presidente de la República, eran muy respetados. Todos los niños y niñas soñaban en ser como ellos, pero estas profesiones ya están desvalorizadas".
También le da tristeza que los alumnos no estudien y no se comprometan con sus obligaciones. "Desgraciadamente hoy en día los padres de familia no están tan al pendiente de los niños porque deben trabajar, pero también están los alumnos que sin el apoyo de nadie luchan por salir adelante y ser los mejores de su clase".
Ya han pasado tres años desde que regresó a dar clases y no se arrepiente de haberse convertido en una maestra interina.
FELICITACIÓN
En este Día del Maestro, Gloria Mayela aconseja a todos los que estén interesados en seguir esta profesión, a tomar en serio la educación de los niños, a no elegir esta carrera por tener un buen sueldo u otros beneficios personales.
"Tengo ya 31 años en esta profesión y seguiré enseñando hasta que las fuerzas se me acaben. Todos los días me levanto con muchas ganas de venir a la escuela", asegura la maestra.
GLORIA MAYELA MÁRQUEZ
Maestra
El siglo de torreón / Cristal Barrientos
Profesión. Gloria Mayela Márquez Mitre tiene 31 años dando clases en primaria, y asegura que seguirá en la escuela hasta que las fuerzas se le acaben.
