El enviado especial de la UA para Somalia, Jerry Rawlings, expresidente de Ghana, instó hoy al envío urgente de ayuda humanitaria al país durante su visita al campo de desplazados de Badbado, en el sur de Mogadiscio, hasta donde han llegado el mayor número de afectados por la sequía del país.
"Según mi punto de vista, la situación es muy crítica y llamo a que todas las partes implicadas envíen ayuda humanitaria", dijo Rawlings frente a la prensa después de su visita al campo.
"Si las agencias de ayuda humanitaria no responden urgentemente, la gente morirá de hambre", añadió.
Por otra parte, un alto mando de los radicales islámicos de Al Shabab, Mohamed Abu Muslim, condenó la visita de Rawlings y aseguró que "es simplemente otra forma de confundir al pueblo de Somalia".
"Rawlings no salvará a Somalia, es un enviado de la Unión Africana y es la Unión Africana la que está llevando a cabo un genocidio en el país", aseguró Muslim en una mezquita del distrito de Afgoi, en Mogadiscio.
"Insto a los jóvenes musulmanes somalíes a que vaya a por él", dijo Muslim.
Aunque Al Shabab no permite a organizaciones de ayuda humanitaria a que distribuya comida libremente en las zonas de Somalia que controlan los rebeldes.
Dadir Kulow Ali, que trabaja como cooperante en Baidoa, dijo a Efe que Al Shabab le obliga a informar de toda la ayuda humanitaria que llega al sur de Somalia y que debe esperar a obtener permiso de los rebeldes para distribuirla.
"Varios buenos samaritanos enviaron 2000 dólares para comprar comida y entregársela a las personas que se están muriendo de hambre, pero Al Shabab me pidió que esperara a recibir su orden", asegura Ali.
"Pedí el permiso hace tres días, no me contestaron, y hoy me dijeron que tenía que llevarles toda la comida porque quieren confiscarla", añadió.
La ONU declaró hoy oficialmente el estado de hambruna en dos regiones del sur de Somalia, Bakool y Baja Shabelle, algo inédito en este país durante los últimos veinte años, y pidió a la comunidad internacional 300 millones de dólares para "salvar vidas".
Casi la mitad de la población somalí, unos 3,7 millones de personas, está en una situación de crisis humanitaria, de los cuales 2,8 millones residen en el sur, indican los datos facilitados por las Naciones Unidas.
Unos 166.000 han escapado este año del hambre y la miseria para buscar refugio en países vecinos, como Kenia y Etiopía, de los que 100.000 emprendieron la huida a partir del pasado mayo, según la ONU.
Somalia no tiene un Gobierno efectivo desde 1991, cuando el dictador Siad Barré fue derrocado, lo que dio lugar a un conflicto entre diferentes clanes, señores de la guerra y milicias islamistas que quieren imponer una versión estricta de la ley islámica "Sharía".